Medio ambiente
La fría conferencia de la ONU sobre el cambio climático
Con la reticencia de los países asiáticos y un Estados Unidos aún débil para liderar políticas globales, se realizará la versión 26 de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático.
En medio de polémica, expectativa y decepción, se llevará a cabo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que a pesar de su necesidad urgente difícilmente traerá las transformaciones que necesita el planeta.
En Glasgow, Escocia, el futuro próximo de la humanidad podría definirse, pero no solo por la acción de los gobernantes, sino más bien por su ausencia. Del 31 de octubre al 12 de noviembre se llevará a cabo la vigesimosexta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP26, que, a pesar de darse en un momento clave de la lucha contra el cambio climático, parece que terminará con pocos acuerdos.
Otras conferencias de este tipo han dejado grandes alcances: el Acuerdo de París se dio en la COP21, y otros compromisos un poco menores se registraron en las conferencias de Bali (2007), Berlín (1995), Kioto (1997) y Durban (2011). Pero ahora, en medio de una gran agitación política y social en todo el mundo, parece poco probable que existan resoluciones que ayuden a todo el planeta.
La única manera de que se estabilice en algo la condición climática es que los países que más provocan emisiones de carbono las reduzcan incentivando alternativas distintas a los combustibles fósiles. Sin embargo, esto parece poco realista, por ejemplo, en el caso de India, donde han calificado a la imposición de reducciones como una injusticia, a pesar del abrupto aumento de las emisiones en el país.
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El foco del aumento de emisiones de CO2 está en Asia, pero parecido al caso de India, muchos de los países se niegan a adquirir compromisos de neutralidad de carbono para 2050, año de la planteada meta mundial. En cambio, básicamente piden que las naciones que han reducido su contaminación lo hagan aún más, sin ellos tener ningún compromiso medioambiental.
Pero si la tensión climática es compleja, la geopolítica va a ser un factor crucial durante la COP26. Aunque Joe Biden estará en su primera cumbre de este tipo desde que asumió como presidente, la credibilidad en materia de medio ambiente de los Estados Unidos está muy afectada desde que el expresidente Donald Trump retiró a su país del Acuerdo de París. Y a pesar de su reintegro, la herida aún está abierta y su reincorporación todavía es muy reciente para liderar alguna iniciativa.
China, a pesar de tener un campo de acción gigante, actúa más desde la posición de hacer promesas que no ha cumplido con el pasar de los años, que desde la acción. Además, con la tensión existente con Estados Unidos es casi impensable que ambas naciones se pongan de acuerdo para elevar una única propuesta para luchar contra el cambio climático en el planeta. Más teniendo en cuenta que para este tipo de acuerdos se necesita consenso y unanimidad.
A pesar de la incredulidad que acompaña este año a la COP, quizás se logre consenso en ciertos temas que los expertos han advertido. Por ejemplo, la aprobación de 100.000 millones de dólares para que naciones en desarrollo puedan reducir sus emisiones, así como lograr que en el futuro todos los autos nuevos sean neutrales de carbono o la reducción de gas metano y grandes luchas contra la deforestación.