Estados Unidos
¿Inmune a todo? Donald Trump intenta evadir sus cargos judiciales mientras sigue en carrera por la presidencia
Donald Trump cruza una etapa decisiva para sus aspiraciones presidenciales. Busca, a como dé lugar, librarse de los líos judiciales, mientras sus posibilidades para los comicios están intactas.
Si hay alguien que sea sinónimo de polémica en los últimos tiempos es el expresidente Donald Trump, quien, a pesar de un sinfín de acusaciones judiciales que podrían enviarlo a la cárcel, mantiene intactas sus aspiraciones para volver a ser presidente de Estados Unidos. Hoy en día, la realidad es que, excepto si sus líos con la justicia lo detienen, el republicano volvería a la Casa Blanca ganando las elecciones.
En una salida del poder más que poco convencional, Trump acusó a Joe Biden y al Partido Demócrata de fraude electoral en su contra para ganar los comicios de 2020. No obstante, lejos de mostrar alguna prueba al respecto, el entonces presidente hizo un llamado a sus seguidores más radicales, lo cual terminó en la toma del Capitolio. Estos hechos marcaron el inicio de los problemas judiciales del líder republicano.
Ahora al expresidente se lo acusa de haber intentado intervenir de manera ilegal los resultados de las elecciones en Georgia para erigirse como ganador, haberse apoderado de documentos clasificados al abandonar la Casa Blanca, incitar una insurrección y más de 30 cargos de fraude comercial cometidos por su organización. Aun así, Trump pretende que todas estas acusaciones queden en nada, basándose en una discutida figura política.
El exmandatario busca salirse con la suya argumentando que como presidente de la nación tenía una inmunidad total para cualquier hecho que podría haber realizado mientras estuvo en el poder. Esta semana se presentó en un juzgado de Washington a fin de intentar que aceptaran esa idea. El jurado adujo que bajo esa premisa un mandatario podría mandar a asesinar a sus rivales políticos, mientras que el republicano afirmó que “como presidente, tienes que poder hacer tu trabajo”.
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Al cierre de esta edición, el juzgado no había tomado ninguna decisión al respecto, pero se espera un concepto negativo para Trump, por lo cual sus procesos judiciales seguirán la dirección que les corresponde. Sin embargo, lejos de encontrar esto como un obstáculo, el expresidente vive un curioso momento en el que el victimismo se ha convertido en su arma de popularidad, hecho que confirman los sondeos.
Por ejemplo, todas las encuestas ponen a Trump como el gran favorito para arrasar en las primarias republicanas: el porcentaje de aprobación en los votantes oscila entre el 75 y el 80 por ciento. Por su parte, la rival más cercana, Nikki Haley, a duras penas llega al 12 por ciento de la intención de voto a pesar de que el expresidente se ha negado a asistir a cualquier debate con sus copartidarios. Alega que es una pérdida de tiempo al tener la nominación prácticamente ganada.
La lógica dictaría que un expresidente acusado de 91 cargos criminales estaría totalmente fuera de la carrera presidencial. Pero, según la más reciente encuesta de Ipsos/Reuters, Trump está empatado con Biden en 35 por ciento de intención de voto para las elecciones que se celebrarán a inicios de noviembre de este año. Si bien la realidad es que Biden logró igualar los sondeos, el republicano parece inmune a cualquier lastre que se le atraviese.
La candidatura de Trump está en las manos de la Corte Suprema de Justicia, de mayoría conservadora y afín a él. Esta tendrá que decidir si es posible excluir al expresidente de la papeleta electoral debido a sus acusaciones, de las cuales aún tiene varios juicios pendientes que arrancarán en marzo. Por ahora, el republicano mantiene su sed de victoria y sus intenciones intactas a medida que las elecciones se acercan más y más.