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HRW pide a Lula abordar con medidas concretas la crisis amazónica
El presidente electo de Brasil heredó una de las tasas de deforestación amazónicas más altas registradas desde cuando asumió la presidencia en 2003.
La ONG Human Right Watch (HRW) ha hecho un llamado al presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para que se comprometa a tomar “medidas concretas” con el fin de respaldar sus promesas sobre el medioambiente y sobre la conservación del Amazonía.
En su primera declaración pública después de ganar la segunda vuelta de las elecciones el pasado 30 de octubre, Lula se comprometió a reducir a cero la deforestación en la selva amazónica, defender los derechos indígenas y asumir un papel de liderazgo en la respuesta a la crisis climática.
“Como la cumbre climática COP27 en Egipto comienza semanas después de su elección, Lula debe especificar cómo planea defender el Estado de derecho en la Amazonía y proteger tanto el bosque como a sus defensores tan pronto como asuma el cargo”, ha aseverado la directora para Brasil de la ONG, Maria Laura Canineu.
“Debería comprometerse a reconstruir la capacidad de las agencias federales responsables de la protección ambiental y la defensa de los derechos indígenas”, ha añadido.
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Lula heredó una de las tasas de deforestación amazónicas más altas registradas desde cuando asumió la presidencia en 2003. Al final de su segundo mandato, en 2010, la tasa de deforestación se había reducido en un 67 por ciento, según ha detallado la organización.
Entre las medidas que llevaron a este resultado se encuentran la aplicación efectiva de las leyes ambientales, la creación de áreas protegidas, la demarcación de territorios indígenas y la restricción al acceso al crédito de grandes terratenientes que se habían apoderado de tierras públicas y carecían de título legal o habían violado leyes ambientales.
No obstante, las comunidades y organizaciones locales expresaron su preocupación por el alto impacto ambiental y social de las represas y otros proyectos que su administración impulsó en la Amazonía.
Por otro lado, las políticas de la administración de Bolsonaro han permitido que aumente la deforestación ilegal en la Amazonía brasileña, un “ecosistema vital” para combatir el cambio climático, mientras crea “un ambiente de impunidad para los responsables”, según HRW.
“Bajo Bolsonaro, la deforestación en la Amazonía aumentó un 73 por ciento en 2021 en comparación con 2018, su nivel más alto en 15 años. Unos 34.000 kilómetros cuadrados de selva amazónica fueron talados entre 2019 y 2021, según datos oficiales. Casi el 99 por ciento de la deforestación registrada en 2021 tuvo alguna irregularidad que indica ilegalidad”, ha detallado la ONG en un comunicado.
Además, los incendios, a menudo utilizados para limpiar la tierra y prepararla para cultivos o pastos, se han disparado junto con la deforestación. El número de focos de incendios, en la Amazonía desde 2019 hasta octubre de 2022 fue de 368.642 El número de incendios de enero a octubre en 2022 ya es el más alto para la época desde 2010.
Por ello, multitud de expertos ha advertido de que el aumento de la deforestación y los incendios están empujando a la Amazonía a un “punto de inflexión”, del cual la selva tropical no se recuperaría, lo que subraya la urgencia de revertir el daño, ha detallado HRW.
“El equipo de transición de Lula debe preparar una estrategia con pasos concretos para revertir la destrucción ambiental desenfrenada que ha tenido lugar bajo la presidencia de Bolsonaro”, esgrime la misiva de la organización.
Además, como dos de los principales socios comerciales de Brasil, la Unión Europea y Estados Unidos “deberían adoptar leyes que restrinjan la importación desde Brasil de productos agrícolas como ganado, soja y aceite de palma y sus productos derivados vinculados a la deforestación ilegal y abusos de los Derechos Humanos”.
Para HRW sería positivo que Unión Europea no considere ratificar un acuerdo comercial pendiente con Mercosur, una unión aduanera de la que Brasil es miembro, “hasta que Brasil demuestre que está listo para cumplir sus compromisos de proteger la selva amazónica y abordar la violencia contra los defensores de los bosques”.
Los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también deberían, según la ONG, asegurarse de que Brasil haya tomado “medidas concretas” para detener la deforestación y proteger a los defensores ambientales antes de considerar la membresía del país en la organización.
“Brasil ha perdido mucho tiempo para abordar la urgente crisis climática (...) La comunidad internacional debe continuar monitoreando de cerca la situación en la Amazonía y apoyar los esfuerzos para combatir la deforestación y proteger a los defensores de los bosques”, ha instado Canineu.
*Con información de Europa Press