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La predicción de Baba Vanga sobre la muerte del rey Carlos III
El mundo entero apenas se recupera del fallecimiento de la reina Isabel II.
Luego del fallecimiento de la reina Isabel II, quien reinó durante 70 años, le sucedió su hijo, que pasó a llamarse Carlos III, y es el hombre más viejo en haber tomado el liderato de la monarquía británica, pues actualmente tiene 73 años. Por lo que muchos en el mundo se han aventurado a decir que morirá pronto y no durará mucho en el poder de la corona.
“Las personas vivirán más de 100 años en 2046″: esto fue lo que afirmó antes de fallecer en 1996, Vangelina Pandeva Gushterova, una clarividente mejor conocida en el mundo como ‘Baba Vanga’, por lo que desde el portal La Cien aseguran que Carlos tendría que vivir 25 años más como mínimo para poder superar esa edad y alcanzar más edad que su madre, que murió a los 96 años.
Esa predicción se suma a otra que asegura “que grandes inundaciones afectarían a la Tierra en 2022, que el presidente número 44 de los EE. UU. sería afroamericano y el surgimiento de Isis”, según registró dicho medio.
Entre tanto, y como símbolo de una era de grandes cambios, Isabel II llegó al trono en 1952, en un Reino Unido aún sumido en la posguerra mundial, y se marchó en 2022 de la pospandemia y el Brexit.
No solo conoció a 15 primeros ministros británicos, de Winston Churchill a la actual Liz Truss, sino también a figuras históricas como el soviético Nikita Jruschev, la madre Teresa de Calcuta o el sudafricano Nelson Mandela. Y a artistas como Charlie Chaplin, Michael Jackson o Lady Gaga.
“Su legado ocupará un lugar destacado en las páginas de la historia británica y en la historia de nuestro mundo”, escribió de ella el presidente estadounidense, Joe Biden. La víspera del funeral, el palacio de Buckingham difundió una foto inédita de la reina, tomada para su “jubileo de platino” en junio, que la mostraba vestida de azul y luciendo una resplandeciente sonrisa.
Isabel II falleció el 8 de septiembre a los 96 años, cuando pasaba el verano en su residencia escocesa de Balmoral. Su salud no dejaba de empeorar desde hacía un año, pero la desaparición de una monarca cuya presencia parecía casi eterna conmocionó al país y al mundo.
El Reino Unido la homenajeó con diez días de luto nacional, cortejos y procesiones, y una masiva emoción popular que volvió casi imperceptibles las protestas de una minoría de republicanos. Su hijo mayor, de 73 años, la sucedió como Carlos III. Hasta ahora uno de los miembros menos apreciados de la familia real británica, su popularidad subió en los últimos días.
Tras el oficio religioso en Londres, Carlos III y sus hermanos Ana (72 años), Andrés (62) y Eduardo (58), seguidos por sus hijos Guillermo (40) y Enrique (38), acompañaron a pie el féretro en una procesión de casi 2 km por el centro de la capital.
El ataúd fue cargado sobre un carro de la Royal Navy que, al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, fue tirado por decenas de marinos hasta al Arco de Wellington, en Hyde Park Corner.
Bisnietos de la monarca, el príncipe Jorge, de nueve años, segundo en la línea sucesoria, y su hermana Carlota, de siete años, siguieron al cortejo en el primero de varios automóviles oficiales, junto a su madre Catalina y la nueva reina consorte, Camila.
El tercer hijo de los príncipes de Gales, Luis, de cuatro años, estuvo ausente de los homenajes. Infatigables pese a las largas esperas y colas en los múltiples homenajes de los últimos días, miles de británicos volvieron a lanzarse a las calles para acompañar a su reina hasta el final.