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La historia de Giuseppina Giugliano, la italiana que viaja 8 horas diarias para ir a trabajar: “me cuesta menos que un alquiler”
La italiana afirma que viajar en tren le cuesta cerca de 400 euros al mes (casi dos millones de pesos en Colombia).
La historia de la italiana Giuseppina Giugliano ha conmovido a cientos de personas, tanto en las redes sociales como a quienes pudieron tener un acceso más próximo al día a día de esta mujer. Medios internacionales recogen que su historia es una muestra del esfuerzo y realidad que atraviesa un número incierto de gente para cumplir sus objetivos.
En el caso en cuestión, esta mujer (de 29 años) hace un recorrido diario de 1.600 kilómetros, es decir, más de cuatro horas desde la casa que comparte con sus padres en Nápoles hasta Milán, donde trabaja como conserje en un instituto. Por más inverosímil que pudiera parecer, la italiana confirmó que, al menos por ahora, es una alternativa más rentable en lugar de alquilar una habitación.
Al hacer cuentas, rentar una alcoba en Milán le resulta aproximadamente por 650 euros (poco más de 3.100.000 pesos colombianos), valor que al promediarlo con su salario (1.165 euros) no le dejaría libre el dinero suficiente para sus otros gastos. Así las cosas, encontró como un estilo de vida recorrer 800 kilómetros de ida y otros 800 de regreso, una medida que podría ser tildada como “extrema”.
“Traté de encontrar una casa que no costara demasiado porque mi salario mensual es de 1.165 euros, pero una habitación cuesta 650 euros. Ahora, en Milán es más fácil encontrar una aguja en un pajar”, dijo al diario Il Giorno. A ese diario le confesó que no siente su trabajo como una carga, aunque aseguró que a veces se torna complejo, a raíz de una dificultad en sus pulmones que la aquejan desde niña.
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“Estoy decidida a seguir”
“Estoy decidida a seguir adelante y satisfecha con el hecho de que puedo ahorrar dinero con mi salario; por supuesto, el precio a pagar es caro en términos de comodidad porque me doy cuenta de que no todos están viviendo la vida que estoy haciendo”, explicó.
Su rutina comienza a las 3:30 a. m., tiempo en la que se levanta y prepara lo necesario para emprender un trayecto en tren por unas cuatro horas y media hasta que comienza como tal sus funciones a las 10:30 a. m. La jornada laboral termina a las 5:00 p. m. y emprende la ruta para regresar a casa, antes de lo cual la espera el mismo camino de retorno.
Según Telecinco, finalmente suele llegar a su vivienda sobre las 11:30 p. m., casi a medianoche y con el tiempo justo para descansar unas pocas horas antes de que el reloj marque las 3:30 a. m. y, nuevamente, retoma lo que se convirtió para ella en un hábito. Por ahora, Giuliano no descarta continuar con esa rutina, aunque es consciente de que el paso de los años no permitirá que sea una opción a largo plazo.
¿Es una locura o la única salida?
“A algunos les puede parecer hasta una locura. Pero a mí me parece bien (...). Cada uno es libre de elegir cómo organizar mejor su vida y yo elegí la mía. Por cuestionable que sea mi elección (...). En este momento lo considero más adecuado a mi situación, porque no se trata solo del costo del alquiler (que en Milán estaría por las nubes), sino también de la vida, de la compra, todos los costos que no tengo en Nápoles”, señaló a Il Giorno.
Giugliano agregó a ese medio que, si bien no dejará de vivir pronto en Nápoles, no pierde la esperanza de poder encontrar algún día una residencia a un precio cómodo en la ciudad donde labora. Entre tanto, manifiesta estar contenta y agradecida con su trabajo actual.