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Historia de la bomba atómica: este fue el papel de Oppenheimer y así fue como su uso cambió el mundo
La película ‘Oppenheimer’ revivió uno de los momentos históricos más devastadores del siglo XX.
Hace un par de semanas fue el estreno de Oppenheimer, la esperada cinta de Christopher Nolan que retrata la experiencia que vivió el físico teórico Julius Robert Oppenheimer, interpretado por Cillian Murphy, en el marco del denominado ‘Proyecto Manhattan’, así como el juicio público al que se enfrentó, luego de la detonación de las bombas en Hiroshima y Nagasaki.
Oppenheimer revivió uno de los eventos más devastadores del siglo pasado: la creación y posterior detonación de la bomba atómica. Este domingo, 6 de agosto, se cumplen exactamente 78 años desde que las guerras y relaciones entre países dieron un giro de 180 grados.
El reloj marcó las 8:15 a. m., aquel lunes 6 de agosto de 1945. Tras ser lanzada desde un avión estadounidense, la primera bomba atómica usada directamente sobre la población civil estalló en la ciudad japonesa de Hiroshima. Fue ahí cuando cobró sentido la mítica frase de la que Robert Oppenheimer se apropió, y con la que aún se le recuerda: “Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”.
Sin embargo, de acuerdo con la biografía de Abraham Pais, titulada J. Robert Oppenheimer: una vida, esta frase ya había venido a la mente del director del ‘Proyecto Manhattan’ tiempo atrás. Al igual que lo retrata la película, sucedió luego de la primera detonación, el ensayo denominado ‘Trinity’, el 16 de julio de 1945.
Antes de la devastación, se desarrolló todo el proceso en que las brillantes mentes citadas para ser parte del ‘Proyecto Manhattan’ construyeron desde cero la bomba atómica, aunque la idea no vino de la nada.
El 19 diciembre de 1938, los químicos alemanes Otto Hahn y Fritz Strassmann se encontraban en su laboratorio en Berlín y llevaron a cabo un experimento que consistió en bombardear núcleos de uranio con neutrones. Sus resultados conmocionaron el mundo científico, pues consiguieron dividir el átomo en dos partes iguales, liberando energía y otros elementos en el proceso.
La reacción lograda en el experimento recibiría un nombre más adelante: fisión nuclear, acuñado por los físicos Lise Meitner y Otto Frisch.
Pero, ¿cómo esta reacción inspiraría la creación de una bomba nuclear? El fenómeno conseguido por Hahn y Strassmann abrió una puerta significativa en la ciencia. Se trató de nada más y nada menos que de la posibilidad de producir una reacción en cadena mediante la fisión nuclear del uranio. Hasta ese momento, se trataba de una simple teoría.
Junto con esta reacción también venía, en efecto, la posibilidad de generar una explosión y una liberación de energía de proporciones inimaginables.
El hallazgo tuvo lugar en un contexto especial. Ya habían pasado poco más de diez años desde el fin de la Primera Guerra Mundial y el mundo estaba a punto de dar comienzo a su segundo conflicto bélico de gran escala: la Segunda Guerra Mundial. Otro detalle no menor, el experimento que abrió el panorama de la fisión nuclear aplicada ocurrió en Alemania.
En su misiva, los físicos advirtieron sobre el potencial militar que tenía el hallazgo. En ese sentido, indicaron que existía un riesgo bastante alto, pues Alemania, país que lideraba las investigaciones nucleares en ese momento, podría intentar el desarrollo de una bomba atómica, sobre todo, teniendo en cuenta que estaba bajo el régimen de Adolf Hitler.
¿Qué importancia tuvo Oppenheimer, ‘el padre de la bomba atómica’?
La participación de Robert Oppenheimer vino hasta después de que Estados Unidos se sumara a la Segunda Guerra Mundial, el 7 de diciembre de 1941. La inteligencia norteamericana tenía indicios de que las investigaciones nucleares en Alemania estaban avanzando. En consecuencia, el presidente Roosevelt ordenó acelerar el programa local y lo asignó directamente al Departamento de Guerra.
Fue en 1943 cuando el laboratorio donde se desarrolló el ‘Proyecto Manhattan’, construido en Los Álamos, Nuevo México, quedó bajo la dirección de Oppenheimer. Junto con su equipo, trabajaban en medio de una carrera contra el tiempo para diseñar la primera bomba atómica.
El 16 de julio de 1945 ocurrió la primera detonación de un arma nuclear. La prueba recibió el nombre de ‘Trinity’. La cinta de Nolan ironizó aquel evento y lo expuso como el momento en que, sin saberlo, el mundo pudo haber llegado a su fin, pues se desconocía qué alcance iba a tener la reacción en cadena generada tras la explosión.
“En mi mente pensaba en una línea del Bhagavad-Gita en la que Krishna intenta persuadir al Príncipe de que debe cumplir con su deber: ‘Me he convertido en la muerte, el destructor de mundos’”, escribió Oppenheimer sobre ese día.
Tras una prueba ‘exitosa’, el arma estaba lista y su uso iba a depender del gobierno estadounidense. Poco tiempo después, el 6 de agosto de ese mismo año, el presidente Harry S. Truman ordenó el bombardeo sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Respecto a las víctimas de aquel fatídico día, se estima que unas 70.000 personas murieron instantáneamente a causa de la explosión de calor y radiación.
Tres días después, el 9 de agosto de 1945, una segunda explosión de tipo nuclear ocurrió en Nagasaki, acabando con la vida de cerca de 40.000 personas.
Cómo las bombas nucleares cambiaron el mundo
La ciencia permitió el desarrollo de armas nefastas, con un poder destructivo impresionante. En efecto, contar con armamento nuclear supone un tipo de ventaja a la hora de persuadir al enemigo, no obstante, ¿qué sucede cuando países con el mismo desarrollo nuclear entran en disputa?
La pregunta queda abierta y, en tiempo recientes, configura uno de los principales temores a la hora de hablar de guerra, especialmente cuando se trata de países que poseen armas de este calibre, como Estados Unidos, China, Rusia y Corea del Norte.
El mundo no terminó con ‘Trinity’. Tampoco con Hiroshima y Nagasaki, pero las armas nucleares siguen siendo un riesgo enorme para la supervivencia humana. Tras los bombardeos, Oppenheimer dijo que sentía sus manos llenas de sangre, pues, aunque no fue quien dio la orden, sí terminó liderando el proyecto que permitió la creación de la bomba atómica.
Precisamente, la historia recuerda a Oppenheimer, el padre de la bomba atómica, como una de las voces del siglo XX que más luchó para que cesara el desarrollo de este tipo de armamento.