Estados Unidos-China
La postura de Biden: EE. UU. no tiene intenciones de desvincularse de China
El presidente Joe Biden afirmó este martes que Estados Unidos no busca distanciarse de China sino mejorar su relación, antes de una esperada cumbre con su homólogo Xi Jinping en San Francisco.
“No estamos intentando desvincularnos de China. Lo que tratamos hacer es mejorar la relación”, dijo Biden. Añadió que espera que la reunión ayude a ambas partes a “restablecer una comunicación normal: ser capaces de levantar el teléfono y hablar el uno con el otro si hay una crisis”.
Pero Biden advirtió que Estados Unidos es reacio a invertir en China debido a las prácticas comerciales de Pekín. “No voy a seguir apoyando posturas según las cuales si queremos invertir en China tenemos que entregar todos nuestros secretos comerciales”, afirmó.
La perspectiva positiva generada por las conversaciones de noviembre de 2022 entre Xi y Biden en Bali se vio empañada drásticamente cuando Estados Unidos identificó y derribó un presunto globo espía chino, desencadenando una nueva serie de tensiones en la ya compleja relación entre ambas naciones. Desde ese incidente, se han desplegado esfuerzos significativos en el ámbito diplomático, con contactos de alto nivel destinados a mitigar las fricciones y restablecer la estabilidad en los lazos bilaterales.
La cumbre próxima ha suscitado gran interés y expectativas, especialmente en medio de los desafíos recientes. Sin embargo, las autoridades chinas han mantenido un tono cauteloso y reservado al abordar las expectativas de Pekín para el encuentro. Al ser consultado, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino se ha mostrado esquivo, limitándose a referirse a la cumbre como “una comunicación en profundidad” y mencionando “temas importantes sobre la paz mundial”.
Este enfoque cauteloso puede reflejar la prudencia de China ante las complejidades inherentes a la relación bilateral, así como el deseo de abordar cuestiones fundamentales que afectan la estabilidad global. La referencia a “temas importantes sobre la paz mundial” sugiere la posibilidad de que ambas naciones busquen áreas de cooperación más allá de las disputas bilaterales, en un esfuerzo por contribuir a la estabilidad y armonía a nivel internacional. La cumbre, por lo tanto, emerge como un escenario crucial para el diálogo y la búsqueda de terrenos comunes en medio de las tensiones persistente.
Además de las áreas en las que Washington y Pekín han buscado convergencia, como las relaciones comerciales y económicas, persisten tensiones evidentes. China ha reiterado su firme postura respecto a asuntos que considera “líneas rojas”, destacando su firme posición sobre Taiwán, que Pekín aspira a controlar en algún momento futuro. La expansión militar en el mar de China Meridional también figura entre los temas sensibles que China no está dispuesta a negociar.
A pesar de estos desafíos, recientemente se han registrado avances en las relaciones comerciales y conversaciones sobre el cambio climático entre ambas potencias. La complejidad de la relación entre Estados Unidos y China se refleja en la necesidad de equilibrar áreas de cooperación con aquellas de desacuerdo, un delicado acto de malabarismo diplomático.
El presidente Biden, en un intento por encontrar terreno común, destacó la importancia de abordar las preocupaciones económicas de los ciudadanos chinos, reconociendo que un ciudadano chino con empleo estable y remunerado beneficiaría no solo a la población china, sino que también redundaría en beneficio global. Este enfoque busca construir puentes entre las naciones, reconocer la interdependencia económica y fomentar un diálogo constructivo.
Mientras tanto, se espera que la cena entre el presidente Xi y líderes empresariales estadounidenses durante su viaje proporcione un espacio para discutir no solo cuestiones económicas sino también para explorar vías que promuevan la comprensión mutua y reduzcan las fricciones en otros aspectos de la relación bilateral.
*Con información de AFP.