Enfermedades
Ictus en jóvenes: ¿por qué se están elevando los casos en el mundo?
Sedentarismo y problemas asociados al exceso o abuso de sustancias psicoactivas, entre las causas para que el riesgo aumente en las poblaciones jóvenes.
El ictus es una enfermedad que, si bien tradicionalmente se ha asociado a personas mayores, ha comenzado a encender las alarmas en las autoridades médicas del mundo, debido a la forma en la que, según se ha podido evidenciar en los últimos tiempos, ha venido creciendo en su tasa de registro también en personas jóvenes.
Si bien, en países como España, la enfermedad también ha registrado un importante incremento, de hasta el 40 % en el grupo etario entre los 41 y 50 años (la franja más afectada), los expertos también han referido que el cambio en las dinámicas de vida que se ha presentado en las recientes décadas ha hecho que este tipo de patologías se presente cada vez más en personas de menores edades, incluso en niños.
De acuerdo con las estadísticas, el ictus es una enfermedad muy frecuente que es considerada en países como España la primera causa de muerte de las mujeres y la segunda en el caso de los hombres, dejando, según cifras de la Federación Española de Ictus recogidas por medios locales, un aproximado de 40.000 decesos anuales.
No obstante, frente a esa estadística, es importante advertir que los decesos representan solamente uno de cada tres casos de la enfermedad.
Tendencias
Sobre esta patología, es importante precisar que se trata de una enfermedad cerebrovascular, que consiste en el cese del paso de sangre hacia el cerebro, situación que muchas veces deriva de un caso de obstrucción; ya sea una trombosis o una embolia, entre otros, o por casos de rupturas de vasos sanguíneos cerebrales, que son conocidos como derrames o ictus hemorrágicos.
En ese sentido, la imposibilidad de que llegue de forma adecuada sangre al cerebro deriva en que el funcionamiento cerebral se vea afectado e incluso sufra sensibles daños.
Según los expertos, los estudios médicos han evidenciado que el riesgo de sufrir este tipo de patologías aumenta con la edad, lo que hace que este tipo de patologías se presente en la mayoría de casos a partir de los 55 años. Incluso, en el caso de algunos países europeos, el riesgo es tan alto, que se estima que las personas que actualmente tiene 60 años tienen una posibilidad de ser pacientes de uno de esos episodios en los próximos 10 años.
No obstante, los expertos también han advertido que, en los años recientes, la estadística no se ha centrado solamente en las personas mayores, pues se ha evidenciado un importante crecimiento en el número de casos de las personas jóvenes, por lo que la edad ya no es considerada el único factor de riesgo.
En ese sentido, los expertos han advertido que uno de cada diez pacientes que tienen que ser hospitalizados por esa enfermedad responden a jóvenes o personas por abajo de los 50 años, lo que evidencia que hay otros factores que han incrementado el riesgo para esos grupos etarios.
En ese sentido, la evidencia ha mostrado que, en el caso de las personas jóvenes, el aumento de padecimientos como hipertensión arterial, arritmias y otras enfermedades coronarias, al igual que la diabetes, tener colesterol o triglicéridos elevados, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de otras sustancias peligrosas, ha empezado a hacer que esta patología crezca de manera exponencial en los grupos etarios más jóvenes.
En ese sentido, se ha detectado que el riesgo de padecer este tipo de enfermedades podría también estar asociado con escenarios referentes a la contaminación atmosférica.
La alerta del incremento de casos de ictus, sobre todo en países europeos, se ha elevado. Se ha evidenciado que, en tanto no se tiene tan presente el riesgo de un caso de estos en personas jóvenes, muchas veces, ante el padecimiento de ese tipo de patologías por parte de personas de esos grupos etarios, no se acude de forma oportuna al médico, lo que disminuye las posibilidades de responder adecuadamente a ello.
En ese sentido, y ante la evidencia, la advertencia de los expertos no solo ha ido orientada a que los jóvenes estén más conscientes del riesgo, sino a que tomen medidas para minimizarlo. Si más adelante el riesgo podría estar asociado a calcificaciones de los vasos sanguíneos o por problemas coronarios, en su etapa actual, el riesgo está dado por el sedentarismo y muchas de las consecuencias de ello, así como el abuso de sustancias como tabaco, drogas y alcohol.
No obstante, los expertos también señalan que los niños podrían tener ese tipo de riesgos, aunque en sus casos los factores serían congénitos o por enfermedades como encefalitis o meningitis.
Frente a la patología, los expertos han señalado que en los casos de las personas jóvenes se presume que habría mayor capacidad de recuperación debido a que se presume que tendrían más neuroplasticidad y capacidad de regeneración neuronal; no obstante, ello depende de cada paciente.
¿A qué tenerle cuidado o ponerle atención?
Debido a las advertencias de los expertos, las personas jóvenes no deben descuidar la actividad física para evitar tener algunos de los factores que aumentan el riesgo.
De igual modo, se debe estar atento a la eventual presentación de síntomas asociados a la enfermedad, los cuales son similares en las diferentes edades, y que se refieren a la pérdida de fuerza o sensibilidad; debilidad en la cara, brazo, pierna del mismo lado del cuerpo; visión doble; sensación de vértigo; dolores de cabeza, y afectaciones del habla.