Donald Trump designó al reemplazo de la fallecida Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema de Estados Unidos.
Donald Trump designó al reemplazo de la fallecida Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema de Estados Unidos. | Foto: Revista Semana

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La llegada de Barrett a la Corte Suprema: ¿Una de las últimas acciones de Trump como presidente?

El presidente está abajo en los sondeos a ocho semanas de las elecciones. La designación de una nueva juez, a quien calificó como “conservadora en sus puntos de vista”, podría ser su esfuerzo final por echar para atrás políticas como Obamacare y el aborto.

29 de septiembre de 2020

Roe vs. Wade es uno de los pleitos jurídicos más emblemáticos en la historia de Estados Unidos. En 1973, la Corte Suprema de Justicia de este país, en un fallo de siete contra dos, consideró que la accionante Norma Leah McCorvey (cuyo pseudónimo legal era Jane Roe) estaba amparada por la Decimocuarta Enmienda y, por lo tanto, podía decidir libremente si continuaba con su embarazo o no. Además, el tribunal también determinó que ninguno de los 50 estados podía legislar en contra de la interrupción voluntaria del embarazo y abrió la puerta a una práctica que tardó varias décadas en llegar al resto del continente americano. En Colombia, por ejemplo, solo hasta 2006 se permitió el aborto y está condicionado bajo tres causales.

Este es uno de los temas centrales en la agenda política y jurídica en la nación norteamericana después de que Amy Coney Barrett fuera postulada por el presidente Donald Trump a ser nueva juez de la Corte Suprema. Su designación se da bajo unas circunstancias que la hacen particularmente especial y capturan la atención de la opinión pública. Primero, Barrett —católica practicante y madre de siete hijos— llega a reemplazar a la mítica Ruth Bader Ginsburg, quien falleció hace unas semanas y era un icono del progresismo y la ampliación de los derechos. Es decir, reemplazo y reemplazada están en orillas opuestas de la doctrina constitucional. Segundo, esta sería la tercera oportunidad que tiene Trump, en menos de cuatro años de gobierno, para nombrar un miembro del tribunal supremo e inclinar la balanza ideológica del órgano judicial en favor de los republicanos. Y, para añadir un condimento más al asunto, ocurre solo a dos meses de las elecciones y en vísperas del primer debate presidencial que pondrá en el mismo escenario al actual mandatario con el exvicepresidente Joe Biden. Muchos analistas creen que la designación de Barrett es un claro guiño a las bases más tradicionales de su partido en la antesala de la contienda electoral.

Ciertamente son tiempos turbulentos, pero podrían ser solo un abrebocas de lo que está por venir. En una entrevista dada al programa Fox & Friends Weekend, el presidente Trump anticipó que pronto la Corte revisará la viabilidad de seguir manteniendo en vigencia el fallo de Roe vs. Wade y que el ingreso de Barrett contribuiría a un eventual cambio de jurisprudencia con respecto al aborto.

Es conservadora en sus puntos de vista, en sus fallos, y tendremos que ver cómo funciona todo eso, pero creo que funcionará” afirmó. Más adelante, añadió que la nueva jueza reforzará el bloque conservador de la Corte —conformado por Clarence Thomas, John G. Roberts, Neil McGill Gorsuch, Brett Michael Kavanaugh y Samuel A. Alito, Jr.— y, al ser cuestionado sobre cómo creería que se tumbaría lo dictaminado en Roe vs. Wade, trató de ser un poco escéptico y no tan triunfalista. “Quizás lo hagan de otra manera. Tal vez se la devolverán a los estados (la facultad de legislar sobre la materia). Simplemente no sabes lo que va a pasar”.

Al día de hoy, hay 17 procesos pidiendo pista para ser revisados por la Corte Suprema y que están de una u otra forma ligados con el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo. Buena parte de los demócratas temen que el aterrizaje de una conservadora como Barrett en una corporación que ya de por sí era suficientemente conservadora signifique el fin de muchas políticas que hacen parte de sus plataformas. La Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (también conocida como ‘Obamacare’), que amplió la cobertura y benefició a millones de personas de bajos recursos, también estaría en peligro según lo expresó Joe Biden en un evento de su campaña el pasado 27 de septiembre.

“Él (Trump) dejó claro cuál es su objetivo, acabar con Obamacare” ratificó. Luego hizo pública su preocupación por las adversas consecuencias que, a su criterio, traería la regresión de ciertos derechos a raíz de nuevas decisiones de la Corte. “A las mujeres se les podría volver a cobrar primas más altas solo por ser mujeres; el embarazo podría volver a convertirse en una condición preexistente; los adultos mayores verán subir los precios de sus medicamentos recetados y bajar los fondos para Medicare (el programa de cobertura de seguridad social)”.

La bancada republicana en el Senado está decidida a confirmar la designación de Barrett cuanto antes. Los demócratas, en cambio, les recuerdan la oposición que ellos le hicieron al expresidente Barack Obama cuando intentó nombrar un reemplazo para el juez Antonin Scalia —conocido por sus postulados tradicionales— en 2016 bajo el argumento de que las elecciones presidenciales, para entonces, estaban a solo seis meses. Trump, por su parte, ahora lo hará con Barrett a solo ocho semanas de la votación. Una encuesta realizada por el New York Times y el Siena College reveló que el 56 por ciento de los estadounidenses creen que lo correcto es esperar a que se conozca el desenlace de los comicios para proceder a nombrar el nuevo miembro de la Corte Suprema de Justicia.

Pero Trump se hace el de los oídos sordos y difícilmente cederá. Su mandato es la prueba clara de que gobierna sin dejarse influir por lo que digan los sondeos. Estos mismos lo muestran con desventaja frente a Biden y pronostican que el nombramiento de Barrett podría ser de las últimas acciones de peso que tome antes de abandonar la Casa Blanca. Está por verse.