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Imprudencia: curiosos se acercaron demasiado para ver la erupción de un peligroso volcán, en Islandia; ¿qué les sucedió?
Esta zona volcánica estuvo dormida durante ocho siglos, pero ha experimentado un repunte en su actividad en los últimos dos años.
Las autoridades de Islandia recomiendan no acercarse a la nueva erupción volcánica, ocurrida cerca de Reikiavik, pero un grupo de curiosos no pudo resistir el atractivo de una lava “tan naranja como el sol”.
Los expertos afirman que la erupción cerca del pequeño monte de Litli Hrutur es de “baja intensidad”, por ahora, pero las estimaciones iniciales indican que el flujo es significativamente más potente que el de dos erupciones previas en 2021 y 2022, en la misma península de Reykjanes.
“Cuando el viento sopla en esta dirección, no hace tanto calor (...) Es cálido como una fogata”, le dijo a la AFP Niall Lynch, un guía irlandés de 23 años, mientras observaba la lava cerca de Litli Hrutur.
Al otro lado de la fisura, el gas liberado por la erupción provoca un calor “insoportable”. “Ahí es demasiado caliente para quedarse durante cierto tiempo. Es como 1.000 grados Celsius”, exclamó.
Esta zona volcánica despoblada, situada 30 kilómetros al suroeste de la capital islandesa, estuvo dormida durante ocho siglos, pero ha experimentado un repunte en su actividad volcánica en los últimos dos años.
La falla eruptiva se amplió a unos 900 metros durante la noche, respecto a los entre 200 y 300 metros iniciales, afirma el martes en su último informe la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO).
“Cuando miras al centro de la capa de lava, es mucho más brillante de lo esperado”, señaló Lynch.
“Yo pensaba mucho más en colores oscuros como negros y marrones, como las rocas cuando empiezan a solidificarse. Pero justo en el medio es naranja puro, como el sol. Es asombroso”, continúa.
Durante las erupciones en la zona en 2021 y 2022, cientos de miles de visitantes acudieron a admirar el hipnótico espectáculo de la lava en los alrededores del monte Fagradallsfjall y los valles de Meradalir y Geldingadalir.
En esta ocasión, el acceso al lugar fue cerrado el lunes por la noche después de que la IMO alertó de la acumulación de niveles “peligrosamente elevados” de gases volcánicos como el dióxido de azufre.
El puñado de visitantes que consiguió llegar a la erupción antes del cierre lo describieron como una experiencia única, aunque es una actividad que tiene bastante riesgo porque no se puede calcular en qué momento ocurriría un evento fuerte o más agresivo.
Para conseguir ver la lava, tuvieron que avanzar por un difícil camino, cuyos tres últimos kilómetros transcurren entre musgo y rocas incrustadas en el suelo.
“Cuando ves las fuentes de lava y escuchas los chasquidos de la roca solidificada, es simplemente increíble”, asegura Jessica Poteet, una estadounidense de 41 años que vive en Islandia.
Gudmundur Hauksson, un islandés de 26 años, confesó que “es realmente bonito (...) salir y conectar con la Tierra y la naturaleza de esta forma”. Para fortuna de estos curiosos visitantes, no pasó de ser una experiencia única.
El intenso olor de los gases volcánicos y la lava recuerdan a una “gran barbacoa”, afirmaron algunos visitantes. El aire también es pesado, por el humo del musgo que arde.
El vulcanólogo Thorvaldur Thordarson de la Universidad de Islandia dijo que no se sabe cuándo durará el espectáculo.
“Podría durar varios días, podría durar un mes, podría durar seis meses como la erupción de 2021 o incluso más que eso”, explicó.
*Con información de la AFP.