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La masacre de Bucha fue perpetrada hace un año: ¿cómo avanzan las investigaciones?
Hace un año fue liberada la ciudad ucraniana de Bucha, que cobró triste fama mundial por los presuntos crímenes de guerra que los ocupantes rusos cometieron ahí.
El 25 de marzo de 2022, las tropas rusas mataron a tiros a Walentyna Sen, en el patio de su casa, en Bucha, un suburbio de Kiev. Su hija Tetjana cuenta que la jubilada, de 69 años, fue alcanzada por un tiro que perforó su hígado. “Mi madre se desangró”, dice Tetjana. El cadáver de Walentyna permaneció en el patio hasta la liberación de Bucha por parte del ejército ucraniano, el 31 de marzo de 2022.
A un año del asesinato de su madre, Tetjana aún no ha sido interrogada por los investigadores. La familia ni siquiera sabe si se ha instruido una causa. Tan solo en abril de 2022 fue interrogado el hijo de Tetjana, que había descubierto el cuerpo sin vida de su abuela. Más tarde, él mismo la enterró en la localidad.
Ejecuciones en el bosque
Serhij, originario de Bucha, vivió algo parecido. El 25 de marzo, poco antes de la liberación de la región de Kiev, los ocupantes rusos ejecutaron a su padre, Oleksandr Jaremytsch, quien había distribuido alimentos a los habitantes de Butcha. Tras el registro de su casa, Oleksandr fue llevado al bosque y asesinado a tiros.
Oficialmente se abrió un proceso por asesinato, y desde hace un año Serhij intenta hablar con las autoridades para informarse sobre el estado de las investigaciones. Sin embargo, primero se realizó una exhumación y se abrió el recibimiento a prueba. Además, después de algunos meses, cambió el agente de policía a cargo de la investigación. Serhij cuenta que apenas hace poco fue interrogado. “Todo avanza lento, pero hay progresos. Las autoridades informan de lo que han hecho y explican el siguiente paso. Es un proceso muy largo, y no creo que dentro de un año haya concluido”, sostiene Serhij.
Muchos datos sobre crímenes de guerra
La fiscalía general de Ucrania calcula que el ejército ruso cometió casi 11.000 crímenes de guerra tan solo en la región de Kiev. 700 fueron registrados en Bucha. Actualmente, hay más de 7.000 procesos judiciales en curso, 118 sospechosos y 50 personas fueron juzgadas en ausencia; cuatro de ellas incluso fueron condenadas.
El año pasado, agentes del servicio de inteligencia de Ucrania, con apoyo de la Policía, investigaron la región liberada. Gracias al apoyo de ayudantes voluntarios se pudo recabar una gran cantidad de datos sobre los crímenes de guerra.
“Encontraremos a todos los criminales”
De acuerdo con la fiscalía general, las investigaciones llevan tiempo porque, entre otras cosas, es difícil identificar a los autores de los crímenes. Asimismo, es casi imposible detenerlos. “En esta fase de las investigaciones nuestra meta principal es reunir testimonios y pruebas. Muchas veces, en los interrogatorios a prisioneros de guerra rusos, se logra dar con la identidad de algún responsable de un crimen de guerra”, dice Oleh Tkalenko, vicepresidente de la fiscalía general en la región de Kiev.
Según Tkalenko, este año la fiscalía espera llevar a los tribunales a muchos sospechosos y conseguir que se emitan condenas. “Después, la respectiva persona aparecerá en una lista de personas buscadas internacionalmente. Esperamos que algunos criminales sean detenidos en el exterior y traídos a Ucrania para que tengan que cumplir su condena durante la guerra”, dice Tkalenko, y agrega que, después de la victoria de Ucrania, “encontraremos a todos los demás”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió el viernes una victoria total ante el “mal” encarnado por Rusia, en el primer aniversario de la liberación de Bucha, una ciudad convertida en símbolo de las atrocidades atribuidas a las tropas invasoras. “Ganaremos, es seguro. El mal ruso caerá, precisamente aquí en Ucrania y ya no podrá levantarse”, declaró Zelenski en Bucha junto a los primeros ministros de Croacia, Eslovaquia y Eslovenia y a la presidenta de Moldavia.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó un decreto que valida una nueva doctrina de política exterior, que según su canciller, Serguéi Lavrov, enfatiza “la naturaleza existencial de las amenazas occidentales” contra su país. Lavrov también acusó a Estados Unidos y sus aliados de librar una “guerra híbrida” contra Moscú.
El ejército ruso se retiró de Bucha y de toda la región al norte de Kiev el 31 de marzo de 2022, poco más de un mes después del inicio de la invasión. Dos días después de la retirada, se conoció la masacre. Periodistas de la AFP descubrieron en Bucha el 2 de abril vehículos carbonizados, casas destruidas y cadáveres de veinte hombres vestidos de civil, uno de ellos con las manos atadas a la espalda.
Esas escenas conmocionaron al mundo. Ucrania y las potencias occidentales denunciaron ejecuciones sumarias de civiles y “crímenes de guerra” que, dijo Zelenski, serán “reconocidos por el mundo como un genocidio”. El Kremlin negó su implicación y evocó una puesta en escena. Un año después de la liberación de la localidad, Kiev estima en “más de 1.400″ el número de civiles muertos en el distrito durante la ocupación rusa.
Bucha debe convertirse en un “símbolo de justicia”, dijo este viernes Zelenski. “Queremos que cada asesino, cada verdugo, cada terrorista ruso sea considerado responsable de cada crimen contra nuestro pueblo”, añadió. Los trabajos de reconstrucción de este suburbio de Kiev, que tenía 37.000 habitantes antes de la guerra, ya están en marcha. El trauma sigue presente, pero varios residentes dijeron a la AFP que el “dolor se está aliviando”, porque es necesario “seguir viviendo”. La Corte Penal Internacional (CPI) emitió este mes una orden de arresto contra Putin por la “deportación” de miles de niños ucranianos a Rusia. Rusia ha negado su implicación en crímenes de guerra.
Influencia china
En el frente, los combates siguen librándose sobre todo en el este, alrededor de la ciudad de Bajmut, que los rusos llevan meses intentando conquistar durante meses a costa de grandes bajas. Kiev admitió el jueves que solo controla un tercio de Bajmut, pero prepara una contraofensiva, apostando sobre el agotamiento de las tropas rusas.
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que prestó a Rusia su territorio para invadir Ucrania, dijo que estaba listo para acoger armas nucleares “estratégicas” de Rusia, además de las armas “tácticas” que Moscú se dispone a desplegar en este país, limítrofe con países de la Unión Europea (UE) y de la OTAN. “Por culpa de Estados Unidos y de sus satélites [aliados], se ha desencadenado una guerra total”, con riesgo de “una tercera guerra mundial, con incendios nucleares”, advirtió Lukashenko.
China, que nunca ha denunciado la invasión y la semana pasada escenificó su sintonía con Moscú con la visita a Rusia del presidente Xi Jinping, trata de presentarse como mediador neutral. Pekín desveló en febrero un plan para una solución política, que reclamaba diálogo y respeto a la integridad territorial de todos los países y rechazaba el uso o la amenaza de recurrir a armas nucleares.
Las potencias occidentales lo ven con escepticismo y advierten a China sobre cualquier tentación de entregar armas a Rusia. El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, de visita en Pekín, mostró interés en propuesta presentada por el presidente chino Xi Jinping, si bien le instó a tener en cuenta la opinión de Kiev. “He animado al presidente Xi a que pueda mantener una conversación con el presidente Zelenski para conocer de primera mano el plan de paz del gobierno ucraniano”, dijo Sánchez, que en julio asumirá la presidencia semestral de la Unión Europea (UE). El presidente francés, Emmanuel Macron, que viajará a China la semana próxima, alertará a Xi de que apoyar militarmente a Rusia en su ofensiva en Ucrania sería una “decisión funesta”, indicó el viernes la Presidencia francesa.
Con información de AFP