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Increíble historia: se cayó de un crucero y estuvo 20 horas en el agua en zona de tiburones
James Michael Grimes habla de una segunda oportunidad en la vida, tras su milagrosa historia.
James Michael Grimes, de 28 años, originario de Alabama, Estados Unidos, viajaba en el Crucero Carnival Valor, justo un día antes del día de Acción de Gracias. Grimes cayó al agua en la noche, aún no se explica cómo y pasó 20 horas allí en medio del Golfo de México, rodeado de medusas y tiburones, increíblemente fue rescatado y hoy cuenta al mundo su historia.
En entrevista con el medio estadounidense NBC News, en el Programa Good Morning America, Grimes habló sobre su increíble experiencia. El crucero lo tomó en Nueva Orlenas con dirección a Cozumel, en México, una isla mexicana en el caribe famosa por sus sitios de buceo.
¿Cómo sucedió todo?
Grimes tomó el crucero junto con 18 miembros de su familia, se suponía que harían una gran celebración del Día de Acción de Gracias. “Simplemente estábamos allí, pasando un buen momento, escuchando música y eso es todo”, cuenta Grimes a NBC, recordando los momentos previos al accidente.
El joven cuenta que en el día había tomado algo de licor, mientras hacían una competencia de solos de guitarra en el crucero, pero dice que no estaba ebrio. Estando con su hermana en el bar Grimes le avisó que iba al baño y ahí comenzó todo.
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“¿Recuerdas haber ido al baño?”, le pregunta la periodista, a lo que el joven responde: no. “¿Recuerdas haber caído del bote?” La respuesta es nuevamente un no y añade: “cuando recuperé la consciencia estaba en el agua”.
“El Señor estaba conmigo cuando estaba ahí”, dice. “Porque algo me mantuvo allí todo ese tiempo”. La familia se dio cuenta de su ausencia cuando vieron que no había regresado a su cabina del crucero. Solo en ese momento, notificaron al crucero, a las 2:30 de la tarde del día siguiente. En ese momento, el crucero le notificó a la guardia costera.
La guardia costera tenía un área de cerca de 11.000 kilómetros para hacer la búsqueda, un área enorme.
Mientras lo buscaban, el joven cuenta que trataba de estar positivo y calmado. Sin embargo, no era fácil, se trata de un área reconocida por ser lugar de alimentación de tiburones. Comía lo que le era posible para mantener su energía, vio una especie de tronco de bambú flotando en el agua y empezó a comerlo. “No voy a decir que sabía bien, pero sentí cierto sabor en mi boca diferente al del agua salada”, afirma.
En algunos momentos simplemente la desesperación lo invadía y llegó a pensar: “Este será el fin de mi vida”. Sobre el inicio de la segunda noche, cuando ya de hecho era el Día de Acción de Gracias, él se mantenía nadando, pero dice: “Cuando se hizo de noche de nuevo, el agua comenzó a enfriarse otra vez, en ese momento pensé, cuánto tiempo voy a tener que estar acá”.
Grimes vio un animal que no confirma o descarta que fuera un tiburón, pero dice que trató de esconderse de su vista y logró evadirlo y eso lo hizo pensar: “Todo está dado para que salga de aquí”.
En algún momento, alcanzó a ver una luz y pensó que era su última esperanza, y con lo que describe como sus últimos ánimos, sacó sus manos tratando de que la luz le apuntara, era la guardia costera.
Finalmente, un helicóptero que estaba acompañando a la guardia en la búsqueda lo ubicó y un rescatista lo agarró. Grimes dice que lo primero que le dijo al hombre fue “no tengo ropa puesta”.
Richard Clarck, el hombre que salvó finalmente la vida de Grimes, asegura que el joven estaba a apenas minutos de colapsar. “Ya no le quedaba nada”, dice el rescatista.
Grimes cuenta que pensaba comer mucho durante el crucero, y terminó perdiendo 10 kilos. Dice que volvería a un crucero y que la experiencia le cambió la vida para siempre, porque nada está garantizado.