VACUNAS
Israel va a ‘años’ de Europa en su estrategia de vacunación: ¿Cómo lo logró?
Estas son las nueve claves que han hecho de este país el modelo de inmunización en el mundo entero. Este jueves comienza a vacunar a todos los mayores de 16 años, tras haber logrado esa meta en la población adulta.
El éxito de la vacunación de Israel despierta envidia en el mundo entero. El país se ha convertido en un un punto de referencia para esa estrategia. En diciembre, el Estado hebreo ya había vacunado a unos 3,2 millones de ciudadanos (35 % de su población), de las cuales 1,8 millones una segunda vez, sobre un total de cinco millones de dosis aplicadas, primero a las personas mayores. Como la población adulta ya está en su mayoría inmunizada, a partir del jueves, todos los mayores de 16 años serán vacunados.
Según Bloomberg, que tiene un seguimiento de la vacuna, mientras Estados Unidos logrará este año la vacunación de la mayoría de su población, otros países como Canadá tardarán mucho más, a pesar de tener una gran disponibilidad de dosis. Sin embargo, Israel lleva la delantera, y está ya a años de otros países en esa estrategia, aún de las grandes potencias.
“Las trayectorias marcadamente diferentes muestran cómo los países de todo el mundo de manera desigual han iniciado la campaña de vacunación masiva más grande de la historia. El Reino Unido e Israel también están en camino de administrar un régimen de vacuna de dos dosis a las tres cuartas partes de las personas este año, alcanzando una estimación aproximada de cuándo podría activarse la inmunidad colectiva, mientras que gran parte de Europa necesitaría unos años para esa meta”, señala la publicación.
Estos son los nueve puntos que explican por qué les va tanto mejor que a otros países.
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1. Compraron de primeras
Israel cerró antes que muchos los acuerdos para adquirir la vacuna. Según el doctor Asher Yeshaihu Salmon, jefe del Departamento de relaciones internacionales en el Ministerio de Salud de Israel, “en abril ya estábamos en contacto con AstraZeneca, y al final de la primavera ya había discusiones con Moderna. En noviembre se finalizaron los acuerdos con Pfizer”. Esta última farmacéutica les aseguró las primeras 10 millones de dosis. De acuerdo con el centro de pensamiento Brookings, el tamaño y la capacidad de este país para ejecutar la vacunación fueron claves. “Netanyahu lo sabía, y las farmacéuticas también”, que Israel sería el “país piloto” perfecto para Pfizer, asegura en una de sus publicaciones. El ministro de Salud, Yuli Edelstein, confirmó que la nación entró rápidamente a negociaciones con las farmacéuticas debido a su alta capacidad de entregar las dosis efectivamente. Para Edelstein, “los convencimos de que si nos daban la vacuna primero, sabríamos exactamente cómo administrarla en el menor tiempo posible, y eso fue lo que pasó”.
2. Vacunas vs. información
El diario Politico explicó que en el acuerdo que Israel firmó con Pfizer se incluyó el intercambio de datos. Bajo este, el país le proporcionará a la farmacéutica y a la Organización Mundial de la Salud información sobre edad, género, historia médica, eventuales efectos secundarios y la eficacia. Esto tendrá el propósito de aumentar el conocimiento de la nueva vacuna y además mejorar su mercadeo global. Según el doctor Salmon, “la información que se está compartiendo incluye casos adversos y de ineficacia, lo cual le permite a Pfizer recolectar datos que aplica a escenarios y personas reales”. Esto se debe al uso de un sistema electrónico nacional, el cual documenta a todos los pacientes que han recibido la vacuna y monitorea continuamente sus efectos secundarios.
3. La logística ya estaba lista
Cuando aprobó la vacuna de Pfizer a mediados de diciembre, Israel ya estaba listo para empezar a ponérsela a sus ciudadanos. Aparte de conseguir una licencia de emergencia por medio de información del FDA y otras fuentes, se desarrolló un programa llamado “esquema nacional de adquisiciones”. De acuerdo con el doctor Salmon, este involucra múltiples ministerios y agencias, tales como la oficina del primer ministro, la Policía y los ministerios del Interior, Defensa, Salud, entre otros. “Todo está coordinado a través del centro de comando de covid-19 del Ministerio de Salud para asegurar la recepción eficiente y rápida de vacunas. También nos aseguramos de empezar temprano negociaciones con proveedores de jeringas y demás elementos para garantizar su llegada oportuna”.
4. Estadios para vacunar
Israel capacitó personal médico en tiempo récord y, paralelamente, levantó centros de vacunación para poder adelantar su plan masivamente. Estadios y centros comerciales son utilizados hoy para aumentar la capacidad de vacunación. El principal obstáculo que tiene la vacuna de Pfizer –la necesidad de estar en ultracongeladores que garanticen temperaturas de -70 grados– también se solucionó. Todo el almacenamiento se hace en el centro de logística de la mayor empresa farmacéutica, Teva, localizada en el medio del país.
5. Un sistema de salud ejemplar
La alta eficacia del programa de vacunación israelí se debe en gran parte a su sistema de salud pública. Este está conectado a una red digital en el que se registra el historial médico de cada ciudadano desde su nacimiento, incluyendo hospitalizaciones, medicamentos prescritos y vacunaciones. Tienen una cadena de mando centralizada, en un sistema llamado HMO. “Les dimos mucha responsabilidad”, explicó el doctor Salmon. Cada HMO es responsable de comunicarse con sus miembros por medio de llamadas y mensajes de texto. Así, buscan que nadie se les quede por fuera.
6. Todos se quieren vacunar
Contrario a lo que pasa en otros países, en donde crece el escepticismo de muchos frente a la vacuna, en Israel se forman largas filas para poner tener una dosis. Hay razones para este éxito. En muchas naciones se comenzó a vacunar solo a los mayores de 70 años, pero allí esta semana ya empezaron con los de 40. “Decidimos hacer esto para que la gente entendiera que lo correcto es vacunarse”, explica el doctor Salmon. “Durante todo el proceso de vacunación, hemos aprendido a planear, pero también a dejar espacio para la flexibilidad. Entonces, si descubrimos que al final del día hay sobrantes, permitimos que jóvenes que esperan las reciban. No queremos desperdiciar”.
7. Campañas publicitarias
Las comunidades ultraortodoxas, jasídicas y árabes, que tienen poca confianza en el Gobierno, han sido las más reticentes. Para contrarrestar este efecto, se llevaron a cabo campañas publicitarias, y cada una tuvo una estrategia de comunicación distinta. “Realizamos campañas para la población LGBTQ, para la comunidad ortodoxa, para la población árabe”, explicó el doctor Salmon. “Queríamos que tuvieran una combinación de honestidad y transparencia”. Los eventos no pretendían mostrar que todo es perfecto, sino tener claras la eficacia y las ventajas de estar vacunado.
8. Sistema nacional electrónico
El sistema digital, que incluye un servicio de mensajes de texto, una aplicación móvil y trabajadores multilingües que ayudan a pacientes a reservar fácilmente una cita para vacunarse, ha sido también clave. “Mientras el NHS (el servicio médico del Reino Unido) envía correo, Israel usa un sistema moderno de mensajería digital para ejecutar su programa de vacunación’’, se lamentaba el diario The Telegraph al elogiar la estrategia de este país. Los pacientes pueden allí programar fácilmente sus citas y recibir recordatorios en mensajes de texto o llamadas. Este sistema digital también ha sido fundamental para mantener el inventario y evitar la caducidad de las vacunas. Se abrieron dos líneas telefónicas: una para el personal a cargo de la estrategia de vacunación (para resolver dudas) y otra para los pacientes.
9. Ninguna dosis desperdiciada
Las vacunas Pfizer y Moderna son muy sensibles a las vibraciones y los golpes, lo cual es un problema, explicó el doctor Salmon. “Por lo tanto, desarrollamos un método de ‘caja de pizza’ que utiliza envíos pequeños para distribuir vacunas con el fin de limitar y disminuir la vibración”. De acuerdo con el médico, las cajas de vacunas no se pueden enviar de un destino a otro, por lo que se deben usar cajas de distribución pequeñas para áreas más remotas, disminuyendo significativamente el riesgo de pérdida de dosis. Además, se desarrolló un método de distribución para asegurar que se utilizaran todas las dosis de la vacuna. “Tratamos de averiguar cuántas vacunas quedaban al final de cada día”, reveló el doctor Salmon. Y para disminuir el desperdicio, los trabajadores de unidades de emergencia como conductores de ambulancias y policías también se incluyeron en la fase uno, y las vacunas sobrantes se llevaron a las estaciones al final del día. Con este sistema, casi 90 por ciento de la brigada policial se vacunó y a la vez, ninguna vacuna se perdió.