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La noche que estremeció al mundo: se cumplen 9 años del atentado terrorista en París
130 muertos y 440 heridos se registraron en los atentados de París el 13 de noviembre de 2015.
Momentos de angustia e incertidumbre vivieron los asistentes y vecinos del Estadio de Francia en Saint-Denis, en los atentados simultáneos del 13 de noviembre de 2015 en varios puntos del centro del país.
El primero de los ataques se dio sobre las 9:00 p. m. En ese momento se produjo una explosión en la periferia del Estadio de Francia de Saint-Denis en el que se disputaba un partido entre las selecciones de Francia y Alemania con la asistencia de 70.000 espectadores y la presencia de François Hollande, presidente de Francia por aquella época.
Uno de los terroristas no pudo ingresar a las instalaciones del estadio y, por eso, toma la decisión de implosionarse con un cinturón bomba que tenía atado a su cuerpo, ocasionándole la muerte a una persona.
En ese mismo momento, decenas de personas resultaron heridas y se presentaron un total de 13 muertos por la irrupción de 5 terroristas, quienes dispararon con fusiles de asalto en varias ocasiones a las personas que estaban transitando y se encontraban en el bar Le Carillon y el restaurante Le Petit Cambodge, en el distrito X de París.
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Acto seguido, Brahim Abdeslam implosionaría con otro de los cinturones bomba que había preparado el grupo terrorista Yihad para el atentado en el restaurante Le Comptoir Voltaire, logrando que la cifra de fallecidos ascendiera a 39 personas.
Unas 60 personas más resultaron heridas cerca a Saint-Denis con una tercera explosión de un cinturón bomba, a la expectativa de lo que ocurría en el teatro Bataclan, lugar donde se encontraban secuestradas un total de 90 personas a manos del grupo Yihad.
Pese a los intentos de negociación por parte de la Policía francesa, los terroristas abrieron fuego de forma indiscriminada y asesinaron a todos los secuestrados que tenían en su poder, registrando un total de 130 muertos y 440 heridos.
Las consecuencias
El único terrorista que quedó con vida tras perpetrar los atentados de ese 13 de noviembre en París fue Salah Abdeslam, quien recibiría una condena de cadena perpetua por parte del Tribunal Criminal de París sin derecho a libertad condicional.
Adicional a ello, Abdeslam declaró al tribunal que él “no era un asesino” y que condenarlo por esos hechos sería “una injusticia”, aclarando que fue el único de los que participaron en el atentado que no detonó su respectivo cinturón bomba para asesinar a más personas.
Por su parte, cerca de 20 personas fueron acusadas de participar y colaborar en la masacre. La justicia de Francia determinaría en los juicios de aquellas épocas que esas personas habían sido las responsables de transportar a los terroristas desde Siria a Europa con identidades falsas e hicieron parte de la logística para provocar los atentados en Francia.