Estados Unidos
Increíble: con sangre de su mejor amiga, niña fingió estar muerta para salvar su vida en tiroteo de Texas
El tiroteo en Uvalde, Texas, dejó 21 personas muertas, en su mayoría niños, despertando una ola de pánico e indignación en Estados Unidos.
Con el pasar de los días se siguen conociendo más historias sobre el repudiable acto terrorista ocurrido en la localidad de Uvalde, Texas, donde el pasado martes, un hombre de 18 años desencadenó un tiroteo que dejó un saldo de 21 personas muertas, la mayoría de ellos menores de edad.
En medio de las historias de las víctimas y los sobrevivientes, medios locales en Estados Unidos también han destacado la vivencia de una menor de once años, identificada como Miah Cerrillo, quien, durante el tiroteo logró mantener la calma, pese a que algunos de sus compañeros, incluída su mejor amiga, habían caído víctimas de las balas, y, dejando aflorar su instinto de supervivencia, logró hacerse pasar por muerta al contener el llanto, la respiración y camuflarse para evitar ser víctima de los disparos.
En medio de su proeza, se ha detallado que la menor, en un momento de valentía y llevada por la adrenalina y el miedo del momento, empleó la sangre que brotaba de su mejor amiga, para untarla en su cuerpo y así hacer creer al pistolero, un joven identificado como Salvador Ramos, que ella había resultado herida e incluso muerta.
Su inusual y aterrador camuflaje le sirvió incluso para engañar a los agentes policiales que, tras haber neutralizado al atacante, ingresaron al salón de clases donde se encontraba la menor para reconocer los efectos del tiroteo, desalojando a los menores, y conduciendo a aquellos que habían resultado heridos a centros hospitalarios.
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Así, debido a haberla encontrado cubierta en sangre, las autoridades condujeron a la menor hasta una ambulancia, en la que fue trasladada a su vez a un hospital para ser valorada, y posteriormente dada de alta, en tanto se evidenció que la sangre que la cubría no era de ella, sino de alguien más.
Aterrados por los sucedido, la matanza y el instinto de supervivencia de la menor, los familiares de Miah contaron el caso a los medios locales, en los que se han ido revelando paulatinamente las historias de las familias que perdieron a algunos de sus miembros y de los supervivientes que claman mejores condiciones de seguridad en las escuelas, después de los traumáticos momentos vividos.
En cuanto a la historia de Miah Cerillo, sus familiares refieren que aunque logró salir físicamente bien librada de la matanza, que cobró la vida de 21 estudiantes y dos profesoras, las secuelas que dejó para la menor este hecho se traducen en afecciones psicológicas, refiriendo que la menor ha presentado comportamientos extraños postraumáticos, referidos a ataques de pánico, llanto, paranoia, e incluso ha evitado hablar sobre lo ocurrido en su escuela.
En declaraciones entregadas a medios filiales de la cadena NBC, en Estados Unidos, familiares de la menor confirmaron que han intentado rodearla para expresarle acompañamiento, conscientes de que el proceso que deriva el haber vivido el episodio dejará traumas que requieren ser abordados por profesionales, y que incluso nunca lograrán ser olvidados.
Además de Miah, otros miembros de la misma familia asisten a esa escuela primaria y afortunadamente salieron ilesos del hecho violento.
Miguel Cerillo, padre de la menor, afirma que vivió momentos muy angustiantes el pasado martes, pues tras enterarse del tiroteo en la escuela a donde asisten sus hijas, decidió acudir hasta el lugar con el objetivo de recabar información sobre su estado, y aunque no lo dejaron ingresar al sitio, pudo ver el momento en que Miah fue sacada cubierta de sangre de la institución hacia una ambulancia.
No todos corrieron con la misma suerte
Así como el señor Cerillo, decenas de padres, incluso, algunos de ellos armados, acudieron al lugar al enterarse del tiroteo; no obstante, ninguno de ellos pudo acceder a la institución, pues la Policía, como medida preventiva, se los impidió.
En ese sentido, otra de las historias que ha trascendido y ha sido retomada por medios internacionales, es la de Ángel Garza, voluntario de primeros auxilios, quien acudió a la primaria Robb no solo para prestar su ayuda profesional, sino también para conocer la suerte que había corrido su hijastra, una niña identificada como Amerie Jo Garza.
En medio de su desempeño como voluntario, Garza advirtió, en declaraciones retomadas por el diario El Universal de México, que se enteró de la muerte de su hijastra, cuando se encontró con una niña que lloraba porque el pistolero había matado a su mejor amiga, una niña identificada como Amerie.
“¿Cómo le disparas a mi bebé?”, fue la expresión con la que Garza lamentó la muerte de su pequeña; una frase que se ha hecho emblemática y que resume el sufrimiento de las familias que perdieron a uno de sus integrantes, y que ahora claman a las autoridades para que sea reforzada la seguridad en los planteles educativos, recordando que el hecho en Texas es solo uno más de las decenas de crudos asesinatos que se han adelantado en esos lugares, y que tienen como centro de la polémica la permisividad que existe en Estados Unidos para adquirir y portar armas, situación basada en lo que permite la llamada ‘quinta enmienda’.
Sobre el asesinato de Garza, quien recientemente había cumplido diez años, y había recibido como regalo un teléfono celular, se ha conocido que murió en momentos en los que intentaba usar ese dispositivo para alertar a las autoridades y su familia sobre la presencia del hombre armado en su colegio.
Tras su muerte, Amerie es considerada una heroína que murió al intentar salvaguardar la vida de sus compañeros.