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Israel advirtió al jefe de la CIA que el nuevo presidente de Irán está “mentalmente perturbado”
Desde Jerusalén buscaron la manera de evitar cualquier acercamiento entre Irán y Estados Unidos.
Este martes, llegó a Israel el jefe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, William Burns, quien arribó con el objetivo de tener una conversación focalizada en Irán, puesto que los informes especifican que se buscó la manera de evitar cualquier acercamiento estadounidense con Teherán, pues aseguran que el nuevo presidente de ese país es un inadaptado trastornado.
De acuerdo con The Times of Israel, no hay mayores detalles acerca de la agenda de las conversaciones del jefe de la CIA en Israel, pero el portal Walla dijo que el plan de Burns es tener un encuentro con el primer ministro Naftali Bennett, el jefe de la agencia de espionaje del Mossad, David Barnea, y otros integrantes de inteligencia de alto nivel.
Es así como a Burns le entregaron información para demostrarle que el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, es alguien indigno de confianza y no tiene la capacidad de negociar un nuevo acuerdo nuclear o de cumplir sus compromisos.
“El Mossad lo describió como alguien con trastornos mentales”, afirmó el Canal 12 de noticias en un informe.
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La visita del jefe de la CIA se da en medio de lo que es denominado por los analistas como una “guerra en la sombra”, donde se ha registrado una serie de ataques a instalaciones en Irán y embarcaciones marítimas vinculadas a Israel.
El ultraconservador Ebrahim Raisi fue investido hace una semana como nuevo presidente de Irán con la misión de levantar una economía hundida por las sanciones estadounidenses y la pandemia, y de relanzar las negociaciones para salvar el acuerdo internacional sobre su programa nuclear.
Ganador de la elección presidencial de junio marcada por una abstención récord y la descalificación de numerosos rivales, Raisi toma el relevo del moderado Hasan Rohani, que cerró en 2015 el acuerdo nuclear entre Irán y las grandes potencias tras años de tensión.
Antiguo jefe de la Autoridad Judicial, Raisi, de 60 años, comenzará oficialmente su mandato de cuatro años tras la aprobación de su elección por el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
“Conforme a la elección de pueblo, invisto al sabio, incansable, experimentado y popular Ebrahim Raisi como presidente de la República Islámica de Irán”, escribió el guía supremo en un decreto que leyó su jefe de gabinete.
En sus primeras palabras como nuevo presidente, Raisi declaró que su gobierno iba a intentar levantar las sanciones estadounidenses contra su país, aunque no espera que los extranjeros ayuden a mejorar la situación de Irán.
“Por supuesto que buscamos levantar las opresivas sanciones, pero no supeditaremos las condiciones de vida de la nación a la voluntad de los extranjeros”, declaró Raisi en una ceremonia en la que, debido a la pandemia, solo un número limitado de responsables fue invitado.
En su discurso, el ayatolá Jamenei reconoció que Irán sufre muchos problemas económicos, pero aseguró que “las capacidades del país son aún más numerosas”.
“Resolver los problemas económicos lleva tiempo y no puede hacerse de la noche a la mañana”, aseguró.
Raisi prestará juramento el jueves en el Parlamento, ante el que deberá presentar sus candidatos para los cargos ministeriales.
A su vez, el sucesor de Trump, Joe Biden, dijo estar dispuesto a volver al Acuerdo de 2015 y se implicó en conversaciones indirectas con Irán en paralelo a las negociaciones en Viena con el resto de países firmantes (China, Francia, Alemania, Rusia y Reino Unido).
Las discusiones parecen bloqueadas hasta la asunción de funciones de Raisi, quien aseguró que defenderá los “intereses nacionales”.
Entre tanto, la tensión no se desvanece con episodios como el reciente ataque a un petrolero gestionado por un millonario israelí en el mar de Omán en el que murieron dos personas y que Israel atribuyó a Teherán.
Estados Unidos, así como el Reino Unido, se sumó a las acusaciones y prometió una “respuesta colectiva” con sus aliados contra Irán.
Teherán negó cualquier implicación y advirtió que responderá “decisivamente a cualquier posible aventurerismo”.