SEMANA SANTA

La Iglesia católica apostó a los jóvenes en Semana Santa

El papa Francisco se ha convertido en un joven más y ha llamado a los muchachos de todas partes del mundo a no callar, a decir lo que piensan de la Iglesia, a proponer qué debe cambiar y hacerse partícipes de la transformación.

Adriana Patricia Guzmán de Reyes*
31 de marzo de 2018, 4:21 p. m.
| Foto: SEMANA

Nunca antes había habido tantos jóvenes en el mundo: unos 1.800 millones de personas tienen hoy entre 10 y 24 años, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUP) Y la Iglesia católica lo sabe.

Por ello, durante el cierre de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa, el papa Francisco se ha dedicado a escuchar a los jóvenes, la apuesta grande para el futuro de la Iglesia católica, especialmente en América Latina.

El Viacrucis de esta Semana Santa ha tenido a los jóvenes como protagonistas. En esta oportunidad, el papa quiso un grupo de jóvenes entre 16 y 23 años de escuelas y universidades de Roma. El grupo se reunió y leyó los textos de la pasión según los cuatro evangelistas, cada uno habló sobre lo que más le había impresionado y así iniciaron la redacción del Viacrucis que así, logró más voces, ante todo, jóvenes.

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Asimismo, el predicador de la Casa Pontificia, Raneiro Cantalamessa, incluyó a los jóvenes en su homilía, tradicionalmente profunda y universal,  ¡Sed de los que toman la dirección opuesta! ¡Tened la valentía de ir contra corriente! Les dijo como tantas veces lo ha hecho ya el papa Francisco.

Y es que la apuesta por los jóvenes será en todo el año. Entre el 18 y el 24 de marzo se llevó a cabo en Roma el denominado Pre-Sínodo de Obispos, antesala al gran encuentro que se desarrollará en el mes de octubre y en que el papa, los prelados y la Iglesia toda quieren seguir escuchando a los jóvenes de la manera más auténtica posible.

El Pre-Sínodo (una reunión de obispos de todo el mundo para tratar los problemas más importantes de la Iglesia en este momento) congregó a 300 jóvenes llegados a Roma -procedentes de todos los rincones del mundo y a más de 15.000 participantes a través de las redes sociales- y recogió reflexiones, reclamos y propuestas de una población en la que la Iglesia tiene cimentadas sus esperanzas para el futuro.

Los participantes entregaron al final de las jornadas, un documento extenso en el que se resumen los días de trabajo de esta semana en la que los jóvenes se desahogaron, en varios casos parecieron “cantar la tabla la Iglesia” y fueron escuchados con la certeza de que –en palabras del propio papa Francisco- “lo que digan será tomado en serio”.

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Actualmente, por ejemplo, existe un fenómeno en algunos lugares del mundo en donde un gran número de jóvenes está dejando la Iglesia. Comprender por qué es esencial para tomar acciones inmediatas.

En este sentido, según las conclusiones recibidas por el Vaticano, los jóvenes que se encuentran desconectados de o quienes dejan la Iglesia, lo hacen luego de haber experimentado indiferencia, de sentirse juzgados y rechazados.

Manifestaron que se puede asistir, participar e irse de la misa sin experimentar un sentido de comunidad o familia como cuerpo de Cristo. Los cristianos profesan un Dios vivo, pero algunos asisten a misas, o pertenecen a comunidades, que parecen muertas. Los jóvenes son atraídos por la alegría que debería ser el sello distintivo de la fe, pero muchas veces no lo sienten así.

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Los jóvenes sueñan con líderes en la Iglesia –sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos—que sean un fuerte ejemplo de esto. Pero no siempre los encuentran, manifestaron.

Otra percepción común que muchos jóvenes poseen y quedó de manifiesto en las reuniones es la poca claridad del rol de la mujer en la Iglesia. Es difícil para los jóvenes tener un sentido de pertenencia y liderazgo dentro de la misma, y esto se da sobre todo en las jóvenes.

Las propuestas locales

El encuentro que se llevó a cabo en Roma también ha dado lugar a otras iniciativas locales en diversos rincones del mundo.

Los jóvenes quieren ser escuchados. Las nuevas generaciones esperan que la Iglesia, mejore la comunicación y sea más comprensiva con ellos. Estas y otras importantes peticiones se escucharon, por ejemplo,  junto a más de 300 jóvenes que se dieron cita la semana anterior en la Universidad de la Sabana, quienes plantearon al cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, sus inquietudes sobre su participación dentro de la Iglesia, el papel, la misión, los retos y las propuestas para ser tenidas en cuenta en los mismos escenarios internacionales en los que el papa ha pedido la intervención directa de los jóvenes.

Miguel Lloveras, un estudiante de octavo semestre de Administración de Empresas, le dijo al cardenal, que los jóvenes necesitan tiempo para encontrar una vocación y que la Iglesia, las parroquias deberían estar en manos de administradores para que los sacerdotes puedan dedicarse a lo que de verdad les corresponde.

Así como él, seis jóvenes más, también plantearon sus inquietudes, las cuales serán llevadas en octubre a Roma, para que se conviertan en insumo para trazar una hoja de ruta para la Iglesia sobre los problemas que enfrentan hoy las nuevas generaciones que se expondrán en el Sínodo de octubre.

Emilia, alumna de Psicología, propuso una actividad al estilo de un reality en donde los jóvenes tengan que vivir una experiencia de dolor y dificultad, poniéndose en los zapatos del otro.  Camila, de la Facultad de Comunicación,  un canal de opinión familiar a través de redes sociales para discutir problemas y buscar soluciones.

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Del mismo modo, en diversas latitudes, se han dado iniciativas para que los jóvenes hablen y expresen lo que piensan. En Madrid, España, los Parlamentos de la Juventud han constituido foros importantes en donde las diócesis, movimientos y congregaciones promueven diálogos que llevan a cuestionarse asuntos tan importantes cómo porqué muchos abandonan la fe o qué hacer frente a temas como la drogadicción y las ambivalencias de las tecnologías.

La apuesta de la Iglesia por los jóvenes parece total. No en vano acaba de salir a la luz el más reciente libro del papa Francisco “Dios es joven”, un diálogo apasionante entre el pontífice y el periodista italiano, Thomas Leoncini, en donde el papa trata de describir la receta para hablar con los jóvenes de hoy. Allí, señala, el más importante objetivo: construir un puente entre viejos y jóvenes para el futuro.

Además del Sínodo de Obispos (entre del 3 al 28 de octubre de 2018) uno de los grandes retos para la Iglesia en los próximos meses es la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en el mes de enero en Panamá y a la que el papa Francisco ya se inscribió como un peregrino más y a la que se espera, como en los últimos encuentros, una multitud de jóvenes que buscan en la Iglesia católica, las respuestas a muchos interrogantes de su vida. 

Cinco ideas claves de los jóvenes para la Iglesia

- Buscan educadores con rostro humano. 
- Esperan una Iglesia que sepa reconocer con humildad los errores del pasado y del presente y que se comprometa a vivir lo que profesa -Reclaman una Iglesia “extrovertida”, comprometida con el diálogo, sin impedimentos con la modernidad. 
- Los jóvenes quieren que alguien les ayude a discernir el propósito de sus vidas. 
- El documento general aborda tres grandes capítulos: los desafíos y las oportunidades que enfrentan los jóvenes en el mundo de hoy; el segundo, la fe y la vocación, el discernimiento y el acompañamiento de los jóvenes y el tercero, las actividades formativas y pastorales de la Iglesia. Sobre todos hay reflexiones y recomendaciones.
Fuente: Zenit.org. Vatican.va

*Universidad de la Sabana