La población donde se resisten a creer en el coronavirus

En el estado de Washington, en Estados Unidos, hay un pueblo de menos de mil personas donde no han visto su primer caso de covid-19 y por lo tanto se rehúsan a creer que existe y se niegan a protegerse. Se trata de Mossyrock, una pequeña población donde se niegan a cumplir con las órdenes estatales de cerrar negocios y escuelas para evitar el contagio por coronavirus que deja ya más de 300 mil muertos en ese país y 17 millones de personas infectadas.

La rebelión en Mossyrock la lidera su alcalde Randall Sasser, quien apelando a los derechos constitucionales de las pequeñas ciudades en su país, se niega a cerrar los 30 negocios que son el sustento económico del pueblo.

El alcalde argumenta que mientras no se le entregue una lista detallada de donde hay contagio en el condado en el que se encuentra su pueblo, él no tiene por qué creer que el virus ha llegado a su comunidad. Mossyrock está en el condado Lewis, hogar de más de 23 mil personas donde se han registrado 1.670 casos de covid-19 desde marzo, 110 hospitalizaciones y 17 muertos. Sin embargo no existe información que confirme si algunos de esos casos están o estuvieron en Mossyrock y de eso se aferra el gobernador local para desobedecer la orden estatal de cerrar el comercio que no sea indispensable.

La controversial decisión del alcalde cuenta con apoyo del concejo de su cuidad, que consideró que mientras no existiera prueba alguna que sus restaurantes, bares, gimnasios y salones de belleza eran puntos de contagio, no tenía sentido cerrarlos y afectar la economía local. Sasser, quien es alcalde hace tres años y antes de eso era miembro del concejo de su pueblo, va mas allá al decir que mantener los negocios abiertos es una manera de defenderse de los intereses ajenos que perjudicarían su ciudad. “Yo creo que es mas un asunto de control”, dijo a la prensa local. “Lo que quieren es acostumbrarnos a hacer lo que ellos ordenen porque creo que detrás de esto hay algo mas grande.. el interés del gobernador es que nos adaptemos a recibir sin cuestionar sus órdenes para que algún día le sea fácil pasar ordenanzas como el control a la venta de armas”.

La postura de Sasser atrajo la atención del grupo de extrema derecha y simpatizante del presidente Donald Trump, Patriot Prayer, que organizó una marcha protesta en Mossyrock para apoyar la decisión de no cerrar los negocios ni acatar las órdenes del gobernador del estado. Cientos de personas asistieron al evento que llamaron “Marcha por la libertad” y que se celebró el pasado 12 de diciembre sin ninguna protección en contra del virus.

Miembros de Patriot Prayer se tomaron el pueblo, con el beneplácito del alcalde y sin usar tapabocas o guardar distanciamiento social. La instrucción, además de protestar por las medidas en contra de covid-19 en todos los Estados Unidos, fue gastar en los restaurantes y tiendas del pueblo anfitrión para fortalecer su debilitada economía afectada por la pandemia. El principal atractivo y fuente de ingresos de Mossyrock es su festival de arándano que se celebra cada año en agosto y que atrae a mas de cinco mil personas.

Este año el festival se canceló, los turistas no llegaron y la economía local se resintió. La rebelión del alcalde va mas allá de no querer cerrar los negocios, no cree tampoco en el uso de tapabocas ni la necesidad de distanciamiento social. Dice que las medidas de protección contra coronavirus se deben de determinar según el nivel de contagio en cada comunidad y asegura que mientras en su pueblo no tengan ningún caso no tienen por ser “secuestrados en sus casas y sus escuelas como el resto de la nación”.

Pero en Mossyrock no todos están de acuerdo con el mandatario local. Algunos se quejan por la cantidad de gente que sin protección alguna invadió el pueblo el día de la marcha y temen que la controversial orden de no cerrar sus negocios les pueda significar una multa del estado de Washington y rechazo por parte del resto del país, lo que se traduciría en menos turismo para la pequeña comunidad. Por lo pronto lo cierto es que en ese pueblo hacen de cuenta que el covid-19 no existe por el simple hecho de que ellos aún no conocen su moral rostro ni su dolorosa estela.