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“La confesión del diablo”: grabaciones nunca antes escuchadas de Adolf Eichmann, el arquitecto del Holocausto, serán reveladas
Luego de 60 años, el material se dará a conocer. “No me arrepiento de nada”, llegó a decir el criminal, que fue condenado por el pueblo judío de Israel, al que pretendió eliminar, a la pena de muerte y fue sometido a la horca el primero de junio de 1962.
En el marco de Yom Hashoá como una importante fecha para la humanidad y especialmente para las comunidades judías y con la misión de mantener viva la memoria y el recuerdo de las víctimas y sobrevivientes del Holocausto, DIRECTV pondrá en pantalla en exclusiva una impactante serie de documentales. El Día de Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo (Yom Hashoá en hebreo) es una efeméride nacional de conmemoración en Israel en honor de los seis millones de judíos asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.
A partir de este 10 de abril a las 21:00 se estrenará The Devil’s Confession: The Lost Eichmann Tapes, una docuserie de tres partes que saca a la luz grabaciones de audio nunca antes escuchadas de Adolf Eichmann detallando su papel como uno de los principales artífices detrás de la “solución final” del Holocausto.
The Devil’s Confession: The Lost Eichmann Tapes presenta 28 horas de entrevistas grabadas -que durante mucho tiempo se creyeron perdidas- con el oficial nazi de las SS Adolf Eichmann registradas en 1957 mientras estaba escondido en Argentina. En las entrevistas, realizadas por el periodista nazi Willem Sassen, Eichmann confiesa su propio rol en el genocidio perpetrado contra la población judía de Europa como arquitecto del Holocausto.
Cuando Eichmann fue capturado y llevado a Israel, las transcripciones escritas de las entrevistas se vendieron a la revista Life y se publicaron. En 1961, se juzgó a Eichmann y las cintas se convirtieron en el centro del juicio. Durante ese proceso, se presentaron las transcripciones como evidencia, pero debido a que fuerzas poderosas tenían interés en mantener las grabaciones ocultas, los audios no se pudieron presentar, dándole a Eichmann la oportunidad de negar su papel en el Holocausto.
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Recientemente, las cintas originales fueron redescubiertas en los Archivos Nacionales de Alemania y se concedió acceso para realizar este documental en el que, por primera vez, se puede escuchar la escalofriante confesión de Eichmann sobre sus crímenes contra la humanidad.
‘The Devil’s Confession: The Lost Eichmann Tapes’ incluye, además, entrevistas de sobrevivientes del Holocausto, testigos clave en el juicio de Eichmann, historiadores y expertos en el tema. Está escrita y dirigida por Yariv Mozer y cuenta con la producción ejecutiva de Steve Stark (Toluca Pictures), Guilhad Emilio Schenker, Gideon Tadmor, Eldad Koblenz, Tal Fraifeld, Gili Gaon, Michael Peter Schmidt y Russ McCarroll, junto con el productor Kobi Sitt. La docuserie está producida por MGM Television y SIPUR, en asociación con Kan11, Toluca Pictures y Alice Communications. Es distribuida por MGM en todo el mundo fuera de Israel.
“Como tercera generación de sobrevivientes del Holocausto, tengo la responsabilidad de contarles a los jóvenes la historia de este inimaginable genocidio, con la esperanza de que sigamos luchando contra la negación del Holocausto y, además, contra el racismo y el odio en general. Me siento honrado de compartir The Devil’s Confession: The Lost Eichmann Tapes con la audiencia de América Latina, especialmente por su vínculo con la región: las cintas que aparecen en esta docuserie se grabaron en Argentina”, comentó el director Yariv Mozer. “Es un placer lanzar esta increíble docuserie en mi país de origen, Argentina, y compartirla con la audiencia de América Latina. Muchas gracias a nuestros socios de MGM Studios y DIRECTV por hacer que esto suceda”, dijo Emilio Schenker, productor ejecutivo de la docuserie.
Aparte de este trabajo periodístico, el jueves 13 de abril a las 21:00 (22:00 CHI) llegará a la pantalla de OnDIRECTV The U.S. and the Holocaust, una producción de seis partes del realizador Ken Burns. Y el miércoles 19 a las 21:00 (22:00 CHI) se podrá ver Cheating Hitler: Surviving the Holocaust, en el que tres sobrevivientes del Holocausto regresan a los lugares que marcaron su pasado en busca de respuestas.
La serie documental de seis partes de Ken Burns, Lynn Novick y Sarah Botstein, The U.S. and the Holocaust, examina cómo el pueblo estadounidense y sus líderes respondieron a uno de los mayores desastres humanitarios del siglo XX, y cómo esta catástrofe desafió su identidad como una nación de inmigrantes y los propios ideales de su democracia.
En Cheating Hitler: Surviving the Holocaust tres sobrevivientes del Holocausto viajan a sus ciudades natales en busca de respuestas de su pasado: Maxwell se pregunta qué pasó con un bebé que salvó en un bosque en 1943; Helen quiere saber más sobre el destino de su hermano; y Rose sigue los últimos pasos de su madre, quien le salvó la vida.
Los sobrevivientes que aparecen en este documental cargan con el peso de saber que son el último eslabón vivo del Holocausto. Esta película ofrece una poderosa advertencia de la historia, testimonios inspiradores de supervivencia y una última oportunidad para resolver misterios persistentes.
Adolf Eichmann, el arquitecto del Holocausto
En 1960 las relaciones diplomáticas entre Israel y Argentina pasaron por un momento crítico. El origen de la tensión fue la captura clandestina en Buenos Aires de Adolf Eichmann, uno de los mayores criminales nazis, por parte del servicio de inteligencia israelí, Mossad. El alemán era considerado el coordinador de la llamada ‘Solución final’, cuya meta había sido exterminar la población judía de Europa. De los 11 millones que hacían parte de ésta, logró acabar con seis millones, cifra de la que solía jactarse.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Eichmann logró huir y cambió su identidad por la de Ricardo Klement. En 1950, se fue con su familia a Buenos Aires, donde se ganaba la vida como electricista para una fábrica de la Mercedes-Benz. Gracias a datos de algunos informantes, Simon Wiesenthal, conocido como el ‘cazador de nazis’, empezó a sospechar que Klement era Eichmann. Con base en estas pistas, el gobierno israelí envió un equipo secreto a Argentina para verificar si se trataba del antiguo camarada del Führer y, en tal caso, secuestrarlo y llevarlo a Jerusalén, donde sería juzgado. Debido a que el Estado de Israel había sido creado como consecuencia del Holocausto y que prácticamente todos sus habitantes habían perdido familiares en esa tragedia, el gobierno de David Ben Gurion no estaba dispuesto a hacer un pedido de extradición recurriendo a los canales diplomáticos tradicionales.
Existía el riesgo de que ese pez gordo se escapara o de que Argentina negara la solicitud. Además, había antecedentes de simpatía del gobierno argentino hacia jerarcas nazis, pues durante la presidencia de Juan Perón, quien no había ocultado su admiración por las potencias fascistas del eje, muchos se habían refugiado allí. Las investigaciones llevaron a los miembros del Mossad a una humilde casa ubicada en la calle Garibaldi, donde vivía Klement. Sin embargo, habían transcurrido 15 años desde la última imagen conocida del nazi, y no querían cometer ninguna equivocación. Por eso empezaron a seguir cada uno de sus pasos desde carros alquilados que cambiaban diariamente para no ponerlo sobre aviso. En una oportunidad, el sospechoso entró a una floristería. Cuando salió, uno de los espías le preguntó a la vendedora a qué había ido ese hombre y esta le respondió que era un cliente que había encargado un arreglo de flores para su esposa que ese día estaba de cumpleaños. La siguiente tarea fue confirmar si coincidía con la fecha de nacimiento de la mujer de Eichmann. Y así fue.
El 11 de mayo, cuando acababa de bajarse de un bus, el exnazi fue capturado por cuatro agentes del Mossad. Durante nueve días, Eichmann, quien confesó ser el que buscaban, permaneció oculto en una locación secreta. El problema entonces era cómo sacarlo de Argentina sin alertar a las autoridades del país. La oportunidad se les presentó el 20 de ese mes, día en que un avión de la aerolínea israelí El Al despegaba del aeropuerto de Ezeiza con una delegación de Israel que había llegado al país gaucho para participar en la celebración del aniversario 150 de la independencia argentina. Los agentes obligaron a Eichmann a firmar un documento en el que constaba que salía del país por su propia voluntad y lo camuflaron entre los pasajeros del vuelo, después de doparlo.
El día 23, el gobierno israelí anunció lo que se convertiría en la noticia más importante de la época: el arquitecto del Holocausto había sido aprehendido por el pueblo al que había masacrado. La cancillería no dio mayores detalles y en un principio sugirió que la captura había ocurrido en un país árabe. Sin embargo, varios medios argentinos se encargaron de revelar cómo habían sucedido los hechos.
El presidente argentino, Arturo Frondizi, protestó enérgicamente por considerar que se trataba de una violación flagrante a la soberanía de su país. Exigió perentoriamente la devolución del prisionero y, bajo una fuerte presión de los nacionalistas, llevó el caso a la ONU, que condenó a Israel. Una posible ruptura de las relaciones estaba en el ambiente, por lo cual el gobierno israelí negó su participación en los hechos y aseguró que el operativo había sido realizado por voluntarios judíos por iniciativa propia.
Ben Gurion tuvo que expresar su “sincero pesar” por la violación de “las leyes de su país”, para que la situación se empezara a calmar. La verdad es que la protesta argentina obedeció más a una formalidad que a una indignación real, pues dado lo que representaba Eichmann en la historia de Israel, pocos le negaban a ese Estado el derecho a juzgarlo en su territorio. El juicio de Eichmann duró varios meses y fue seguido por el mundo entero. Finalmente fue condenado a la horca. Sólo 45 años después, el gobierno de Israel reconoció oficialmente su responsabilidad en la operación.
Eichmann se convirtió en un símbolo de la posguerra, y el mundo entero siguió su juicio, que terminó en la horca mediante el curioso procedimiento de levantar, por 24 horas, la prohibición de la pena de muerte en Israel.