Argentina
Hombre se vengó del abusador de su hija, lo asesinó a puñaladas, pero la justicia no lo envió a la cárcel
El hombre fue condenado a una ‘pena menor’ de solo tres años, tras haber logrado empatía con el jurado de su caso, y pese a las exigencias de la Fiscalía, que abogaba por una pena más fuerte.
Un caso de justicia por mano propia se tomó las principales páginas de los medios de Argentina, que recogen la historia de un hombre, identificado como Fernando Matías Vila, quien recientemente fue condenado a una pena privativa de la libertad, tras ser señalado de un homicidio: el del presunto abusador de su hija de tan solo cinco años.
No obstante, más allá de ser un caso que despierta interés por el contexto en que surgió el homicidio, llama la atención debido al fallo que emitieron las autoridades, quienes dispusieron que el homicida no vaya a la cárcel.
Lo anterior, gracias a que, en su evaluación del caso, pudieron determinar que el señalado asesino obró motivado por algo que, a los ojos de las instituciones de Justicia de la ciudad de Bahía Blanca, responde a ‘emoción violenta’.
Si bien este caso ocurrió tres años atrás, el proceso en contra del indignado padre se mantenía en trámite y, desde hace tiempo, el hombre estaba atento a conocer su condena, tal y como él mismo lo reveló a medios locales de su país.
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La decisión del caso, que ahora da la vuelta al mundo, se logró gracias a la empatía que el hombre despertó en el jurado al reconocer el crimen, al explicar las motivaciones y fuerzas internas que lo llevaron a ello. Por lo anterior, dicho jurado emitió una ‘pena menor’ que obliga al hombre a pagar un tiempo de solo tres años de privación de la libertad, razón por la que no dispusieron que fuera trasladado a un centro carcelario.
Con esa decisión, el jurado no tomó en cuenta la solicitud de la Fiscalía del caso, entidad que había abogado para que la pena impuesta en contra del hombre, albañil de oficio, estuviera entre los ocho y 25 años de prisión.
Sobre los móviles del citado delito, la justicia argentina reveló que este ocurrió el pasado 20 de octubre de 2019, al interior de una vivienda ubicada en la Calle el Resero al 300, lugar hasta donde llegó entonces Vila tras conocer, de la propia boca de su hija, que un hombre la había violado, y que esa persona vivía en ese lugar.
El hombre confesó que, tras conocer la denuncia de su pequeña hija, se llenó de odio en contra del abusador, por lo que tomó lo primero que encontró en su vivienda, en este caso un cuchillo, y emprendió camino hacia la ubicación donde se encontraba el abusador.
Vila advirtió en el caso que recuerda pocos detalles de ese día, pero sí confirmó que llegó al lugar en su moto y procedió a encarar al abusador.
“No sabía que lo había matado hasta que me enteré en la comisaría”, señaló el hombre, quien había sido detenido por el ataque, confesando que entró en un cuadro nervioso, no podía hablar y le temblaba el cuerpo, recordó, evocando que en ese momento solo apuntó a abrazar a su esposa, quien buscó tranquilizarlo.
El hombre afirmó que, tras los hechos, pensó que simplemente lo había dejado lastimado, y del mismo choque, al recibir la noticia de la muerte del abusador, le pidió a su pareja que le acompañara a acudir a la Policía.
Señala que allí confesó su acción y entregó una dirección, a tiempo que fue dejado en una pequeña oficina, donde los agentes posteriormente le avisaron que su víctima había fallecido.
Ahora, tres años después del crimen, y luego de conocer la sentencia que pesará en su contra, el hombre señala que experimenta un sincero arrepentimiento por haber arremetido violentamente contra el presunto abusador.
“Si no hubiera ido directamente a la casa no me hubiera pasado todo esto”, advierte el aún indignado padre, en declaraciones recogidas por medios locales en Argentina.
Sobre su cotidianidad, el padre de familia aseguró que “hace 3 años que vengo viviendo un calvario”, añadiendo que, además, durante el período de pandemia se quedó sin trabajo.
El ahora condenado aseguró que, tras los hechos, su hija sigue muy afectada, pese al apoyo incondicional que le han brindado como padres, advirtiendo que es una niña que se le dificulta socializar y que se le ha dificultado socializar.
En ese mismo sentido, el hombre advierte que, en tanto él debió permanecer un tiempo preso, tuvieron que decirle a la niña que él trabajaba en ese lugar para evitar mayores afectaciones; no obstante, refiere que el simple hecho de ingresar al penal, pasando por los distintos controles, ya es traumático para ella, al igual que para su pareja.