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Israelíes residentes cerca de Gaza se preparan para una guerra larga
Los combates en Oriente Medio dejan una cifra de más de 4.000 muertos, mientras que las tensiones no parecen descender en ningún momento.
Los habitantes de ciudades israelíes cercanas al territorio palestino de la Franja de Gaza se organizan frente a una guerra contra Hamás que puede prolongarse indefinidamente, tras los ataques del grupo terrorista del pasado sábado 7 de octubre. Tienen miedo, pero confían en que su gobierno no los olvidará. “El diablo nos ataca”, dice Gil, un reservista destacado en la ciudad de Sederot.
Como las otras localidades del sector, Sederot está habituada desde hace años a los “Tzeva Adom” (Color rojo, en hebreo), las sirenas de alerta desencadenadas por disparos de cohetes desde Gaza, provenientes de parte de los grupos islamistas radicales, que se mantienen en contantes combates con las fuerzas israelíes. “Pero ahora es diferente”, considera Gil, quien no desea dar su apellido.
El 7 de octubre, comandos del grupo islamista terrorista Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, irrumpieron en varias localidades del sector, incluyendo Sederot, donde masacraron o capturaron habitantes israelís. La incursión causó más de 1.400 muertos del lado israelí y los ataques de represalia más de 3.000 en la Franja de Gaza, en su mayoría civiles de ambas partes.
Peter, un jubilado de 70 años que no quiso dar su nombre, va en pick-up por las calles desiertas, llevando un fusil en las manos: “Vinimos de Tel Aviv para vigilar, proteger, ayudar como se pueda”. Con grandes bolsas de prendas para niños en su brazo, Miriam Shmailov, ama de casa de 29 años, dice tener “mucho miedo, quiero irme de aquí”.
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Un plan de evacuación fue puesto a disposición el domingo para los 30.000 habitantes de Sederot, para su traslado hacia otras ciudades y su albergue en hoteles, como una medida temporal tras los ataques terroristas del grupo extremista, que desde el pasado fin de semana han desatado una ola de terror para los israelíes.
Pero Shmailov, cuyo edificio fue destrozado por cohetes, por ahora está refugiada en casa de familiares fuera de la ciudad. A su regreso a Sederot, no pudo reunirse con otras personas evacuadas hacia hoteles, pues no logró conseguir los documentos necesarios.
“Me dije que no podemos esperar”, dijo mientras se alistaba para salir de la ciudad con su familia en un vehículo particular. Benévolos como yo ayudamos a la gente a irse en nuestros vehículos”, dice Ravit Naor. El Gobierno es puro “bla bla” cuando ahora “es tiempo de actuar”, manifiesta el ciudadano israelí. “Y las ayudas financieras a los desplazados (unos 1.000 shekels o sea 235 euros por persona sola) están “lejos de ser suficientes”, agregó.
Diputados y miembros del Gobierno visitaron a los habitantes de Sederot en los últimos días. Como el diputado Boaz Bismuth, del partido Likud del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien prometió el martes que “se logrará el presupuesto necesario para la seguridad (...). Esta vez será larga esta guerra, debe ser la victoria total”.
“Necesitamos mucho apoyo”, subraya Ayelet Shmuel, directora del Centro Internacional de la Resiliencia, organismo que ayuda a los habitantes de Sederot desplazados por los ataques realizados por Hamás, y que hasta ahora dejan una ola de devastación nunca antes vista en la región.
Frente a un edificio municipal, toman café benévolos, vestidos de negro o café, sin arma pero con atuendos y elementos de soldado. “Llegaron al comienzo de la guerra para proponer la integración de grupos de protección de la ciiudad”, dijo Shmuel.
La municipalidad reclama medios para instalar una unidad de intervención de ciudadanos, que apoye a la policía. La policía anunció el lunes que comenzaría a armar civiles para acelerar la respuesta en caso de ataque o situación de crisis en las ciudades del país.
*Con información de AFP.