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Julia Wendell, la joven polaca que dijo ser Madeleine McCann, enfrenta nuevo escándalo ante la ley
La psicóloga que la ha acompañado en el proceso denunció que la mujer podría tener pornografía infantil en su celular.
Un nuevo escándalo envuelve a la joven Julia Wendell, quien meses atrás se hizo mundialmente célebre por afirmar públicamente que ella era la niña Madeleine McCann; menor británica que se perdió décadas atrás durante unas vacaciones familiares a Portugal, y cuyo paradero aún es un enigma.
Si bien se creía que el escándalo en torno a Wendell podría haberse dado por terminado tras la práctica de la prueba de ADN que demostró que ella no era la menor que afirmaba ser, y pese a que los familiares de la joven habían denunciado públicamente la existencia de aparentes trastornos mentales que ella padecía, Julia vuelve a estar en el centro de la polémica por cuenta de una denuncia hecha en su contra al haber evidenciado ‘conductas delictivas’ durante el avance del escándalo McCann.
Las referidas conductas anómalas o ilegales fueron evidenciadas y denunciadas por la doctora Fia Johansson, una mujer que acompañó a Wendell en su proceso, y tienen que ver con la presunta identificación de material de pornografía infantil en el celular de la joven, por lo que la situación fue puesta en conocimiento de las autoridades.
Luego de la denuncia interpuesta contra Wendell, las autoridades confirmaron que ya realizaron labores para confiscar el teléfono móvil de la mujer, el cual había sido dejado en Estados Unidos, mientras que la joven advirtió ‘no tener nada que ocultar’.
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Actualmente, Julia Wendell se encuentra en los Estados Unidos, debido a que la doctora Johansson, investigadora privada y médium psíquica, la llevó a ese país en medio del escándalo y la práctica de pruebas de ADN, espacio en el que precisamente la especialista habría evidenciado la existencia de imágenes explícitamente sexuales de menores en el teléfono de la joven.
En declaraciones recogidas por medios internacionales, la doctora Johansson afirmó que tras la denuncia, las autoridades de Estados Unidos anunciaron el despliegue de una completa investigación, a lo que se sumaría que el celular sería entregado posteriormente a las autoridades de Polonia y Alemania.
Precisamente, sobre el particular, en declaraciones recogidas por el diario británico DailyMail, la joven afirmó que ella ya había hablado con la Policía de Polonia sobre el particular, y reiteró que no tenía esa clase de material en su teléfono móvil, a lo que agregó que ella no era pedófila, sino que, por el contrario, sí había sido víctima de uno.
Sobre la vida de la joven, ahora nuevamente bajo la lupa de la prensa internacional, la experta que la denunció en Estados Unidos ha aclarado que, de acuerdo con lo que ha podido evidenciar en el acompañamiento a Wendell, ella “ha tenido una infancia difícil”, develando que también ha podido identificar que fue víctima de un caso de abuso sexual; tema sobre el que la joven le habló abiertamente, y sobre lo que existen evidencias legales en su país de origen.
Precisamente, según la experta, la infancia difícil, y el no sentirse apoyada por su madre, fueron quizá el detonante para que la joven se empeñara en buscar una nueva vida, y se aferrara a la idea de que ella era la menor desaparecida en 2007 en Portugal.
La mala relación entre Wendell y su madre, según la experta, también puede evidenciarse en cómo la joven intentó borrar su pasado referido a los registros de nacimiento y fotografías que prueban que ella no es McCann, hecho al que se suma que su propia madre se hubiera negado a practicarse la prueba de ADN para demostrar que Wendell no es realmente la joven que dice ser.
Este nuevo escándalo que protagoniza Wendell se conoce en momentos en los que también circuló información sobre la intención de la mujer por practicarse una nueva prueba de ADN, luego de que la primera diera negativo para probar sus afirmaciones sobre ser ella la menor británica desaparecida. Lo anterior, pese a que tras la primera prueba, y conocer los resultados negativos, Wendell elevó un mensaje para pedir perdón a los padres de McCann, por haber generado dolor o falsas expectativas.
También ha trascendido a través de medios británicos que, tras la confiscación del celular en Estados Unidos, autoridades de ese país se comunicaron con sus homólogos en Alemania y Polonia, no obstante no confirmaron o entregaron detalles sobre lo encontrado en el dispositivo.