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La Iglesia católica se enfrenta a nuevos desafíos en Ucrania y en el este de Europa
Desde el inicio del pontificado de Francisco, África y América Latina han estado más presentes en sus viajes apostólicos que el Viejo Continente.
El catolicismo es la rama del cristianismo que cuenta con más fieles alrededor del mundo. Cerca de 1.200 millones de católicos dirigen su mirada a la Santa Sede en donde Francisco se encuentra en una situación de poder que ha llevado más allá de sencillamente ser una figura de autoridad de la religión más predominante en Occidente.
Con la guerra entre Rusia y Ucrania a la vuelta de la esquina, desde Roma, el pontífice ha dedicado varios de sus comunicados para que Europa Oriental pueda encontrar la paz y la reconciliación a través del diálogo, y, con la misión de paz a Ucrania mencionada desde mayo por la Santa Sede, esta micronación busca ser un mediador en el conflicto.
La táctica del Vaticano para mostrar su relevancia en Europa
El ateísmo y la rama cristiana del protestantismo cada vez más está más latente en Europa, al menos en la occidental, donde el catolicismo gozaba de gran popularidad en el pasado gracias a que Juan Pablo II apoyó en gran medida a las potencias del Oeste durante su papado.
Debido a que el papa Francisco se encuentra más interesado en recorrer países donde el catolicismo está en auge, como en América Latina o en África, e incluso en ir a naciones en donde la Iglesia católica es mínima como el caso de Asia, la manera en que la Santa Sede demuestra su visibilidad en Europa está a la cabeza del cardenal Matteo Zuppi, quien es el negociador más experimentado del Vaticano.
Zuppi ha viajado a Kiev y a Moscú en donde ha tenido acercamientos con Volodímir Zelenski y con Yuri Ushakov, respectivamente, para estudiar la posibilidad de entablar diálogos de paz entre ambas naciones con el fin de la terminación del conflicto sin seguir recurriendo a la violencia. Entre los planes del cardenal está la reunión que tendrá con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien es católico, lo cual se espera que esté a favor de los temas a tratar en la agenda.
Un papa para todo el mundo
Con el nombramiento de 21 nuevos cardenales, la mayoría de América Latina y África, quedó en evidencia que para Francisco las comunidades de América del Norte y Europa, altamente significativas en el pasado, comienzan a desplazarse para darle paso al ‘catolicismo emergente’ de las sociedades latinas y africanas.
Con los viajes que el pontífice ha realizado a Irak, los Emiratos Árabes Unidos y Sri Lanka, también ha demostrado el concepto evangelizador que promulgan las escrituras para llevar la palabra de Cristo a todos los rincones del mundo.
No obstante, en Europa, los grandes bastiones del catolicismo se encuentran en España, Italia y Polonia. Este último territorio, en donde nació Juan Pablo II, revela que el 91 % de los ciudadanos se identifican como católicos; sin embargo, las iglesias locales han criticado al papado de Francisco por sus reformas liberales que ha defendido desde que asumió el pontificado.
Europa Oriental en la mira de Francisco
Debido a que gran parte de la población de Europa del Este es cristiana ortodoxa, la idea de que el Vaticano sea un mediador en la guerra entre Rusia y Ucrania podría verse como imparcial y también estratégica para demostrar el poder que la Santa Sede continúa ejerciendo en las poblaciones europeas.
A pesar de que los sacerdotes que se han enfrentado al presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, se encuentran exiliados o encarcelados, el Vaticano ha tomado una postura conciliadora para que en un futuro cercano se puedan realizar conversaciones de paz en Minsk entre Putin y Zelenski, estando así la Santa Sede en el puesto de mediador que tanto ha buscado el papado y así incrementar la imagen que Roma tiene en esta parte de Europa.