Argentina
La eterna crisis económica de la izquierda en Argentina
Este país vuelve a estar en el ojo del huracán por su política económica. La situación no para de empeorar y parece que Alberto Fernández mete al país en un hueco más grande con el pasar de los días.
Tres ministros de Economía en el transcurso de un mes es la mejor manera de resumir la crisis que padece Argentina en materia macroeconómica. Si bien pareciera que el país siempre vive en el limbo en materia fiscal, esta vez tiene un tinte distinto, ya que, al parecer, el gobierno de izquierda de Alberto Fernández reconoce las consecuencias de un Estado de tamaño gigantesco y de un gasto público desbordado.
Actualmente, la pobreza en el país llega a un 37 por ciento, mientras que el desempleo, aunque solo está en un 7 por ciento, hay que tomarlo con pinzas, pues cuenta a más de 500.000 con empleos informales como personas ocupadas. Ahora bien, de los 43 millones de habitantes, 22 millones reciben algún tipo de ayuda estatal, una cifra totalmente escandalosa en una nación que cuenta con 141 tipos de subsidios.
Asimismo, el precio del dólar anda por las nubes: desde 2019 aumentó más del 100 por ciento. Por los lados de la deuda, el Gobierno no ha hecho sino incrementarla, pero esta tarea ya había tenido un antecedente durante la estancia de Mauricio Macri en la Casa Rosada, cuando los números de la deuda habían subido sustancialmente.
Dentro de la política de subsidios están incluidos temas de educación y atención médica, salarios y hasta el pago de servicios públicos. El costo de estas ayudas oscila en alrededor de 6 millones de dólares al día, lo que significa que la cifra del gasto público es el 41 por ciento del PIB de la nación, que desde la llegada de Fernández ha ido en aumento.
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La solución obvia es que el Gobierno recorte los planes sociales y los subsidios en Argentina, pero la sola idea ha desembocado en protestas en el país. Muchas personas aún dependen de este modelo para sobrevivir al día a día, algo que no es sostenible a largo plazo y terminará aumentando la crisis argentina.
Por si fuera poco, los subsidios tienen otro problema: la desfachatez con la que se reparten a personas que realmente no los necesitan. Por ejemplo, los complejos hoteleros propiedad de las familias más ricas reciben cada año millones de pesos en subsidios de luz y gas. Dentro de estos beneficiarios está la familia de la actual vicepresidenta y antigua presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
Precisamente, la figura de la exmandataria ha impedido que el presidente pueda llevar a cabo cualquier tipo de reforma, pues él carece de un apoyo político real y todo su capital electoral viene de la mano de Fernández de Kirchner, quien se opone en gran medida a estos cambios. Esta situación ha ocasionado varios encontronazos entre el actual mandatario y su vicepresidenta.
La única salida es hacer varias reformas estructurales para darle aire a la economía. Diferentes expertos están de acuerdo con que eso incluya una reducción de impuestos a productos básicos del mercado, que, en algunos casos, llega a ser hasta del 30 por ciento del valor total. Además, impulsar el mercado laboral y atacar la informalidad.
En contraste, otros expertos opinan que la posibilidad de un cambio total en materia económica es casi imposible de imaginar bajo el Gobierno de Fernández y la influencia de Cristina Fernández de Kirchner, por lo que se dice que la salida de la crisis debe ser netamente política, teniendo en cuenta que en poco más de un año Argentina tendrá elecciones presidenciales.
Por ahora, el Gobierno plantea la reducción de los subsidios de energía y gas, que son parte del 2,5 por ciento del gasto público. Mientras tanto, Sergio Massa fue anunciado como nuevo ministro de Economía, y además tendrá poder en los ministerios de Agricultura y Producción. ¿Lograrán arreglar el desastre a un año de los comicios? Saberlo será cuestión de tiempo.