COREA DEL NORTE

Reapareció Kim Jong-un

Después de estar 20 días por fuera del radar, el líder norcoreano reapareció. Su ausencia evidenció el terremoto político que traería su muerte para la comunidad internacional.

2 de mayo de 2020
Con el hermetismo de Corea del Norte fue imposible saber dónde y cómo estuvo Kim en estos días. Fuentes chinas y surcoreanas negaron reiteradas veces que estuviera vivo. | Foto: AP

Todo tipo de especulaciones rondaron durante más de tres semanas en las que el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, estuvo desaparecido. Este viernes, sin embargo, medios de este país confirmaron que está vivo y sin complicaciones de salud. Hizo su aparición estelar en la inauguración de una fábrica de fertilizantes, en la ciudad de Sunchon, al norte de la capital Piongyang. Los periodistas independientes no pudieron entrar al evento, así que el Gobierno norcoreano se encargó de difundir las imágenes de Kim sonriente, aplaudiendo y cortando un lazo rojo para inaugurar la obra.

El Gobierno solo publicó las imágenes sin dar explicaciones ni confirmar rumores sobre su larga ausencia, así que por lo pronto será imposible saber dónde y cómo estuvo Kim en estas semanas. Sin embargo, con su desaparición en medio de la pandemia, fue evidente que cualquier movimiento inusual e inesperado en la dictadura de Corea de Norte podría tener serias consecuencias en la comunidad internacional. 

"El mundo exterior no está preparado para una posible crisis política causada por algo como la muerte repentina e inesperada del dictador en un país repleto de docenas de armas nucleares", le dijo Danny Russel, vicepresidente del Instituto de Política de la Sociedad de Asia, al New York Times.

Compareció por última vez el 11 de abril y desde entonces nadie sabía del ‘omnipresente’ dictador norcoreano. Incluso faltó al cumpleaños 108 de Kim Il-sung, su abuelo y fundador del régimen. La ausencia de Jong-un en esta celebración, el día más importante del calendario político de Corea del Norte, fue aquello que alertó a la comunidad internacional.

Los rumores, que abundan en ese país hermético, no se hicieron esperar durante estos veinte días de ausencia, e incluso circularon varias hipótesis. Una de las más sonadas afirmaba que había muerto luego de una operación cardiaca, algo que no era tan descabellado teniendo en cuenta su obesidad y su tabaquismo. Sin embargo, negaron esa versión tanto el Gobierno chino como el surcoreano, quienes tienen fuentes cercanas a Pionyang. La última versión, fruto de imágenes satelitales, advertía que había llegado hace algunos días en su tren a Wonsan, el lujoso complejo de la familia Kim.

El cumpleaños de Kim Il-sung es el día más importante para el país. Este año su nieto, en forma insólita, no asistió.

La ausencia de Kim dejó al descubierto lo que podría implicar un cambio de Gobierno en Corea del Norte, pues en medio de la incertidumbre, algunos incluso se aventuraron a proponer posibles sucesores. Su hermana Kim Yo-jong encabezaba la lista. Es la figura más influyente en Corea del Norte después del joven mandatario y, si el líder realmente hubiera muerto, habría sido la candidata perfecta para ocupar el cargo. Sin embargo, el régimen dinástico y patriarcal del país hace difícil pensar que una mujer lo reemplace.

Al fin y al cabo, en Corea del Norte gobierna una familia comunista. El abuelo del líder, Kim Il-sung, conocido como el Presidente Eterno de la República, asumió en 1948 el poder del sector norte de la península, y tras la guerra de Corea lo mantuvo hasta 1994. Lo sucedió Kim Jong-il, quien estuvo hasta 2011 y desde ese año su hijo Jong-un ocupa el trono.

“No creo que el país mantenga su independencia sin un Kim al mando. Corea del Norte sin un Kim en el poder es como el cristianismo sin Jesús”, le dijo Sean King, analista político y de asuntos asiáticos, a ABC News. Uno de sus dos hermanos hombres, Kim Jong-nam, murió envenenado en el aeropuerto de Kuala Lumpur en 2017, en un crimen atribuido por algunos al propio Jong-un. El otro, Kim Jong-chul, ha estado alejado de la política familiar y, según dicen, se la pasa tocando música. De sus dos hijos ni hablar, pues el mayor podría tener menos de 10 años. Su tío, Kim Pyong-il, sin embargo, era uno de los opcionados para el cargo. Tiene 65 años, y aunque estuvo mucho tiempo por fuera del país en puestos diplomáticos, conoce a fondo la política norcoreana. Pero por lo pronto tendrá que esperar una próxima oportunidad.

Su hermana es la segunda persona con más influencia en el país.

Su ausencia a lo largo de estas semanas demostró que, independientemente de lo que esté pasando en el mundo, la comunidad internacional está muy atenta de cualquier movimiento en Corea del Norte. Un cambio de poder en Pionyang tendría repercusiones a nivel internacional, especialmente para China, Corea del Sur y Estados Unidos, actores del drama de esta península. En caso de que los rumores de la muerte del gobernante hubiesen resultado ciertos, analistas creen que la sucesión habría sido traumática, pues muchos tratarían de acabar con la dinastía Kim.

Esto podría desencadenar el peor de los escenarios: una Corea del Norte desestabilizada y una acción militar. La guerra de Corea nunca terminó formalmente, y un nuevo régimen podría lanzarse a tratar de unificar el país, al menos para investirse de mayor legitimidad. Y es claro que Beijing está mirando constantemente de cerca cualquier movimiento estadounidense y surcoreano en el sentido contrario.

Las imágenes satelitales advirtieron que el líder norcoreano pudo haber estado en Wonsan, el lujoso complejo de la familia Kim.

Con la reaparición de Kim todas las especulaciones, consecuencia del hermetismo norcoreano, saltaron en pedazos. No obstante, sí dejó en evidencia que cualquier novedad o cambio en Pionyang podría causar un terremoto político e incluso agudizaría la relación entre Estados Unidos y China, cada vez más debilitada.