Estados Unidos
Increíble: prisionero de Arizona es liberado después de pasar casi 30 años en el corredor de la muerte
Fue acusado de abusar sexualmente y matar a una niña de cuatro años.
Dicen que las cárceles están llenas de inocentes y si bien ese no es propiamente el caso de Barry Lee Jones, sí es justo decir que lo condenaron por los cargos equivocados.
El problema es que ese error hizo la diferencia entre pasar muchos años en la cárcel y pasar por la pena capital.
Por fortuna, tras años de batalla legal, la equivocación quedó comprobada y Jones quedó libre, luego de que la fiscalía admitiera que no fue el autor del crimen por el cual fue sentenciado a morir.
En 1994, el reo fue puesto tras las rejas y un año después fue condenado por asesinato en primer grado, abuso sexual y abuso de menores.
La víctima, Rachel Gray, era la hija de su novia, una niña de 4 años. En ese momento, los fiscales aseguraron que ella estaba bajo el cuidado del acusado cuando sufrió los ataques que acabaron con su vida prematuramente.
Así, concluyeron que él le había causado las agresiones.
Sin embargo, una nueva evaluación médica llevada a cabo por la fiscalía del condado de Pima, en Arizona, demostró que él no le causó aquellos daños a la pequeña.
De lo que sí fue hallado responsable fue de no haberla llevado a un centro médico la noche en que ella murió, a sabiendas de que estaba muy enferma, según documentos judiciales obtenidos por la agencia AP.
Según Jones y sus apoderados, el abogado de oficio que le pusieron en la época de su juicio, no investigó lo suficiente y eso lo condenó a la desgracia por la que pasó por casi 30 años.
De haber revisado los registros médicos, aseguran también, se habría salvado de la pena de muerte.
“Nuestra nueva evidencia médica estableció que las heridas de la niña pudieron ser ocasionadas tres, cuatro, cinco y hasta una semana antes de que ella estuviera con Jones”, explicó el investigador Andrew Sowards en entrevista para 3TV/CBS.
En vista de ello, hace cinco años, una corte de apelaciones determinó que el acusado merecía un nuevo juicio.
Cuando el hombre, hoy de 64 años, empezaba a ver la luz, la Corte Suprema de Estados Unidos se interpuso en su camino al decidir que las cortes federales no tenían el poder de revisar los casos, incluso con pruebas de inocencia, informó People.
Ello en contra de una decisión que ya había tomado al respecto.
Mientras tanto, Jones seguía esperando en el llamado corredor de la muerte, expresión que se utiliza en Estados Unidos para los condenados a perder la vida por sus crímenes.
El fiscal general de Arizona decidió entonces emprender una investigación por su propia cuenta, cuyos resultados terminaron dándoles la razón a Jones y sus abogados.
Así, recientemente, el ente acusador le ofreció un acuerdo por el cual se declaró culpable de asesinato en segundo grado, por no haber atendido los problemas de salud de la niña a tiempo.
“Después de casi 30 años en el corredor de la muerte por un crimen que no cometió, Barry Jones finalmente vuelve a casa. Estuvo todos esos años prisionero, a pesar de la evidencia convincente de que era inocente de las acusaciones de que había atacado a Rachel Gray hasta matarla”, le dijo a la prensa Cary Sandman, defensor público federal de Arizona, antes desearle un resto de vida en paz rodeado de su familia.