MUNDO
Human Rights Watch denunció presión por parte de los talibanes hacia la prensa en Afganistán
De los más de 500 medios de comunicación que había en el país antes de la llegada de los talibanes al poder, al menos han desaparecido unos 150.
Una de las mayores preocupaciones con la llegada de los talibanes al poder en Afganistán era la restricción de las libertades en el país, algo que se ha confirmado con las prohibiciones a las mujeres, los niños y los medios de comunicación, algo que diferentes organizaciones han criticado.
Una de ellas es Human Rights Watch, que este viernes denunció que el grupo terrorista está “ahogando” a los medios de comunicación con sus restricciones y amenazas constantes.
“A pesar de las promesas de los talibanes de permitir el funcionamiento de los medios que respeten los valores islámicos, las nuevas reglas están ahogando la libertad de los medios en el país”, denunció en un comunicado de prensa la directora para Asia de HRW, Patricia Gossman.
New regulations which prohibit media from reporting anything that is "contrary to Islam,” “insults national figures,” or “distorts news content” are having a chilling effect on journalists in #Afghanistan.
— Birgit Schwarz (@BirgitMSchwarz) October 1, 2021
"Censorship is the immediate result.” @pagossman https://t.co/9pD9vopUHe pic.twitter.com/4yfNmLbukX
Gossman indicó que las sanciones son “tan amplias que los periodistas se están censurando y temen acabar en la cárcel”, luego de analizar las nuevas directrices que el Ministerio de Información y Cultura entregó a los comunicadores, lo cual fue interpretado como una forma de huir del escrutinio de la prensa por parte de los talibanes.
Los fundamentalistas musulmanes prohíben que se difundan ideas “contrarias al islam” o que además insulten a “figuras nacionales”; de igual forma, los periodistas deben asegurarse de que “sus informaciones son equilibradas y no reportan sobre asuntos que no han sido confirmados por oficiales”.
Por otra parte, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) resaltó que este tipo de imposiciones creadas por los talibanes abren la puerta a la censura y la persecución.
Incluso, desde hace varias semanas se vienen presentado denuncias de comunicadores locales que afirman que los talibanes los han perseguido, golpeado o amenazado, por lo que sienten miedo de morir a manos del grupo extremista.
De hecho, de los más de 500 medios de comunicación que hay en el país, en el que hay emisoras, cadenas de televisión o periódicos, unos 150 cerraron desde la llegada de los talibanes a Kabul, por miedo a las represalias, lo cual también llevó a que cientos de reporteros abandonaran el país por miedo.
Esto ha llevado a que Afganistán sea considerado uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión de periodista, pues se encuentra en la posición 120 entre 180 estados.
“Creía que iba a morir”
Recientemente se conoció el caso de dos periodistas de ese país que cubrían para su periódico una manifestación de mujeres que se realizó en Kabul, capital de Afganistán. Sin embargo, su presencia no gustó a los talibanes, quienes los detuvieron durante cuatro horas y les propinaron una brutal paliza.
Se trata del reportero Nemat Naqdi y el editor de video Taqi Daryabi, periodistas del medio “EtilaatRoz”, quienes denunciaron que fueron detenidos mientras cubrían una protesta de mujeres para exigir sus derechos y rechazar la participación de Pakistán en Afganistán, como recoge el medio norteamericano CNN.
Nemat Naqdi, uno de los periodistas golpeados, relató que los talibanes lo golpearon brutalmente en el brazo, la cara y uno de sus ojos. “Me golpearon con tanta fuerza que realmente pensé que era el fin de mi vida”, dijo Naqdi a CNN.
Naqdi asegura que durante dos días no pudo mover uno de sus brazos debido a la fuerza con la que lo golpearon. También afirmó que uno de sus ojos sigue herido y que no puede escuchar nada por uno de sus oídos. “Me dieron cuatro o cinco bofetadas muy fuertes en la cara”, agregó el joven periodista.
Por su parte, Taqi Daryabi aseguró que los talibanes los llevaron a una comisaría cercana al lugar donde las mujeres protestaban. Allí dice que los torturaron durante unos 10 minutos. “Me golpearon con todo lo que pudieron agarrar”, denunció ante CNN.