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Hombre acabó con la vida de su mejor amigo; su mamá lo buscaba afanosamente por redes sociales
Ambos hombres se conocían desde que eran niños.
A cinco años y tres meses de prisión fue condenado un hombre en Gales del Sur, luego de que fuera hallado culpable de acabar con la vida de su mejor amigo, Ben Lloyd, de 27 años, después de que salieran de una discoteca el pasado 1 de abril.
Se trata de Jay Webster, de 28 años, quien fue condenado por homicidio involuntario. De acuerdo con The Mirror, ese 1 de abril, ambos tuvieron una “discusión tonta” durante una salida nocturna en Caerphilly.
Sin embargo, todo se salió de control y Webster terminó azotando con fuerza la cabeza de Lloyd contra el pavimento, quien no le prestó mayor atención al fuerte golpe y se marchó para su casa.
Ese día, la mamá de Lloyd, al ver que no llegaba, en redes sociales pedía ayuda para encontrar a su hijo, lejos de imaginarse lo que había ocurrido con Webster, quien era allegado a la familia.
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“No puedo creer que esté sentada aquí volviéndose loca de preocupación por mi hijo, aunque es un adulto”, dijo en Facebook la mamá de Lloyd al ver que este no aparecía inicialmente.
Según The Mirror, una vez Lloyd llegó a su casa se negó ir al hospital, a pesar del fuerte golpe en su cabeza y finalmente muiró al día siguiente, el 2 de abril.
Aseguran que ambos jóvenes se habían conocido desde que tenían siete años.
Tras la sentencia, la mamá de Lloyd volvió a escribir en redes sociales. “Espero que la gente deje de tratar de juzgar y deje a mi familia y a la familia de Jay solas para lidiar con nuestro dolor y pena (...) La verdad eran mejores amigos que después de una estúpida pelea las cosas salieron mal”.
Y agregó: “Mi hijo era demasiado terco para buscar ayuda médica, por mucho que lo intentáramos. Así que deja de culpar a los demás. Y piensa en cómo las familias tienen que hacer frente a lo que ha sucedido”.
Joven mató y descuartizó a otra, obsesionada con las series de crímenes
Jung Yoo-jung, de 23 años, pasaba por ser una joven muy aficionada a la televisión como cualquier otra, pero resultó que su gusto por los documentales sobre crímenes reales se transformó en una horrenda aberración.
Tras detenerla, la policía de la ciudad de Busán, donde ocurrieron los hechos, consideró necesario hacerle un examen de rasgos de psicópata, para tratar de aclarar por qué cometió el crimen que ahora la tiene tras las rejas y que ha escandalizado a Corea del Sur.
“Curiosidad por el asesinato”, fue la razón que ella adujo para acabar fríamente con la vida de una profesora que daba clases privadas a alumnos de bachillerato.
Jung se puso en contacto con ella, haciéndose pasar por la madre de un estudiante, para supuestamente contratar sus servicios.
Así, consiguió la dirección de la profesora y se le presentó a su casa, donde acabó con su vida a puñaladas.
Luego salió a comprar bolsas de basura y desinfectante y, de regreso, descuartizó a su víctima y metió sus restos en una maleta.
Acto seguido tomó un taxi y se dirigió a las riberas del río Nakdong, en cuyos bosques cercanos abandonó los despojos de la profesora que había empacado.
Sin embargo, no tuvo la precaución de limpiar bien la sangre de la maleta, algo que al taxista se le hizo tan sospechoso como el hecho de que la dejara abandonada.
Al investigar, las autoridades descubrieron cómo, en las semanas previas al crimen, había estado consultando libros, novelas y, en particular, viendo documentales sobre crímenes reales.
De acuerdo con Korean Times, la policía dio a conocer la identidad y foto de la agresora, en vista de la brutalidad del crimen.
Un rasgo que podría indicar su inestabilidad es que no trabaja ni se le conocen relaciones personales.
El caso ha captado la atención del público y la prensa, así que cuando iba a ser conducida del centro de detención a la fiscalía, un nutrido grupo de reporteros la abordó para preguntarle por qué lo había hecho.
El conductor se encargó de dar aviso a la policía, que descubrió que sus sospechas tenían todo el sentido.
Al dar parte del caso, la policía contó que la asesina se había quedado con los documentos de la profesora, para que su desaparición pareciera voluntaria, pero no le resultó.
Esta treta y hasta las técnicas que uso para quitarle la vida a su víctima, posiblemente las aprendió consultando todo tipo de materiales sobre asesinatos.
“Creo que estaba fuera de mí”, fue su respuesta, además de asegurar que lo lamentaba mucho por la familia de la víctima.
Los expertos locales en el tema se mostraron sorprendido con la actitud de la joven en la escena del crimen.