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La historia de Frida; cerdita que iba a morir, pero fue comprada en tiempo récord para salvarla
“Todo resultó bastante turbio, pero afortunadamente logramos rescatarla a tiempo”, aseguraron las dos rescatistas del inofensivo animal.
En Argentina, se dio a conocer la historia de una cerdita que le está dando la vuelta al mundo. El nombre de este mamífero es Frida y por poco muere, pues hizo parte de los animales que son criados para ser sacrificados y luego comercializados en el mercado cárnico.
Si bien, no todos los cerdos cuentan con la suerte de Frida, se salvó en Mendoza, provincia ubicada al occidente de Argentina, aunque antes de ello fue puesta en una rifa en la ciudad de Godoy Cruz, siendo el premio mayor para el que sería un banquete.
No obstante, sin pensarlo dos veces, apareció Julieta Espinosa, una empleada de un local cercano, quien sintió que la vida de Frida no debía ser de esa manera. La mujer alzó su voz y le preguntó al organizador de la rifa: “¿Vos me estás jodiendo? ¿La vas a matar?”.
Enseguida, tras ver la necesidad de ayuda de la cerdita y a dos días para efectuarse la rifa, en noviembre de 2021, la mujer llamó a Yamila Vega, ciudadana vegana y proteccionista de los animales. Fue entonces cuando, con pocas horas, se trazaron una meta que incluso pudo haber sido imposible: comprar todas las boletas de la rifa.
Un aproximado de 10.000 pesos argentinos (más de 350.000 pesos colombianos) era la suma que se planteó recolectar por la rifa de Frida. Entonces, la dupla de argentinas no tuvieron más remedio que recurrir a la ayuda de los demás. La acogida fue masiva, puesto que los colaboradores aparecieron uno tras uno.
En conversación con el medio local Infobae, hace poco la rescatista hizo pública la historia donde reveló detalles y las deplorables condiciones en las que vivió Frida.
“Ir a rescatarla no fue fácil, sino más bien un acto de espionaje. Por las condiciones paupérrimas donde vivía, en una villa miseria de Godoy Cruz, de extrema vulnerabilidad, creemos que había sido robada. Era un lugar sucio, horrible y estaba al rayo del Sol y sin agua. Fue todo muy rápido, ni siquiera les vimos la cara a las personas que estaban allí. La cargamos a la camioneta de manera fugaz mientras el animal no dejaba de llorar”, rememoró Julieta.
Una segunda oportunidad de vida
Los animales, como los seres humanos, tienen sentimientos y es por ello que el relato de Espinoza tomó relevancia, mucho más cuando hoy en día la protección animal es un tema de interés masivo.
Frida pudo sentirse amada y eso fue gracias a La Casita de Lula, un refugio que fue fundado por cuatro mujeres, entre ellas Gallia Rossi y Noelia Barrera, donde se les brinda protección a perros y cerdos en la Colonia Segovia, lugar que hace parte de la misma provincia argentina de Mendoza.
En recopilaciones de Infobae, Gallia manifestó que cada animal rescatado del refugio “tiene su historia, la mayoría triste, de abandono, por eso apelamos a la solidaridad de las personas”.
Así las cosas, Julieta y Yamila llegaron con Frida al escenario de cuidado de animales. El proceso de adaptación de la cerdita tuvo uno que otro percance, pero luego todo fue menos complicado.
“Todo resultó bastante turbio, pero afortunadamente logramos rescatarla a tiempo. Llegamos al refugio y la estaban esperando. Le costó adaptarse, pero por suerte había otro chancho, Reinaldo, y más tarde llegó otro más, Jaime. Ambos en las mismas condiciones que Frida. La pasó mal al principio, gritaba, estaba desorientada, pero de a poco se fue acostumbrando y hoy, cuando la visitamos, no podemos creer los cambios. Le llevamos frutas, verduras, hasta tortitas y pan casero y ella nos hociquea las bolsas porque sabe que siempre tenemos comida de regalo”, comentó recientemente Julieta en el citado medio.
Tras el acto de las dos mujeres, que muchos llamaron heroico, la vida de aquel rifador de animales también tuvo un cambio. Yamila expresó que el hombre siguió vendiendo rifas, pero no de un animal. “Le quedó una gran enseñanza. A veces me ofrece rifas y le digo: ‘Me imagino que no será de un cerdo’ y asegura que aprendió la lección, que puede ofrecer otro montón de cosas, pero no una vida”.