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La Casa Blanca teme que el vapeo cree una epidemia de enfermedades pulmonares
Lo que en sus orígenes parecía una alternativa inofensiva para fumadores va camino de convertirse en una de las mayores inquietudes en materia de salud pública en Estados Unidos y en el blanco de una fuerte ofensiva oficial.
Las denuncias de misteriosos padecimientos pulmonares se multiplicaron en los últimos tiempos, de la mano del uso de cigarrillos electrónicos y dispositivos para vaping o vapeo, que ha crecido de manera exponencial en Estados Unidos, sobre todo entre los adolescentes.
Alrededor de 450 casos graves, seis de los cuales terminaron en muertes, fueron reportados a las autoridades sanitarias en una treintena de estados, y se teme que la cifra vaya en aumento.
Este temor llevó a que tanto a nivel local como federal se recomendara evitar la práctica hasta que estos casos sean analizados en profundidad y se identifiquen sus causas, mientras en paralelo se impulsan restricciones y severos controles para una industria que hasta ahora tenía pocas regulaciones.
“Está causando muchos problemas y vamos a tener que hacer algo al respecto”, señaló la semana pasada el presidente Donald Trump luego de una reunión en la Casa Blanca con responsables del área de salud de su gobierno. Se espera que en las próximas semanas la Administración de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) indique los pasos a seguir para eliminar la venta no autorizada de productos saborizados para vaping que han inundado el mercado.
De acuerdo con un estudio divulgado por la FDA, más de una cuarta parte de los estudiantes de secundaria utilizaron cigarrillos electrónicos en los 30 días previos a la encuesta. “Una abrumadora mayoría”, indicó el trabajo, dijo haber usado saborizantes de tipo frutado o con sabor a menta.
“Las prohibiciones nunca funcionaron en Estados Unidos, no funcionaron con el alcohol, no funcionaron con la marihuana y no van a funcionar con los cigarrillos electrónicos”
Aunque faltan estudios oficiales, la inquietud creció a medida que se fueron conociendo los posibles efectos de esta práctica y el poder adictivo de algunas substancias usadas para el vapeo, un fenómeno que además se combina con la experimentación casera y el uso de productos comercializados de manera ilegal. Tanta es la preocupación que muchos especialistas hablan de una crisis que está alcanzando niveles de “epidemia”.
La primera dama norteamericana, Melania Trump, se puso a la vanguardia de la guerra contra al vaping y es una de las abanderadas de la ofensiva de la Casa Blanca. “Estoy muy preocupada por la creciente epidemia de uso de cigarrillos electrónicos por parte de nuestros jóvenes”, escribió la esposa de Donald Trump en las redes sociales. “Necesitamos hacer todo lo posible para proteger al público de enfermedades y muertes vinculadas al tabaco, y evitar que los e-cigarrillos sean un puente a la adicción a la nicotina para una generación joven”, añadió.
Pero la avanzada enfrenta a un poderoso lobby de los productores de cigarrillos electrónicos, quienes argumentan que una prohibición de sus productos podría ser contraproducente, ya que fomentaría un mayor “mercado negro” de substancias para vaping y llevaría a muchos exfumadores a regresar al cigarrillo tradicional.
“Las prohibiciones nunca funcionaron en Estados Unidos, no funcionaron con el alcohol, no funcionaron con la marihuana y no van a funcionar con los cigarrillos electrónicos”, sostuvo Gregory Conley, presidente de la Sociedad Americana de Vaping. Así y todo, el estado de Nueva York avanzó este domingo con las primeras restricciones a los saborizantes para vaping mediante una orden ejecutiva de urgencia firmada por el gobernador, Andrew Cuomo.
Los efectos médicos del vaping en adolescentes todavía están bajo estudio. Muchos profesionales de la salud han alertado sobre consecuencias pulmonares graves, especialmente por el uso de aceites de marihuana y nicotina, así como la experimentación con recetas caseras o el ensayo con ingredientes que contienen vitamina E, vendidos en la calle a un precio mucho más bajo que los productos de venta libre.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos está analizando los 450 casos reportados y presuntamente derivados del vapeo, pero aún no ha dado a conocer sus conclusiones. “Mientras prosigue la investigación, la gente debería considerar no utilizar productos para cigarrillos electrónicos”, dijo este viernes una de sus responsables, Dana Meaney-Delman.
Los cuadros identificados presentan síntomas severos de neumonía, respiración dificultosa, tos, fiebre y fatiga, entre otros. Muchos de los pacientes entregaron sus elementos de vapeo a las autoridades para que puedan avanzar en el análisis de las causas de sus dolencias. “Tenemos unas 120 muestras para testeo”, declaró Mitch Zeller, del Centro de Tabacos de la FDA.
Se estima que unos 9 millones de estadounidenses usan vaporizadores o cigarrillos electrónicos de manera regular, y que unos 3,6 millones de adolescentes vapean con frecuencia. En rigor, el fenómeno no es nuevo, pero la explosión de productos saborizados que atraen al público más joven, la difusión a través de las redes sociales de fórmulas caseras con aceites de marihuana y la venta ilegal de productos para inhalar ha crecido de manera exponencial en los últimos tiempos.
Alrededor del 80 por ciento de los pacientes internados por esta práctica dijo haber utilizado líquidos que entre sus componentes tenían THC, y ese químico, según evalúan los investigadores, puede ser una clave para comprender lo que está sucediendo. Pero, según los toxicólogos, está lejos de ser el único posible causante de los problemas pulmonares identificados, ya que la variedad de substancias que pueden ser utilizadas para el vapeo es sumamente amplia.
* Con información de Anadolu.