MUNDO
Indonesia, el nuevo epicentro de la pandemia en Asia
La situación sanitaria en el país asiático sólo empeora con el pasar de los días. Un frágil sistema de salud, combinado con la variante delta de la covid-19, han hecho un tormenta perfecta de una tragedia que aún puede empeorar.
El pasado 15 de julio Indonesia llegó a su máximo récord diario de contagios por covid-19 desde el inicio de la pandemia, con un total de 56.000 casos en un solo día, en momentos en que mantiene un promedio diario de 50.000 casos y más de 1.000 muertes a causa de la enfermedad, una clara muestra de la escalada de las infecciones en el país, que hace un mes se mantenía en 4.000 casos diarios y 150 fallecidos, ¿cómo se dio este repunte?
La explosión de casos tiene a los hospitales indonesios completamente desbordados y muchos enfermos mueren en sus hogares, mientras que las familias buscan desesperadamente obtener oxígeno que se vende en el mercado negro por auténticas millonadas.
La falta de pruebas de detección de coronavirus ha sido otro ingrediente para el caos en el que vive ese país, ya que a pesar de tener una población de más de 270 millones de habitantes, los test diarios a duras penas llegan a las 150.000, en sus máximos históricos.
Todo esto se ha sumado a las muertes sin pasar por el hospital y la falta de seguimiento de los casos de contacto sugieren que estas cifras siguen estando muy por debajo de la realidad. “Indonesia corre el riesgo de convertirse en el nuevo epicentro mundial de la pandemia, al menos ya es el caso de Asia”, explicó Dicky Budiman, un epidemiólogo indonesio en la universidad australiana de Griffith.
“Si se tiene en cuenta la diferencia de población entre India e Indonesia (...), es evidente que la pandemia es mucho más grave en Indonesia”, subrayó. Según él, el número real de nuevos casos es probablemente superior a los 100.000 diarios y se podría llegar al final del mes a 2.000 muertes cotidianas.
Según el gobierno del país, y del ministro de Salud indonesio, Budi Gunadi Sadikin, el aumento de los casos se dio particularmente por la presencia de la variante delta, que ya es dominante en Indonesia y se ha extendido rápidamente en, por lo menos, 100 países más.
La idea del gobierno nacional era ir eliminando restricciones de la pandemia, como eventos masivos, el distanciamiento social y el uso de tapabocas, pero ante la escalada de casos, las autoridades indonesias anunciaron la semana pasada importantes restricciones, como el cierre de centros comerciales, restaurantes y oficinas. La próxima semana la situación podría agravarse con la celebración musulmana de Eid al Adha, en la cual las familias suelen reunirse, por lo que se sospecha que lo peor de la pandemia ni siquiera se ha dado.
El problema en Indonesia también ha sido regional, ya que se considera que se vive una ola de casos en todo el sudeste asiático; países cercanos como Vietnam, Malasia, Myanmar y Tailandia también se enfrentan a los brotes más grandes hasta la fecha y han impuesto nuevas restricciones, al igual que Indonesia, donde se incluyen cierres y órdenes para quedarse en casa.
Todo esto sumado a la escasa vacunación, que a pesar del aumento en los últimos días, tan sólo el 15,4 % de la población ha recibido al menos una dosis y a duras penas el 6 % de los ciudadanos están totalmente inmunizados.
El escenario a futuro parece bastante oscuro en el país, que se ha vuelto el epicentro de la pandemia tanto en Asia como en el mundo, sólo siendo superado en casos por el Reino Unido, que si bien es el país con más contagios diarios actualmente, también cuenta con más de la mitad de su población totalmente inmunizada. Finalmente, el presidente Joko Widodo ha pedido ayuda a la comunidad internacional para acelerar la vacunación y poder salir rápidamente de la crisis actual.
Con información de DW.