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Hacer una dieta baja en grasas o en azúcares es lo mismo

Los consejos para perder peso suelen ser consumir menos glúcidos (azúcar) o menos lípidos (grasas). ¿Pero qué opción elegir? Un estudio publicado el martes demuestra que ningún régimen es mejor que otro.

20 de febrero de 2018
| Foto: Fucsia

Tampoco la genética de una persona o su metabolismo de insulina son factores clave para que una dieta dé mejores resultados, según las conclusiones publicadas en el Journal of the American Medical Association (JAMA).

Estos descubrimientos podrían tener consecuencias importantes en el mercado estadounidense de la pérdida de peso, valuado en 66.000 millones de dólares, y particularmente en la última tendencia: el régimen de ADN, que pretende determinar la mejor dieta en función de los genes de cada uno. 

"Todos hemos escuchado las historias de un amigo que hizo una dieta -que funcionó muy bien- y de otro que intentó el mismo régimen pero no funcionó del todo", dijo Christopher Gardner, profesor de medicina de la universidad de Stanford, en California.

"Es porque todos somos diferentes y recién empezamos a comprender las razones de esta diversidad", añadió.

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En el estudio participaron 609 personas de entre 18 y 50 años; 57% fueron mujeres. Se eligieron dos grupos al azar. Durante un año, uno de los grupos hizo un régimen pobre en grasas y el otro, uno pobre en azúcares.

En promedio, cada persona bajó unos 5,9 kg en ambos grupos. Algunos perdieron mucho más -hasta 27 kilos- mientras que otros engordaron hasta 9 kg.

Los científicos no hallaron una relación entre el régimen realizado y una pérdida de peso más importante.

"No hay una diferencia destacable en la evolución del peso entre un régimen equilibrado liviano en grasas y un régimen equilibrado liviano en azúcares", concluyeron los investigadores. 

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"Una parte de los genomas de los participantes fueron secuenciados, lo que permitió a los científicos buscar la presencia de genes asociados a la producción de proteínas que modifican el metabolismo de glúcidos o lípidos", según el informe.

Los participantes consumieron azúcar en ayunas para medir la producción de insulina. 

"Ningún perfil genético ni ninguna secreción de insulina fue asociada a los efectos dietéticos sobre la pérdida de peso", añadieron.

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