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Insólito: la arquidiócesis de Nueva Orleans ocultó a un abusador de niños en serie, durante años
Los extremos a los que llegó la segunda arquidiócesis católica más antigua de los EE. UU. para mimar al abusador de niños, Lawrence Hecker.
Los últimos cuatro arzobispos católicos romanos de Nueva Orleans hicieron todo lo posible para ocultar a un abusador de niños en serie; se conoció que aún vive pero que nunca ha sido procesado, según descubrió una investigación de The Guardian.
Tras revisar cientos de páginas de archivos de la iglesia, previamente secretos, The Guardian ha descubierto posiblemente el relato más completo, hasta ahora, sobre los extremos a los que llegó la segunda arquidiócesis católica más antigua de los EE. UU., para mimar al abusador de niños, conocido como Lawrence Hecker.
En 1999, Hecker confesó a sus superiores, en la archidiócesis de Nueva Orleans, que había abusado sexualmente o compartido la cama con varios adolescentes, a quienes conoció a través de su trabajo como sacerdote católico romano.
Dicha conducta, ocurrió durante un período de 15 años, comenzando a mediados de la década de 1960, que según Hecker “fue una época de grandes cambios en el mundo y en la iglesia, y sucumbí a su espíritu de la época”.
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En una declaración de dos páginas, entregada a las autoridades de la iglesia local que presta servicios en una región con alrededor de medio millón de católicos, Hecker dice: “Fue un momento en el que descuidé la dirección espiritual, la confesión y la mayoría de las oraciones diarias”.
Hecker confesó la mala conducta o el abuso de siete adolescentes entre 1966 y 1979, incluidos “actos abiertamente sexuales” o “actos sexuales..., cariñosos” con al menos dos personas. En otros casos, Hecker reportó caricias, masturbación mutua, desnudez o compartir la cama, incluso una vez en un viaje nocturno a un parque temático de Texas.
La confesión de Hecker dice que el difunto arzobispo de Nueva Orleans, Philip Hannan, habló con él sobre una acusación de abuso sexual en 1988. En 1996, el sucesor de Hannan como arzobispo, el difunto Francis Schulte, recibió otra acusación que la organización consideró infundada.
La admisión de Hecker, en 1999, llegó después de que una de sus víctimas presentara otra denuncia ante la arquidiócesis. La organización respondió, en parte, enviando a Hecker a un centro de tratamiento psiquiátrico fuera del estado, que lo diagnosticó como un pedófilo que racionalizó, justificó y asumió “poca responsabilidad por su comportamiento”.
Pero Hecker no dejó de trabajar. De hecho, después de un año sabático (de unos meses en realidad), la iglesia finalmente le permitió continuar hasta su jubilación en 2002. Esto sucedió después de que un escándalo de encubrimiento y abuso sexual, por parte de un clero católico que atrapó a la archidiócesis de Boston, provocara reformas en la iglesia en todo el mundo.
Cuando los abogados de la arquidiócesis, presionados por el escándalo de Boston, denunciaron a Hecker junto con un puñado de otros clérigos, a la policía de Nueva Orleans, solo informaron a los investigadores sobre uno de los casos citados en su confesión. Y no mencionaron la confesión en absoluto.
Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley nunca han acusado a Hecker de un delito, a pesar de que su número de acusadores solo ha aumentado con el paso del tiempo. No obstante, incluso con las políticas de transparencia, que la iglesia católica adoptó en general después del escándalo de 2002 en Boston, la arquidiócesis de Nueva Orleans esperó hasta que publicó una lista, de 2018. Dicha lista contenía docenas de sacerdotes y diáconos a quienes la arquidiócesis consideraba fuertemente sospechosos de abusar sexualmente de menores. Esto se publicó antes de reconocer públicamente que Hecker era un depredador.
En particular, la arquidiócesis solo dejó de pagar los beneficios de jubilación de Hecker en 2020. Citando una obligación moral que tenía con todos los clérigos, la arquidiócesis esperó hasta después de solicitar la protección federal por bancarrota ese año (en parte debido a un litigio a raíz de la lista de abuso del clero) para dejar de pagar estos beneficios a Hecker y otros clérigos abusivos. El juez de la quiebra lo ordenó, según The Guardian.
La arquidiócesis no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios de medios locales, pero un abogado de la organización dijo la semana pasada en la corte, que el arzobispo de la ciudad desde 2009, Gregory Aymond, “está tomando todas las medidas posibles para proteger a los niños”.
Por otra parte, el fiscal de distrito de la parroquia de Orleans, Jason Williams, confirmó que el 14 de junio la arquidiócesis entregó “documentos voluminosos y con bastante información” relacionados con Hecker. No dijo si su oficina obligó a la iglesia a entregar los archivos a través de una citación.
Esa revelación se produjo después de que la oficina de Williams hablara con un hombre que alegó que Hecker lo había estrangulado hasta dejarlo inconsciente y lo había violado cuando era niño, después de conocer al sacerdote a través de una institución católica, según un abogado que representa al acusador.
Los casos de violación infantil en Luisiana no tienen plazos de presentación y podrían conllevar cadena perpetua. Sin embargo, no está claro cuándo o si Hecker finalmente será acusado.
El abogado de Hecker, Eugene Redmann, se ha negado a hablar con The Guardian sobre los reclamos contra su cliente. Pero aludió a que Hecker tenía 91 años, dijo que las afirmaciones en general eran de “décadas atrás” y agregó que las personas de edad avanzada “pierden mucha memoria”.