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La historia de la pequeña de 4 años que apareció muerta en su casa debajo del colchón
El hecho es similar al que ocurrió recientemente con Debanhi Escobar, también en México.
El mundo ha sido testigo, por años, de cientos de casos aberrantes que no dejan de sorprender a la humanidad o causar conmoción entre las mismas comunidades, principalmente con menores de edad.
Así ocurrió en México, en el año 2010, específicamente en Huixquilucan, estado de México. El 22 de marzo de ese año se reportó como desaparecida una pequeña de 4 años.
La menor fue encontrada sin vida en su propia casa, debajo del colchón, envuelta en una sábana y con la pijama con la que su mamá, al parecer, la habría acostado el día en que desapareció, 9 días después de que la familia hubiera alertado a las autoridades sobre su desaparición, informó Nueva Mujer (NM).
Pese al parte que entregaron las autoridades en el que se catalogó la situación como “homicidio accidental”, según registró Prensa Libre (PL), aún quedan muchos interrogantes sin ser resueltos debido a las extrañas circunstancias en las que sucedió todo y las expresiones que tenían sus padres en las entrevistas.
Todo inició cuando la madre dejó a la niña lista en su cama, pero al día siguiente, cuando una mujer del servicio que trabaja en la casa, ingresó a la habitación de la pequeña para alistarla como era costumbre para ir al colegio, no la encontró. Así que ella le avisó a los padres de Paulette Gebara (como se llamaba la menor) y ellos le pidieron que la buscara, porque “tal vez se había ido a jugar”, registró PL.
Luego de ello, dieron aviso a las autoridades, quienes revisaron el perímetro dentro de 300 m² sin encontrarla y surgió la hipótesis de un secuestro, pero en las cámaras de seguridad que vigilaban la vivienda no había nada fuera de lo común.
La situación causó revuelo en ese país, pero el hecho que no coincidieran las versiones de los padres junto con las de las empleadas del servicio en casa, sembró dudas en la población. Hasta que la encontraron entre la base de la cama y el colchón en donde la vieron la última vez. Y se determinó que había fallecido por asfixia por obstrucción a sus vías respiratorias y una fuerte presión sobre su tronco, afirmó ‘Cáustica’, según medios locales.
Lisette Farah era la madre de la pequeña y fue entrevistada en múltiples ocasiones por los medios, pero ante el público siempre se mostró indiferente y fría, según dio a conocer NM. Mientras que Mauricio Gebara, el padre de Paulette, siempre dijo que estaba seguro que su hija había sido “asesinada”.
Lo que causó más incertidumbre era que Farah responsabilizaba a Gebara de la muerte de la niña, mientras que él, por su parte, manifestaba que poseía más información del paradero de su hija, pero que requería garantías para publicar dichos datos.
En NM consultaron a un experto, Juan Pablo García, quien luego de analizar con detenimiento las actitudes y gestos de ambos padres de Paulette, determinó que “el papá mostraba expresiones de asco, como si recordara algo que le provocaba ese desagrado, no se sabe si con la niña o una situación en particular”.
Entre tanto, lo que encontró de Lisette, la madre, en las entrevistas que concedió en la cama de la pequeña, encontró que “se perciben expresiones que denotan engaños o mentiras, así como enojo. Ocultaba cosas que ocurrieron y no coincidían muchas cosas que decía, además de que parecía que todo lo tenía perfectamente pensado”.
Al parecer, según relatos de Lisette, Paulette tenía deficiencia motriz y trastorno de lenguaje. Quien en ese entonces tomó el caso fue el procurador del estado de México de ese momento, Alberto Bazbaz, y declaró que la muerte de la menor “habría sido accidental, ya que, debido a su condición, pudo haberse rodado al final del colchón, donde se enredó con las sábanas y no pudo zafarse ni pedir ayuda”, según NM.
No obstante, 12 años más tarde, la lamentable historia sigue causando incertidumbre e indignación en el mundo, puesto que muchos insisten en que los testimonios no coinciden y debe existir algún culpable.