Estados unidos
Hunter, el malcriado de la familia Biden
El pasado miércoles, Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, no aceptó cargos por evasión de impuestos. Se esperaba que reconociera su culpa como parte de un acuerdo para evitar la prisión. Pero no son los únicos delitos que se le imputan.
Hunter Biden, uno de los herederos de, quizás, el hombre más poderoso del mundo, Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, se encuentra en sus horas más críticas por el juicio que se lleva a cabo en su contra. Se lo acusa de no registrarse como agente extranjero y realizar negocios en países como China y Ucrania que supuestamente involucran a su padre, quien ocupaba la vicepresidencia en ese entonces. También, por lavado de dinero, posesión de armas y evasión de impuestos en 2017 y 2018, uno de los cargos menores.
Si bien se rumoraba que Hunter, un confeso adicto a las drogas, admitiría su culpa en sus presuntos delitos menores, como posesión de armas y evasión de impuestos entre 1,1 millones y 1,5 millones de dólares, esto se reversó porque la jueza federal Mareyellen Noreika rechazó inicialmente el acuerdo alcanzado por Biden y la Fiscalía para que este no quedara tras las rejas. Pese a las insistencias de su equipo legal con el acuerdo pactado, la jueza Noreika se negó a poner fin a las investigaciones.
Esto se determinó porque la jueza tendría la responsabilidad de aprobar el acuerdo sobre las armas, pero carecía del poder para aprobar o rechazar el de los impuestos, ocasionando su frustración debido a la forma en que ambas partes estructuraron los convenios de declaración de culpabilidad a pesar de su relevancia.
Eso sí, así se termine efectuando el acuerdo, esto no evitará que se le siga investigando por los demás casos, que comenzaron en 2018 en cabeza de David Weiss, fiscal federal de distrito de Delaware, asignado por el entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump. Asimismo, el grupo de abogados exige transparencia y equidad.
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Por su parte, Joe Biden, quien se ha mantenido alejado del proceso y no ha dado mucho detalles, solamente ha autorizado a algunos portavoces de la Casa Blanca para que expresaran que tanto él como su esposa “aman a su hijo y lo apoyan en su camino para reconstruir su vida”. El pasado martes en un viaje a California, el mandatario de los norteamericanos afirmó: “Estoy muy orgulloso de mi hijo”.
Este caso, en el que los estadounidenses están al tanto, ha sido la puerta del contraataque de los republicanos. Trump no ha tardado en cuestionar al Departamento de Justicia luego de conocerse el acuerdo de culpabilidad. El líder afirmó que “el sistema está roto” y no se puede tomar “como una simple multa de tráfico”. El expresidente consideró que el acuerdo echa por tierra “cientos de años de responsabilidad penal”.
Estas mismas dudas del partido obligaron al fiscal federal Weiss a pronunciarse y anunciar que testificará públicamente ante el comité en las próximas semanas para responder inquietudes sobre la investigación en curso. Sin embargo, debido a los acontecimientos ocurridos el miércoles pasado, es posible que haya retrasos en la programación de su testimonio.
En teoría, se estima que el hijo del mandatario estadounidense podría enfrentar una pena máxima de un año en prisión por cada una de las faltas fiscales y hasta diez años por la posesión del arma. Esto significa que, en total, podría enfrentar una posible sentencia de más de una década de prisión por ambos cargos combinados.
Sin lugar a dudas, este sonado caso de Hunter, la oveja negra de los Biden, parece ser un duro escollo que tendrá que enfrentar el presidente en su aspiración de reelección. Para bien o mal, hará eco en su campaña con miras a noviembre de 2024.