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Justicia de Brasil investiga a Bolsonaro por apropiación y venta ilegal de joyas
La investigación se hace extensible a la esposa del antiguo mandatario, Michelle Bolsonaro, y tiene por objeto examinar en las cuentas de la pareja algún indicio sobre transacciones que encajen con la venta de regalos.
El juez del Tribunal Supremo brasileño, Alexandre de Moraes, autorizó el levantamiento del secreto bancario y fiscal del expresidente Jair Bolsonaro, lo que permitirá a la Policía Federal examinar sus registros en el ámbito de las investigaciones abiertas por el presunto desvío y venta de regalos oficiales durante su etapa en el poder.
El escándalo salpica al entorno cercano de Bolsonaro, que comienza a marcar su línea discursiva de cara a un potencial proceso. El abogado del exasistente Mauro Cid, pieza clave en las investigaciones, ya ha adelantado que su cliente admitirá ante las autoridades que vendió joyas por petición de Bolsonaro y que el dinero obtenido por dichas ventas se derivó al antiguo presidente.
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El 2019 fue un año bisagra para la política de Brasil con el ascenso de Jair Bolsonaro al poder como presidente. El líder de la derecha más radical del país estuvo durante sus seis años de poder minando la confianza en las instituciones y aumentando la polarización, creando una rivalidad casi a muerte contra el movimiento del ahora mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.
En julio pasado, el líder de derecha fue oficialmente inhabilitado por ocho años para ejercer cargos públicos, acusado de abuso de poder público, esto después de hacer una serie de aseveraciones contra el sistema electoral alegando que estaban amañados para favorecer a Lula. Por lo cual, a Bolsonaro se le culpó de “incitar a la inseguridad, la desconfianza y la conspiración, combustible de un creciente sentimiento colectivo anti-institucional”, sostuvo el juez instructor del caso, Benedito Gonçalves.
Bolsonaro, por su parte, ha manifestado que apelará la sentencia y calificó la decisión como una “puñalada por la espalda”, teniendo en cuenta que cuando cumpla la sanción tendrá 75 años, por lo que una nueva presidencia para el líder de la derecha brasileña sería más que difícil.
Y, ahora, tendrá que ver cómo su liderato se fragmenta entre otros movimientos. La apuesta que hacen desde Brasil es que el bolsonarismo se romperá ante la ausencia de su líder natural, por lo que se cree que otros movimientos de derecha terminarán haciéndose con los votos del exmandatario de cara a las próximas elecciones, o que él termine eligiendo un sucesor, algo que hasta ahora no parece muy probable teniendo en cuenta el alto culto a la personalidad que había en torno al expresidente.
Una de las figuras que podría emerger es la de su esposa, Michelle, que ya ha venido ocupando importantes cargos en el Partido Liberal y para muchas personas es la heredera perfecta para tener el caudal político de su sancionado marido. Ella es catalogada como una ferviente evangélica, defensora de los valores conservadores y luchadora por las brasileñas.
Aun así, nadie en Brasil se atreve a asegurar cuál es el futuro para Bolsonaro, no solo porque no volvería tan mayor a los procesos electorales, comparado, por ejemplo, con Lula, que tiene 77 años, sino porque dentro de todo hay peores procesos que acechan al exmandatario y que tendrían consecuencias mucho más graves para él, como incluso terminar en la cárcel.
Por ejemplo, Bolsonaro atraviesa otro proceso por su supuesta negligencia al mandato durante la pandemia del covid-19 que le costó la vida a más de 700.000 habitantes, esto tras haber hecho caso omiso a las asociaciones médicas que pedían mayores restricciones para evitar un mayor número de contagios en el país, algo que el entonces presidente ignoró y por lo que se le acusa formalmente.
De igual manera, el exmandatario brasileño también está siendo investigado por la justicia por su supuesta inacción y llamado violento a sus seguidores más radicales de tomarse las instituciones gubernamentales después de que la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva como nuevo presidente se hiciera oficial, luego de estar aludiendo un supuesto fraude en su contra durante meses que nunca pudo probar de ninguna manera.