MUNDO
Joe Biden se pronuncia sobre los ciberataques al oleoducto Colonial Pipeline
El mandatario señaló que hay fundamento para creer que los ‘hackers’ viven en Rusia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este jueves que Vladímir Putin no está relacionado con el ciberataque contra un enorme oleoducto estadounidense, realizado desde Rusia según Washington, pero que abordará el tema con el líder del Kremlin en una esperada cumbre.
Estados Unidos cree que un grupo criminal con sede en Rusia atacó el Oleoducto Colonial, que suministra gasolina a gran parte del sureste de Estados Unidos, con un ransomware, un programa informático que infecta un sistema y pide un rescate para devolver el control a su dueño.
Cuando se le preguntó si Putin o el gobierno ruso estaban al tanto del ataque, Biden hizo una pausa y luego dijo: “Estoy seguro de que he leído el informe del FBI con precisión y dicen que no lo estaban, que no lo estaba, que el gobierno no lo estaba”.
“No creemos –subrayó– que el gobierno ruso haya estado involucrado en este ataque. Pero sí tenemos fuertes razones para creer que los criminales que hicieron el ataque están viviendo en Rusia. De ahí vino”, añadió.
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El presidente estadounidense indicó que su administración ha estado en “comunicación directa con Rusia” y que se necesitan normas internacionales para endurecer el control sobre estos grupos criminales.
“Estamos en contacto directo con Moscú sobre el imperativo para que los países responsables tomen medidas decisivas contra las redes detrás del ransomware. Sospecho que ese es uno de los temas de los que hablaré con el presidente Putin“, dijo.
Se espera que se reúna con el mandatario ruso por primera vez desde que es presidente durante una visita a Europa en junio.
Washington, a su vez, también emprenderá medidas para socavar su habilidad de actuar, sostuvo el presidente, precisando que el Departamento de Justicia ha formado un nuevo grupo de trabajo encargado de “enjuiciar a hackers extorsionistas con todo el peso de la ley”.
Biden mencionó que había firmado un decreto ejecutivo la noche anterior destinado a mejorar la seguridad cibernética de objetos de infraestructura mediante mayor colaboración entre agencias federales y el sector privado en la integración de tecnologías en esta materia.
Colonial Pipeline fue objeto de un ataque cibernético el pasado 7 de mayo, tras lo cual el operador se desconectó y no reinició sus operaciones hasta la noche del miércoles.
La empresa privada suministra el 45 % de los combustibles, incluida gasolina y diésel, a la costa oriental de EE. UU., transportando 2,5 millones de barriles al día. La suspensión del suministro causó largas colas en gasolineras y compras de afán, provocando un déficit y disparando el precio de la gasolina hasta los 2,99 dólares por galón, el máximo desde noviembre de 2014. Se reporta que más de 1.000 gasolineras en la región han agotado ya sus reservas.
Georgia, Carolina del Norte y Florida declararon el estado de emergencia este martes y ajustaron regulaciones para acelerar los suministros de combustible.
La agencia Bloomberg informó este jueves citando a dos fuentes que horas después del ataque, Colonial Pipeline pagó 5 millones dólares en una criptomoneda para desbloquear sus sistemas de transporte de combustibles paralizados por un virus maligno, atribuido al colectivo DarkSide, una información que contradice la versión del diario The Washington Post que señala que no habría pagado para que liberaran sus sistemas.
Colonial Pipeline vuelve lentamente a entregar gasolina en EE. UU.
Colonial Pipeline retomó este jueves la entrega de gasolina en la mayoría de sus terminales y la situación en las estaciones de servicio mejora, aunque lentamente tras una ola de pánico entre conductores por una eventual falta del carburante.
El presidente Joe Biden saludó las “buenas noticias” y urgió a los estadounidenses a permanecer en calma mientras se restablece el suministro en los próximos días.
Aunque “no veremos los efectos en las gasolineras inmediatamente”, habrá un “retorno a la normalidad que comienza esta semana y continuará la próxima”, declaró Biden a reporteros en la Casa Blanca.
“Sé que ver filas en las gasolineras sin gasolina puede ser extremadamente estresante, pero esto es una situación temporal. No lleven más gasolina de la que necesitan. No entren en pánico”, añadió el presidente.
Conductores desesperados desde Florida hasta Maryland hicieron fila en las gasolineras para llenar sus tanques y otros recipientes, y la demanda disparó los precios del combustible.
Tras este incidente el precio de la gasolina en estaciones de servicio subió por encima de los tres dólares el galón (3,8 litros) por primera vez desde 2014, según la asociación automotriz AAA.
El abastecimiento normal de las estaciones de gasolina podría tomar “varias semanas”, según Patrick De Hann, analista del sitio especializado GasBuddy.
La compañía propietaria del oleoducto dio cuenta de avances en el restablecimiento del servicio.
“Colonial Pipeline hizo progresos sustanciales en la vuelta a operaciones de la red de oleoductos y podemos decir que la entrega de productos comenzó en la mayoría de los mercados que atendemos”, indicó la compañía este jueves en un comunicado.
La red de oleoductos de 8.800 km, la mayor de Estados Unidos para productos refinados, sirve a toda la costa este estadounidense a partir de refinerías instaladas en el golfo de México.
Para aliviar la situación de abastecimiento, el gobierno de Biden concedió a partir del domingo mayor flexibilidad para el transporte de productos refinados por carretera.
El martes, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) otorgó “una exención temporal para garantizar que haya un suministro adecuado de gasolina disponible en las áreas afectadas hasta que se pueda restablecer el suministro normal a la región”.
La medida de la EPA suspende las reglas de aire limpio que requieren que las áreas urbanas usen combustible con aditivos que hacen que la gasolina sea menos contaminante, pero también más cara.
Esta disposición regirá hasta el 18 de mayo y concierne a la capital, Washington D. C., así como a los estados de Maryland, Pensilvania y Virginia.
Con información de la AFP.