Sudamérica
La mala hora de la izquierda: Así le ha ido a los países que votaron por un cambio decepcionante
Según el prestigioso Financial Times, América Latina es la región de las oportunidades perdidas. Esta es la estrepitosa caída de la mayoría de gobiernos de la región.
El domingo pasado, la izquierda chilena vivió su mayor fracaso desde que Gabriel Boric llegó al poder. La Asamblea Constituyente quedó en manos de la derecha. Así, la iniciativa de redactar una nueva carta magna que tumbara la de Augusto Pinochet estará al frente de su oposición más férrea. La cara del mandatario lo decía todo. Apesadumbrado y con vergüenza, quien había prometido un revolcón, terminó revolcado.
“América Latina le gana al mundo en desperdiciar oportunidades”, escribió Michael Stott, editor para la región del prestigioso Financial Times, al recoger uno a uno los fracasos de los mandatarios del continente. El periodista, que vivió más de una década en el continente, asegura que los países, teniendo todo para ser pujantes, experimentan tiempos aciagos y, por esa razón, sus grandes fortunas se están moviendo al exterior. Pero no es solo en Latinoamérica: los demócratas, con Biden, también la ven difícil en Estados Unidos. ¿Cómo está el mapa?
Chile
Gabriel Boric parece estar viviendo un naufragio. El pasado domingo se eligieron los consejeros para la redacción de la nueva Constitución del país austral, una iniciativa lograda por los movimientos de izquierda durante el estallido social de 2019. La victoria de la derecha deja al Gobierno descuadernado. Más aún si se tiene en cuenta que es el segundo golpe, pues, en septiembre pasado, la primera propuesta de Constitución ya había sido rechazada masivamente por la población.
“El motivo principal del voto ciudadano tuvo que ver con la opinión respecto del Gobierno, más que con la elección de los consejeros para una nueva Constitución”, le dijo a SEMANA Mariana Aylwin, exministra de Educación de Chile.
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Además del fiasco del nuevo proceso constituyente, el Gobierno de izquierda cometió errores que no le perdonan los chilenos. El mayor, quizás, fue cuando el mandatario decidió indultar a varios de los manifestantes del estallido social de 2019, protestas claves para la propuesta de nueva Constitución y la llegada de Boric al poder. Y si bien el episodio era de por sí polémico, fue aún más cuando se conoció que los liberados tenían un largo historial delictivo, lejos de cualquier acción política.
Con la ciudadanía en su contra, pinta que al Gobierno de Gabriel Boric le espera una larga travesía por el desierto, ya que le quedan casi tres años de mandato y solo tiene un pobre 28 por ciento de aprobación y 66 de rechazo, según el sondeo más reciente de Cadem. “Boric queda extraordinariamente debilitado, no tiene mayoría en el Congreso, perdió el empate que tenía en el Senado y compromete la agenda legislativa”, dijo, en diálogo con SEMANA, Isidro Solís, exministro de Justicia de Chile.
Argentina
Al presidente Alberto Fernández no le ha parado de llover desde que llegó a la Casa Rosada a finales de 2019. De entrada, le tocó hacerle frente a la pandemia y lo que esta trajo como la crisis sanitaria, las coyunturas sociales, el aumento de la inseguridad y el descalabro económico.
Los argentinos están reventados con el costo de vida, que supera con creces lo que ganan con sus trabajos. Según registros de la tasa de variación anual del IPC, en marzo de este año Argentina alcanzó una inflación de más del 104,3 por ciento, cifra que triplica la de países como Venezuela.
El rechazo es tan grande, que la popularidad de su mandatario, de acuerdo con la Universidad de San Andrés (UdeSA), es apenas del 24 por ciento.
La ruptura entre el presidente y su vicepresidenta, la controvertida Cristina Fernández de Kirchner, también sumó. El jefe de Estado y la que debería ser su mano derecha no se dan tregua y tienen la coalición del partido peronista, Frente de Todos, completamente dividida. El año pasado, de acuerdo con el diario El Comercio, Kirchner auspició la salida de varios ministros leales a Fernández, dejándolo casi solo.
Esto pone aún más en jaque a la izquierda Argentina, ya que complica una reelección del oficialismo en las elecciones de octubre. Fernández, que no buscará la reelección, dejando el camino libre a partidos de derecha como al que pertenece el expresidente Mauricio Macri, Juntos por el Cambio, y La Libertad Avanza, partido independiente del libertario Javier Milei. Por el momento, el candidato del peronismo es Daniel Scioli, pero tal parece que se quemará en las urnas.
Perú
La nación inca parece tener un imán para atraer gobernantes polémicos. Durante los últimos cinco años han tenido seis presidentes y la llegada y salida del izquierdista Pedro Castillo solo llevó al país a una crisis institucional de la que parece lejos de salir. El hombre que había despuntado como una promesa idílica, un maestro de escuela rural que llegaba al primer cargo de la nación, terminó siendo una decepción y sumió al país en el caos.
En diciembre pasado, Castillo, ahogado en múltiples acusaciones de corrupción, intentó hacer un autogolpe de Estado que lo sacó del poder y produjo un estruendo en el país del que aún no se recupera. Dina Boluarte asumió el poder en medio de una gran crisis política e institucional. Muchos peruanos, especialmente de las regiones, se sintieron traicionados, pues salieron a las calles a pedir la restitución del mandatario, pero fue respondido con una dura represión por parte de las fuerzas del orden.
“Han parado los actos de corrupción, pero ella afrontó una oposición muy grande de una parte del país que se sentía identificada con Castillo sin importar lo que venía haciendo, y esto se tradujo en unas protestas válidas, pero con objetivos antidemocráticos, como reponerlo en el poder. La respuesta a esto fue una represión indiscriminada que no está siendo investigada”, cuenta a SEMANA Ricardo Uceda, reconocido periodista peruano.
Para Uceda, después del fracaso del intento de adelanto de elecciones, el panorama parece tranquilo y estable tras las protestas que dejaron 30 muertos oficialmente. “Hay muchas reformas que debe hacer el Estado, por eso es muy incierto el panorama, pero tendería a pensar que Boluarte terminará su mandato sin pena ni gloria”.
Dina Boluarte, quien solo tiene 15 por ciento de popularidad, según Ipsos, cada día se desliga más de la izquierda e intenta pactar con la derecha tradicional del país, es conocido que toda la crisis del país fue provocada por el Gobierno, lleno de acusaciones de Pedro Castillo, un mandatario de la izquierda más tradicionalista.
Venezuela
La crisis en Venezuela tristemente se ha vuelto paisaje en la región, con los diálogos con la oposición suspendidos y un Maduro que se niega a negociar cualquier salida del poder, el país se hunde más en la miseria y en el hambre mientras millones de venezolanos deambulan por toda la región.
En teoría, el próximo año habrá elecciones presidenciales en el vecino país, pero de ahí a que sean libres y democráticas hay un trecho muy grande. Por ahora, la oposición estará participando en dicho proceso electoral a pesar de las dudas.
Brasil
“En lugar de descubrir cómo Brasil puede competir con India para ensamblar iPhones o ganar inversiones en microchips, el presidente Lula da Silva quiere construir refinerías de petróleo, reactivar la construcción naval y buscar una unión monetaria con su vecino casi en bancarrota, Argentina”. Así definió el Financial Times el Gobierno del presidente Lula.
Aun así, mantiene la estabilidad del Gobierno a pesar de las críticas de los sectores afines a Jair Bolsonaro, pero además de sus medidas económicas, es cuestionado por sus posiciones sobre la guerra en Ucrania, diciendo que Zelenski es igual de culpable de la invasión que Putin.
El único que sonríe
El único mandatario que goza de una popularidad que lo deja dormir tranquilo es Nayib Bukele. Su cruzada contra las maras y la recuperación del país de las garras del crimen lo tienen con una popularidad del 91 por ciento, según el diario La Prensa Gráfica.
Bukele, quien llegó al poder hace unos años abrazando varias ideas de izquierda, fue cambiando paulatinamente sus postulados, pero siempre mantuvo su idea de una guerra contra las pandillas. La construcción de una megacárcel y la forma como ha detenido a miles de integrantes de esa organización criminal le ha generado reconocimiento internacional, pero también críticas de Estados Unidos y organizaciones de derechos humanos.
La realidad es que El Salvador completó esta semana un total de 365 días sin asesinatos desde que Bukele llegó al poder, en 2019, resultados que hace unos años eran totalmente impensables cuando las pandillas sometían a la población bajo un yugo de terror.
Las excepciones
Dentro de la región también destaca el Gobierno de Bolivia, donde Luis Arce había mantenido la estabilidad como heredero y mano derecha de Evo Morales, luego su imagen se ha ido para abajo, pero últimamente ha ido remontando y es de los pocos que logra mantener una imagen positiva, con 51 por ciento, según Acop.
Además, no todo es tormenta para la izquierda, ya que en Centroamérica, Andrés Manuel López Obrador, en México, es el segundo mandatario mejor calificado en el mundo, con 65 por ciento de aprobación, por lo cual es otro que puede celebrar algo.
Aun así, por esos lados del continente americano también está el mandatario del régimen cubano, Miguel Díaz-Canel, que para el último sondeo de OCDH, el 74 por ciento de los cubanos desaprobaba su gestión al mando de la isla.
Tal parece que la ola rosada en la región puede ser fugaz y ya está empezando a presentar graves problemas de aprobación. Lo más probable es que de los seis mandatarios de izquierda solo queden cuatro, Argentina augura un giro a la derecha este octubre y Boluarte está más allá que acá.
Cabe resaltar que esta tendencia política no fue precisamente por simpatía hacia la ideología, fue más bien una elección debido al rechazo que genera la clase política tradicional. La gente estaba cansada y le dio un voto de confianza a la izquierda que parece estar desperdiciando. Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial en América Latina, habló con Financial Times y dijo: “Debido a todas las crisis, los países de la región están perdiendo la oportunidad de generar los cambios globales que prometieron”.
Los mandatarios que llegaron con favorabilidad, hoy están más que rajados.
Tormenta en el norte
En Estados Unidos, el Partido Demócrata también vive momentos difíciles. La colectividad tuvo una oportunidad de oro al llegar a reemplazar a Donald Trump, un presidente que se había caracterizado por sus excesos y arbitrariedades.
Era tanto el malestar que había, que Joe Biden llegó con la votación más alta en la historia de los Estados Unidos. De acuerdo con la Registraduría Nacional de Estados Unidos, Biden obtuvo 74,5 millones de votos, no solo superando a su contrincante por más de 3 millones, sino también a Barack Obama, quien hasta ese momento ostentaba el récord, con 69,4 millones. Pero resulta que puede terminar su mandato con el peor dato en aceptación de su pueblo.
Los demócratas llevan en Estados Unidos las banderas progresistas mundiales, sin dejar de lado el capitalismo salvaje ni los valores base de la nación del águila. No son técnicamente un partido de izquierda, pero sí el contrapeso histórico de las fuerzas de derecha que viven en ese país.
De acuerdo con las últimas encuestas, su popularidad se alinea por abajo con la del resto de sus homólogos del continente. La encuestadora Gallup reveló que, en este momento, solo el 37 por ciento de ciudadanos está de acuerdo con la gestión realizada.
Biden no solo ha tenido que enfrentar un constante acoso y oposición de Trump, sino que, al igual que muchos de sus homólogos, tuvo que hacerles frente a parte de la pandemia, varias crisis globales como la toma de Afganistán por parte de los talibanes, la guerra de Ucrania, la constante amenaza china y la creciente recesión económica mundial que azota a todas las naciones.
También hay que sumarle la crisis migratoria que enfrenta el país al que más migrantes quieren llegar. Las fronteras de Estados Unidos están llenas a reventar y cada día llegan más y más migrantes que esperan cumplir el sueño americano y escapar de la pobreza y violencia. Según la ONU, desde 2020 han llegado al menos 50 millones de migrantes al país, una cifra mayor a la población total de Colombia.
En adición, con la creciente ola de violencia en el país, la población está cada vez más cansada de Biden. Tan solo este año se han registrado 199 tiroteos, cifra que bate récords, de acuerdo con el Daily Mail. Sin embargo, si se tuviera que señalar un momento exacto en donde la popularidad del mandatario se desplomó, fue a inicios de enero de 2023, cuando se conoció el hallazgo de documentos confidenciales de la nación en una de las oficinas de Biden.
Desde ahí, la confianza empezó a caer en picada, a tal punto de alcanzar niveles históricos. Biden registra el porcentaje más bajo de aprobación desde el Gobierno de Dwight Eisenhower en 1955. De acuerdo con Gallup, que comparó la popularidad de los antecesores de Biden en el mismo periodo, todos, incluso Donald Trump, superaron el 44 por ciento.
Esto pone en tela de juicio no solo el mandato actual, sino el posible siguiente. Biden anunció hace dos semanas su candidatura para las elecciones del próximo año, pero a no ser que su popularidad mejore un segundo mandato, se complica, sobre todo teniendo en cuenta el creciente apoyo hacia el Partido Republicano y a figuras ultraconservadoras como Ron DeSantis.
Entonces, a pesar de no ser netamente de izquierda, Biden también pasa por una mala hora y pone en riesgo al progresismo estadounidense. Pues, por el momento, la balanza política de Estados Unidos se inclina más hacia los republicanos y sus valores. n