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“Para Trump es francamente irrelevante el tema de la paz en Colombia”

Juan Gabriel Tokatlian analiza la visita del presidente Iván Duque a Washington. Asegura que muy posiblemente Venezuela no fue lo que imperó necesariamente en el diálogo de ambos mandatarios.

13 de febrero de 2019
Para el analista argentino se trata de una visita trascendental. | Foto: Archivo particular/Montaje Semana.com.

Aunque muchos analistas coinciden en que el tema de Venezuela seguramente acaparó toda la agenda del presidente Iván Duque en su visita a Donald Trump, Tokatlian, experto en Relaciones Internacionales y cofundador del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Los Andes, dice que el narcotráfico seguirá siendo de gran importancia en la relación bilateral. Señala, además, la posibilidad de que después de su paso por Estados Unidos el presidente llegue a Colombia con una serie de compromisos adquiridos, como una postura aún más dura frente a la lucha contra el narcotráfico que incluya más fumigaciones y más extradiciones.

Aunque muchos ven esta visita como algo protocolario, el experto asegura que es una gira significativa por la importancia estratégica que en este momento tiene Colombia para Estados Unidos, no solo en la lucha antidrogas sino también de cara al llamado ‘eje de la tiranía’. Pero advierte la necesidad de que Duque no caiga en la “tentación de subordinar su política exterior a la de Washington”.

SEMANA: Se habla de que la visita de este miércoles del presidente Iván Duque a Washington fue dominada por el tema de la crisis en Venezuela, y que eso excluyó otros temas importantes de la agenda bilateral. ¿Está de acuerdo con esa interpretación?

JUAN GABRIEL TOKATLIAN: Creo que esa interpretación es errada, porque se centra básicamente en lo que algunos sectores y el gobierno mismo quieren que quede en un lugar menos central: el tema de las drogas. La obsesión y la preocupación que tiene el presidente Trump por el tema de los opiodes y el aumento en los últimos dos años otra vez del consumo de cocaína, me parece que colocan al tema de las drogas en un lugar tan significativo como el tema de Venezuela. Entiendo que todas las administraciones, probablemente desde el gobierno de César Gaviria en adelante en un primer momento intentaron desnarcotizar la relación con Estados Unidos, pero los hechos fácticos llevan tarde o temprano a narcotizarla, quiérase o no.

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SEMANA: ¿Qué hechos creen que no van a permitir esa desnarcotización de la relación entre Colombia y Estados Unidos?

J.G.T.: Desde la llegada de Trump, desde su amenaza en septiembre de 2017 de que eventualmente volvería a descertificar a Colombia, los datos permanentes que surgen de fuentes estadounidenses que indican el aumento sostenido de las áreas  cultivadas y una mayor cantidad de cocaína proveniente de Colombia entrando en los Estados Unidos, el informe del año pasado del Departamento del Tesoro que indica que aproximadamente se lavan entre 5.000 y 10.000 millones de dólares que vuelven a las mafias en Colombia… Me parece que esos hecho harán que la reunión vaya a tener ese tema. Y Colombia a cambio de tener una actitud menos agresiva de los Estados Unidos, seguramente se va a comprometer con una política de mayor dureza contra el narcotráfico.

SEMANA: ¿Y el tema de Venezuela?

J.G.T.: Paralelamente también va a ser importante, pero yo los pondría en una situación de equilibrio. Porque repito, si uno analiza lo que ha dicho y hecho la administración Trump, el tema de las drogas sigue siendo central para su estrategia hacia Colombia y la región. Y en el tema Venezuela, me parece que lo que sucede es que el valor estratégico de Colombia hoy se ha incrementado notablemente para los Estados Unidos.

SEMANA: ¿En qué sentido?

J.G.T.: Para la administración del presidente Trump se ha creado un nuevo enemigo, lo que los funcionarios llaman el ‘eje de la tiranía’. En él se identifica a Venezuela,  Cuba y Nicaragua. El único país en toda América Latina que tiene dificultades con esos tres países, simultáneamente, es Colombia. Las tiene con Cuba a raíz del atentado del ELN y de todo el tema de la extradición o la aplicación de los protocolos. La relación con Cuba había sido inmejorable en los últimos años, gracias al aporte de la Habana como centro y lugar de la negociación con las Farc y el más reciente contacto con el ELN. La relación con Nicaragua siempre ha sido muy mediocre, más aún después del fallo de la Corte Internacional respecto a la cuestión marítima. Y ahora estamos en un año en el cual va a venir otro fallo sobre ese tema, y por lo tanto las tensiones van a continuar. Y la relación con Venezuela es la relación bilateral más negativa que tiene Colombia con cualquier país de la región. Entonces para Washington Colombia tiene  hoy un valor importante porque puede ayudar a presionar y aislar a Venezuela. Puede ayudar a incrementar la crítica contra Cuba y puede, a su vez ,tener una actitud más agresiva respecto a Nicaragua. Pero en esta particular coyuntura de una política muy agresiva frente a lo que Washington identifica como el ‘eje de la tiranía’,  va a visitar a Washington el país que más controversia tiene con esos tres países. Y por lo tanto para Washington lograr que Duque acompañe a los Estados Unidos en una política de aislamiento es muy importante. Y eso no depende tanto de Trump, sino que seguramente se hablará en las otras visitas que tendrá y de los otros funcionarios que verá el presidente. Incluso de los republicanos del congreso.

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SEMANA: ¿Ve a Duque embarcándose en esa cruzada contra esa ‘triada de la tiranía’?

J.G.T.: Cabrá que el gobierno Duque entienda que Colombia tiene sus propios intereses nacionales, que no necesariamente son los de Estados Unidos. Y habrá que ver si puede diferenciar cuáles son los intereses que a Colombia le convienen y no le convienen. No le conviene, creo yo, tener relaciones tensas con sus vecinos. Pero, en todo caso, si uno se para en Washington, no en Bogotá, hoy el valor táctico de Colombia para Estados Unidos es mucho más significativo que el de cualquier otro país en esta presente coyuntura. 

Entonces para Washington Colombia tiene  hoy un valor importante porque puede ayudar a presionar y aislar a Venezuela. Puede ayudar a incrementar la crítica contra Cuba y puede, a su vez ,tener una actitud más agresiva respecto a Nicaragua.

SEMANA: Entonces, ¿no está de acuerdo con que sea una visita de poca importancia, meramente protocolaria?

J.G.T.: A mí me parece que esta no es una visita menor ni intrascendente. Es una visita realmente significativa hacia adentro por el tema de drogas y hacia afuera por el tema de la región y por esta definición que ha tenido la administración Trump en estos últimos tres meses respecto a Venezuela, pero no solo frente a Venezuela, sino a Cuba y a Nicaragua.

SEMANA: ¿Esta es entonces la visita más importante que pueda haber en Washington de un país latinoamericano?

J.G.T.: Esta es la visita más relevante en esta coyuntura. Una coyuntura además de un presidente que ha buscado tener una relación muy estrecha con los Estados Unidos. No nos olvidemos que como presidente electo viajó a los Estados Unidos y fue el primer presidente electo colombiano que visitó al Comando  Sur en Miami. Esto es inusitado, ningún presidente de América Latina había hecho eso nunca. Fue en septiembre del año pasado a raíz de la Asamblea General en Naciones Unidas, en donde estuvo con el presidente Trump.

SEMANA: Pero otros análisis dicen que dados los problemas internos de Trump en este momento, el tema de Colombia es poco relevante para él...

J.G.T.: Cada vez que reciben a un mandatario, sea de Colombia, de Europa o de Asia, los presidentes de Estados Unidos se encuentran con los problemas de la agenda doméstica que siempre serán más relevantes. Cuando fue [Angela] Merkel también había temas domésticos más importantes, como el de Rusia y la colusión del presidente con Rusia en la elección de 2016. Fueron mandatarios de Asia y se encontraron con que la agenda política y la elección de noviembre del año pasado concitaba más atención que su visita, esto siempre pasa.

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SEMANA: ¿Qué resultados tangibles cree que va a tener esta visita?

J.G.Y.: Me parece que va a ser una visita en la que Washington probablemente va a extraer varias concesiones. Habrá que ver cuáles son. Por ejemplo, más dureza frente al tema del narcotráfico, la aplicación de una  política de fumigación más masiva, el compromiso con nuevas cuotas de erradicación de cultivos, una mayor extradición de colombianos a los Estados Unidos.

En estos momentos en que Estados Unidos necesita desplazar la presencia de China en la región, puede prometer reforzar la relación con Colombia.

SEMANA: ¿Y esas concesiones se darían a cambio de qué?

J.G.T.: En primer lugar, obviamente para no ser colocados nuevamente en la picota por no comprometerse en la lucha contra las drogas y seguir teniendo los récords históricos de cultivos ilícitos. Ese va a ser un tema de campaña electoral futura en Estados Unidos por, como ya dije, la crisis de los opiodes y el aumento del consumo interno de cocaína. Además, en estos momentos, ante la debilidad que parece tener el presidente de Colombia internamente, es importante que tenga un respaldo externo significativo. Duque quiere ser un cruzado contra el terrorismo y va a encontrar en Washington a alguien que va a acompañar esa actitud. En estos momentos en que Estados Unidos necesita desplazar la presencia de China en la región, puede prometer reforzar la relación con Colombia. Y a la luz de lo que sucede en Venezuela, probablemente incrementar la asistencia humanitaria que sirva para aliviar el fenomenal éxodo de venezolanos. En fin, hay una serie de temas en donde el presidente puede lograr algo, pero repito, a cambio de endurecer su política antidrogas y a cambio de ser más crítico del denominado ‘eje de la tiranía’.

SEMANA: ¿O sea que Colombia saldrá comprometida a mantener la política antidrogas que dicte Washington?

J.G.T.: Y acá la pregunta es si esa actitud de mayor dureza contra el narcotráfico, que en 35 años ha demostrado ser un fracaso continuado, está en el interés de Colombia. ¿Está en su interés convertirse en una suerte de quinta columna permanente contra Venezuela, ser el vocero de una política dura hacia Cuba,  tener una política cada vez más crítica hacia Nicaragua? O Colombia tiene que entender que su situación doméstica es muy frágil. La paz y el postconflicto avanzan a cuentagotas, la economía no está mostrando tasas de crecimiento importantes. En fin, el presidente Duque debe tener presente que no porque haga concesiones eso es funcional para los intereses de Colombia. Debe fijarse más en cuáles son los intereses de su país y tener una relación con los Estados Unidos en la que haya consensos, pero también disensos. 

SEMANA: ¿Ve al presidente Duque en la labor de disentir de Washington?

J.G.T.: Colombia no puede caer en la tentación de subordinar su política exterior a la de Washington. Tiene que saber que en unos temas va a coincidir y en otras no. Y la fortaleza de un país muchas veces reside en eso.

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SEMANA: ¿Qué tanto le importa a Trump el tema de la implementación de la paz con las FARC? Cree que será un tema en esta visita a Estados Unidos. 

J.G.T.: Es poco relevante. Con Barack Obama no solo hubo interés, sino un apoyo decisivo, un compromiso. Tuvo un representante especial que fue a la Habana a dar su respaldo. Hubo también una política de darle tiempo a Colombia para que, como resultado del proceso de paz, se redujeran los cultivos ilícitos, que hubiera mayor presencia del Estado, mayores reformas del Estado en el campo que permitieran el florecimiento de una economía legal. Nada de eso está en la agenda del presidente Trump hacia Colombia. Desconfía de la paz, no apoyó de manera significativa ningún pronunciamiento a favor de estimular o darle más fortaleza a los avances del proceso de paz, no le interesa y nunca le interesó la cuestión del ELN, está obnubilado por la lucha contra el terrorismo, está mucho más preocupado por el avance de los cultivos  ilícitos. Es francamente irrelevante para el presidente Trump el tema de la paz en Colombia. A su vez hay que entender que hay algunos temas que cada vez más se van a volver electorales, y en ese sentido hay estados como La Florida, donde el voto va a ser sumamente importante para la elección del 2020. La dureza frente a Venezuela en un lado, y la dureza frente a la guerrilla en otro van a ser ítems que el presidente Trump estimulará para mostrar que es duro y fuerte. Eso le va a significar probablemente el voto de los colomboamericanos y de los venezolanoamericanos. Entonces también el tema de la paz le es irrelevante porque electoralmente puede haber un rédito en ello.

A mí me parece que lo que el presidente Duque debe querer es que la asistencia antinarcóticos no descienda, que demócratas y republicanos apoyen esa asistencia.


SEMANA: También se ha hablado de la necesidad de que Duque equilibre su sintonía con Trump y busque una buena comunicación con los demócratas, que tienen muy buenas posibilidades de sacar a Trump de la Casa Blanca en 2020...

J.G.T.: Los presidentes de Colombia cada vez que van a Estados Unidos, particularmente desde Virgilio Barco, siempre han hablado con representantes de los dos partidos, porque saben que la asistencia a Colombia en el Congreso pasa por el voto compartido de republicanos y demócratas. A mí me parece que lo que el presidente Duque debe querer es que la asistencia antinarcóticos no descienda, que demócratas y republicanos apoyen esa asistencia. Creo que el diálogo con Pelosi y mantener diálogos con ambos partidos es más importante en esa clave. 

SEMANA: ¿Cree que el tema de una posible intervención militar en Venezuela estará en la agenda?

J.G.T.: Ese es un tema en el cual hay mucha más guerra sicológica que aprestos intervencionistas. No creo que eso esté en la agenda efectiva de acción, por lo menos inmediata, del gobierno Trump. Y no creo que Colombia se preste. No creo que los militares quieran, no creo que su sociedad civil quiera y no creo que los partidos políticos quieran embarcarse en esa aventura si llegara a suceder. Pero repito, no creo que suceda.