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La última esperanza demócrata para evitar que Trump se vuelva a presentar a la presidencia de EE. UU.
La Decimocuarta Enmienda fue usada para destituir a un funcionario del gobierno hace más de cien años, pero nunca contra un expresidente.
Ante el Senado, los legisladores demócratas que fungieron de fiscales buscaron demostrar que el 45° presidente de Estados Unidos había incitado a la violencia con meses de “mentiras”, negando su derrota en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre contra Joe Biden, y luego en su discurso ante miles de simpatizantes en Washington el día del asalto al Capitolio.
Donald Trump niega cualquier responsabilidad por estos hechos y sus abogados destacaron que, en una ocasión durante ese discurso, pidió manifestaciones “pacíficas”. Aunque lo absolvió en el Senado porque sintió que la Cámara Alta carecía de competencia para juzgarlo, el poderoso líder republicano Mitch McConnell planteó tras el proceso la amenaza de acciones legales, y los demócratas podrían tener un as bajo la manga.
Tras el incidente del Capitolio, algunos legisladores han pedido que Trump y algunos de sus colegas en el Congreso sean destituidos. Al no lograrlo al menos quieren que se les impida volver a ocupar el cargo, por lo que podrían intentar invocar de nuevo la Decimocuarta Enmienda. La Enmienda fue adoptada en 1868 y es conocida principalmente por otorgar derechos de ciudadanía e igual protección bajo la ley a cualquier persona nacida o naturalizada en los EE. UU., incluidos los negros y los anteriormente esclavizados.
En su momento, la enmienda anuló la decisión de la Corte Suprema de 1857, que sostenía que las personas de ascendencia africana no podían ser ciudadanos estadounidenses. Una sección de la enmienda impide que alguien pueda ocupar un cargo que se ha “involucrado en una insurrección o rebelión” contra Estados Unidos. Originalmente diseñado para evitar que los confederados sirvan en cargos públicos, ahora podría evitar que Trump se postule nuevamente.
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Curiosamente, la norma, hecha para evitar avances políticos de grupos racistas y segregadores podría condenar a Trump. La intención en ese momento era influir en el gobierno del Sur prohibiendo que los confederados ocuparan cargos públicos después de la Guerra Civil. “La idea era que los titulares de cargos públicos de los Estados Unidos no fueran personas que fueran traidores a Estados Unidos”, dijo a Insider Doron Kalir, profesor de la Facultad de Derecho de Cleveland-Marshall.
En todo caso, hay opiniones diferentes sobre si la enmienda podría usarse realmente en el caso de Trump y, si se usara, cómo sería el proceso exactamente. El documento no dice que se pueda aplicar a la oficina de la presidencia. Si bien enumera a senadores, representantes y electores como puestos en los que una persona podría ser excluida, la presidencia no se nombra explícitamente.
También existe incertidumbre sobre cuál sería exactamente el proceso para invocar la enmienda para destituir a alguien de su cargo. “No está claro quién debe tomar la determinación de que la persona se ha involucrado en una insurrección o rebelión contra Estados Unidos”, dijo Kalir.
Algunos académicos legales piensan que el Congreso mismo puede tomar esa decisión y puede excluir a alguien de su cargo con solo aprobar una ley con una mayoría simple en ambas cámaras. Bajo este escenario, el proceso sería relativamente simple, ya que los demócratas tienen mayorías tanto en el Senado como en la Cámara. Pero esta lógica contradecía otra sección de la Constitución que efectivamente impide que el Congreso actúe como un tribunal de justicia.
Por lo tanto, algunos académicos no creen que el Congreso solo pueda usar la decimocuarta Enmienda para impedir que alguien, como Trump, ocupe un cargo. En cambio, el proceso probablemente requeriría un litigio además de la legislación. Los fiscales federales están investigando el papel de Trump en la incitación a la insurrección del Capitolio, que podría, en teoría, llevarlo a ser condenado en un tribunal de justicia.
Tal condena podría darle al Congreso la autoridad para aprobar una ley que prohíba a Trump en el cargo bajo la premisa de que se había “involucrado en una insurrección o rebelión”, como establece la Enmienda. La enmienda fue invocada una vez en más de un siglo para excluir a alguien del cargo.
Existe un precedente histórico, ya que la enmienda se ha utilizado para prohibir que alguien asuma el cargo. En 1919, el Congreso utilizó la Decimocuarta Enmienda para prohibir que Víctor Berger, un socialista de Wisconsin y un funcionario electo, se uniera a la Cámara porque se oponía activamente a que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial. En ese caso, un comité especial se reunió y concluyó que Berger no era apto para el cargo. Luego fue excluido por mayoría simple en el Senado y la Cámara. Debido a esto, algunos creen que el precedente del Congreso muestra que solo se necesita una mayoría simple.
“Pensar que el Congreso de los Estados Unidos podría evitar que alguien se convierta en presidente de Estados Unidos de otra manera que no sea a través de un juicio político es un gran salto legal”. El caso de Berger también fue hace 102 años, y desde entonces no se ha utilizado esta sección. Si se invocara hoy, el recurso podría ser impugnado en los tribunales y tardaría años en resolverse.