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Histórica votación: Chile decide si aprueba o rechaza una nueva constitución

Este domingo, 14 millones de chilenos están convocados para votar en un plebiscito.

25 de octubre de 2020
Histórica votación: Chile decide si aprueba o rechaza una nueva constitución
Histórica votación: Chile decide si aprueba o rechaza una nueva constitución | Foto: AP

Los chilenos están convocados a votar este domingo en un referéndum para cambiar o mantener su Constitución. Esta es una decisión clave en un país con más de 14 millones de electores donde el voto es voluntario desde una ley promulgada en 2012.

Los votantes tienen que responder a dos preguntas en dos boletas diferentes, primero sobre el principio de un cambio de Constitución, y en otra sobre el órgano que lo redactará.

En la primera deben responder a la pregunta: “¿Quiere usted una nueva Constitución”, los chilenos podrán marcar con bolígrafo azul la opción “Apruebo” o “Rechazo”.

En una segunda papeleta deberán responder a la pregunta: “¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?”.

Los votantes podrán optar entre la opción de una “Convención Constitucional Mixta” compuesta por 172 miembros, distribuida en partes iguales entre ciudadanos electos y parlamentarios, y la de una “Convención Constitucional”, de 155 miembros, en la cual todos sus integrantes tienen que ser elegidos específicamente para este propósito.

El elector puede votar “Rechazo” y también elegir una de las dos opciones para redactar el texto de una eventual Carta Magna nueva.

Si la opción de la “Convención Constitucional” gana, esta será completamente paritaria, según reza la ley aprobada en marzo en el Parlamento.

En caso que triunfen los partidarios del cambio de Constitución, el siguiente paso será la elección de los miembros de la Convención, “mixta” o “constitucional”, la cual tendrá lugar el 11 de abril de 2021.

El trabajo de la convención elegida durará nueve meses y podrá extenderse por tres meses más.

Se organizará un segundo referéndum, cuya fecha no se ha definido, para aprobar la nueva Constitución.

Todo el proceso podría llevar aproximadamente dos años.

Debido a la pandemia de coronavirus, que en Chile ha dejado cerca de 500.000 casos y 14.000 muertes, las autoridades aplicarán un protocolo sanitario para el domingo que contempla la apertura por más tiempo de los centros de votación (durante 12 horas), con horarios vespertinos en los que los votantes mayores de 60 años tienen prioridad.

El distanciamiento físico y la máscara son obligatorios en todo el país desde hace al menos seis meses.

Dos opiniones sobre la votación

Uno aspira a una Constitución “legítima”, el otro piensa que los problemas de Chile se pueden solucionar con nuevas leyes sin reemplazar el texto fundamental: en vísperas del referéndum, dos chilenos explican qué motivará su voto el domingo .

Ernesto, por una Constitución “legítima”

A la pregunta “¿Le gustaría cambiar su Constitución?”, Ernesto Quintana, de 38 años, votará “Apruebo” sin dudarlo.

Lo hará por “razones de ética y legitimidad” y porque el texto fundamental actual impide, según él, el progreso social.

“La Constitución actual, de 1980 (...) fue redactada durante la dictadura, un periodo de restricción de las libertades, sin participación de los ciudadanos, por supuesto, y en un contexto de terror”, subraya este psicólogo, que trabaja en un colegio de Santiago.

“Se trata de una Constitución que favorece al sistema neoliberal a un nivel extremo, que ha perpetuado un sistema totalmente desigual”, estima este treintañero que participó en numerosas manifestaciones en la capital desde el comienzo de la crisis social, el 18 de octubre de 2019.

Simple ciudadano no perteneciente a ningún partido político, Ernesto pretende que la salud, la educación, que en este país sudamericano son fundamentalmente privadas, se conviertan en derechos básicos reconocidos por la Constitución.

“La gente que tiene plata tiene una mejor educación, la gente que tiene plata tienen una mejor salud, una mejor vivienda. La vivienda social que se construye en Chile es realmente indigna. (...) Todas estas cosas podrían reformarse cambiando la Constitución”.

Hijo de militantes comunistas perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), Ernesto votará también a favor de que la carta magna sea redactada por una “convención constituyente” con paridad de género y no por una “convención mixta”, en la que intervendrían ciudadanos y parlamentarios.

“No quiero que los partidos políticos estén implicados” en la redacción del nuevo texto, dijo, temiendo que ello dé pie a maniobras de todo tipo.

Ernesto ve la convención constituyente “como una oportunidad para que la voz de todos los ciudadanos y ciudadanas sea tomada en cuenta de manera más directa, más participativa”.

Francisco, primero “la ley”

Francisco Pereira, dueño de un restaurante en Santiago, también cree que Chile necesita un “cambio”, y en particular un sistema de salud, de educación y de transporte más equitativo.

También “aplaudió” cuando los chilenos salieron a las calles en octubre de 2019 para exigir más justicia social.

Pero para él, los manifestantes se juntaron para “que cambien las leyes, para que las pensiones sean mejores, para denunciar las desigualdades en general”, pero no por un cambio de Constitución.

Por eso marcará la opción “Rechazo”.

Según Francisco, los partidos de izquierda “en Argentina, Bolivia, Venezuela” aprovecharon esta crisis en Chile para avanzar sus ideas a favor del cambio de régimen.

También lamenta la fuerte “polarización entre izquierda y derecha” visible en el país en los últimos años.

Este restaurador de 48 años, que enfatiza haber estado siempre “contra Pinochet, contra la dictadura”, también cree que entre la crisis social, las manifestaciones violentas y la pandemia este no es el momento indicado para cambiar un texto tan fundamental.

“El problema es que decidimos cambiar la Constitución en un momento de crisis, esto no es una buena base para reemplazar una Constitución”, dijo.

Ahora “Chile no necesita un cambio de Constitución; en este momento estamos, como en todos los países del mundo, sumidos en una grave crisis económica” por las consecuencias de la pandemia de coronavirus, subraya.

“Las reformas sociales requieren dinero y la inestabilidad” por el proceso electoral y las tensiones “no es muy atractiva para la inversión, para el crecimiento”, estima.

Según él, “antes de querer cambiar la Constitución hay que empezar por resolver los problemas a través de la ley”, votando reformas en el Parlamento.

Y aprovechar en particular el consenso político logrado en el Parlamento, luego que el nivel que alcanzó la protesta social llevara a que legisladores de todos los sectores llegaran a un acuerdo histórico en favor de la organización del referéndum.

Con información de la AFP.

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