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La ONU llega a un acuerdo histórico sobre la regulación del espacio marítimo, ¿de qué se trata?
Luego de 18 años de discusiones, las naciones llegaron a un mismo punto sobre la regulación del uso de recursos provenientes del mar.
La Organización de Naciones Unidas dio a conocer la aprobación de un tratado importante a nivel internacional, el cual regulará el uso de la biodiversidad marina.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, felicitó a los países miembros de las Naciones Unidas por haber redactado un texto que tiene como objetivo garantizar la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de áreas fuera de la jurisdicción nacional. Para la organización, es un avance importante.
“Es una victoria para el multilateralismo y para los esfuerzos globales por contrarrestar las tendencias destructivas que enfrentan la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras”, afirmó Guterres la noche del sábado en un comunicado de su portavoz, horas después de que se alcanzara el acuerdo en la sede de la ONU en Nueva York, lugar donde se estuvieron llevando a cabo las negociaciones.
El acuerdo fue conseguido por los delegados de la Conferencia Intergubernamental sobre Biodiversidad Marina de Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional es la culminación de una serie de conversaciones que iniciaron hace 19 años en 2004.
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El proyecto acordado tiene como nombre “Tratado de alta mar” y dispondrá el 30 % de los océanos del mundo en áreas protegidas, destinará más dinero a la conservación marina y gestionará el acceso y el uso de los recursos genéticos marinos.
El secretario general sostuvo que el tratado es crucial para abordar la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. “También es vital para lograr los objetivos y metas relacionados con los océanos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal”, manifestó.
Guterres también se refirió al compromiso ‘30x30′, el cual busca proteger un tercio de la biodiversidad del mundo, en tierra y mar para 2030, logrado en una conferencia de la ONU en Montreal en diciembre pasado.
Tras señalar que la decisión de Conferencia sobre Biodiversidad Marina se basa en el legado de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el secretario general elogió a todas las partes por su ambición, flexibilidad y perseverancia, y aplaudió el liderazgo y dedicación de la embajadora Rena Lee, de Singapur.
“Damas y caballeros, el barco llegó a la costa”, declaró la embajadora en la noche del 4 de marzo al anunciar el acuerdo con una prolongada ovación de pie en la sala de reuniones. Las delegaciones se volverán a reunir más adelante para adoptar formalmente el texto. Por su parte, Guterres también reconoció el apoyo crítico en la consecución del Tratado de alta mar de las organizaciones no gubernamentales, la sociedad civil, las instituciones académicas y la comunidad científica.
El secretario general aseguró que seguirán trabajando para asegurar un océano más saludable, resistente y productivo, que beneficie a las generaciones actuales y futuras. Las zonas marítimas contempladas por el acuerdo no estaban bajo ninguna regulación, por lo que cualquier país tenía la potestad de emplear los recursos a su modo.
Con respecto a los detalles del acuerdo, el tratado está dividido en cuatro secciones. Por un lado, se crean mecanismos para la creación de áreas marítimas protegidas en aguas internacionales. También se regula el uso de los recursos genéricos marinos, dándole prioridad a la administración en materia de alimentación, medicina y conservación de especies.
Otro de los ítems, mencionado anteriormente, es aportar con el alcance de los objetivos pactados hace tres años de cara al 2030 en aras de conservar la biodiversidad y detener el deterioro del medio ambiente y, por consiguiente, la crisis climática. Adicionalmente, están contemplada la realización de evaluaciones de impacto ambiental, las cuales estarán ligadas a la ejecución de determinadas actividades, tales como la transición energética con recursos renovables y la reducción de explotaciones mineras.