Realeza
Kate Middleton estuvo de fiesta con la supuesta amante de su esposo William y su marido
La futura reina de Inglaterra presenció el Festival de Houghton en los terrenos del palacio de Sarah Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, a quien se le rumoró un romance con el futuro rey.
Hace un tiempo, saltaron a la primera plana de los tabloides británicos los rumores de que el príncipe William, príncipe de Gales, le era infiel a su esposa, Kate Middleton, con Sarah Rose Hanbury, marquesa de Cholmondeley, esposa del marqués David Cholmondeley.
Los chismes fueron lanzados en 2019 por la revista estadounidense InTouch, lo cual causó revuelo mundial, dado que la pareja tiene fama de ser muy bien avenida y no querría seguir el ejemplo de Carlos y Diana, los padres de William.
La historia tomó fuerza cuando Giles Coren, un respetado periodista del diario The Times, tenido como el más serio del Reino Unido, dijo en Twitter: “Sí, hay un romance. No he leído el artículo (de InTouch), pero sé del amorío. Todo el mundo lo sabe”.
En principio, Richard Kay, editor del Daily Mail, dijo que los duques de Cambridge, el título por el que eran conocidos William y su esposa en ese momento, no pensaban tomar ninguna acción, porque los medios que habían esparcido el chisme no habían presentado ninguna evidencia de la infidelidad del hijo mayor de Lady Di.
Empero, luego se dijo que la pareja y la casa real se molestaron tanto que, al menos, una publicación británica recibió una advertencia de los abogados de la pareja en el sentido de que las afirmaciones del romance, además de falsas y perjudiciales, eran una violación de los derechos consagrados en la Convención Europea de los Derechos Humanos.
El año pasado, la historia trató de revivir en Twitter, pero nunca ha salido a la luz ninguna prueba fehaciente.
Ahora, la historia tiene un nuevo episodio, pues Kate Middleton fue vista departiendo alegremente con su supuesta rival, quien volvió a ser su anfitriona, como en los viejos tiempos, en Houghton Hall, el palacio de los marqueses en Norfolk.
Según le dijeron informantes al Daily Mail, la futura reina de Inglaterra estuvo cenando en la espléndida propiedad, y tras ello alguien sugirió que ella debería acompañar a los Cholmondeley y otros invitados a disfrutar del Houghton Festival, un certamen musical que se lleva a cabo cada año en las 400 hectáreas de terreno que rodean el palacio de los marqueses, una de las casas nobiliarias más antiguas de Gran Bretaña.
Este año, el festival contó con la actuación de 200 artistas en 13 escenarios distintos para 12.000 espectadores upper class (de clase social alta), de acuerdo con el tabloide londinense.
“A Catherine, la idea la puso nerviosa, pero, después de mucha discusión, con su equipo de seguridad, ella fue al campo rodeada de muchos guardaespaldas. El príncipe William no estaba allí”, anotó el Mail.
La idea de la nuera del rey Carlos III trajo a cuento el recuerdo de cuando era perversamente llamada “Waity Katie” (Katy, la que espera), porque su entonces novio William no le hacía la propuesta de matrimonio tras un largo noviazgo.
En ese momento, la millonaria plebeya fue captada varias veces por los paparazi de fiesta, de modo que la prensa recordó que le encantaba bailar de soltera.
Aunque no quedaron fotos de su paso por la reciente cita musical, las fuentes del Mail dijeron que ella estuvo muy animada, conversando alegremente con sus amigos y tomando margaritas picantes, mientras que algunos de sus compañeros de la noche compartieron una gran botella de vino rosado Aix, que cuesta 500 libras esterlinas, es decir, más de 630 dólares.
Cuando quisieron comer algo, la princesa prefirió que no lo hicieran en los camiones de comida que había junto a los escenarios, sino que se sentaron a manteles en el restaurante Turntable & Napkin, donde cada miembro del grupo pagó más de 75 dólares por una cena de cuatro platos. De postre, la princesa eligió affogato, una receta italiana a base de café.
Los otros más contentos fueron los meseros que los atendieron, pues el grupo de la princesa les dejó una propina de 700 libras esterlinas, casi 900 dólares o más de 3.5 millones de pesos.
Lo que sí quedó en el misterio, comentó el Mail, fue por qué su esposo no estaba a su lado.