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La UE responde con indignación a los viajes del líder húngaro, Viktor Orbán, a Rusia y China
La reciente gira del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, por Rusia y China, causó una profunda irritación en los países y las instituciones de la UE. Coincidieron en señalar que Orban no tenía mandato para hablar en nombre del bloque.
La irritación se agravó porque Hungría asumió la presidencia semestral de la UE el 1 de julio, y se percibió que la gira no se presentó debidamente como una iniciativa estrictamente bilateral. Esta semana, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE tienen una reunión en Bruselas, y varios diplomáticos adelantaron que algunos países pretenden cuestionar a los húngaros por la gira.
“Orban está troleando, haciendo su juego, queremos mostrarle tarjeta amarilla y decirle que sabemos de qué va”, dijo un diplomático que solicitó anonimato. Otro diplomático europeo señaló que “las tensiones son muy altas” y recordó que en sus reuniones, Orban utilizó el logotipo de su país como presidente del Consejo de la UE, lo que dio un carácter equívoco a los encuentros en China y Rusia.
A pesar de la intensa irritación, las fuentes minimizaron rumores sobre un posible recorte de la presidencia húngara al frente de la UE, para que el 1 de septiembre inicie su gestión el próximo en la lista, Polonia. Una fuente diplomática dijo que esa posibilidad era apenas una “especulación. Ningún país lo ha mencionado”.
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que Orban “tiene todo el derecho del mundo a hacer los viajes bilaterales que él considere, pero desde luego no hablar en nombre de Europa. No fue a Moscú en nombre de Europa”.
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Para empeorar la situación, Orban se ha referido a sus propios viajes en la red X como una “misión de paz”, y las instituciones europeas insistieron en que nadie le ha dado mandato para negociar en nombre del bloque. Un vocero de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, dijo el martes que Orban no podía hablar en nombre de la UE ni mediar entre Rusia y Ucrania, ya que tal mandato debería ser concedido por las partes enfrentadas. “Cuando alguien va a mediar, es porque las dos partes le han pedido la mediación. No tengo informaciones de que las dos partes lo hayan hecho, pero ciertamente los ucranianos no se lo han pedido”, expresó.
El martes por la noche, trascendió que Orban envió una carta al presidente saliente del Consejo Europeo, Charles Michel, con detalles de los comentarios formulados por Vladímir Putin durante su reunión en Moscú, relacionados con la guerra en Ucrania. Orban aseguró a Michel que en sus conversaciones con Putin no presentó “ninguna propuesta ni articuló ninguna opinión en nombre del Consejo Europeo o la Unión Europea”.
“La propuesta de paz chino-brasileña está siendo considerada por el lado ruso, y están listos para intercambiar puntos de vista”, señaló Orban, sin ofrecer detalles de ese plan. La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, designada como la próxima jefa de la diplomacia del bloque, afirmó enfáticamente que Orban “no representa a la UE de ninguna manera. Él explota la presidencia de la UE para sembrar la confusión”.
Los viajes de Orban a Rusia y China al inicio de la presidencia semestral rotativa de la UE tomaron a muchas capitales por sorpresa. Tradicionalmente, cuando un país asume la presidencia del Consejo de la UE, recibe la visita de todos los comisarios europeos (conocida como la visita del Colegio de Comisarios) y periodistas acreditados en Bruselas.
Hungría recibió la semana pasada a un grupo de periodistas, pero ningún comisario visitó Budapest, ya que Orban casi de inmediato inició su controvertida gira. La tradición también dicta que el Parlamento Europeo invite al mandatario del país que ejerce la presidencia a presentar las prioridades de su gestión, pero en el caso de Orban, ese discurso fue postergado a un día aún no definido en septiembre.