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Cedric Daniels, de 37 años, de Gonzales, Luisiana, descansa en su habitación, recuperándose de COVID-19 sin haberse vacunado en el Centro Médico Regional Our Lady of the Lake en Baton Rouge, el lunes 2 de agosto de 2021. Louisiana lidera la nación en número de nuevos casos de COVID per cápita y sigue siendo uno de los cinco últimos estados en la administración de vacunas. (Foto AP / Ted Jackson)
Cedric Daniels, de 37 años, de Gonzales, Luisiana, descansa en su habitación, recuperándose de COVID-19 sin haberse vacunado en el Centro Médico Regional Our Lady of the Lake en Baton Rouge, el lunes 2 de agosto de 2021. Louisiana lidera la nación en número de nuevos casos de COVID per cápita y sigue siendo uno de los cinco últimos estados en la administración de vacunas. (Foto AP / Ted Jackson) | Foto: AP

CORONAVIRUS

La variante delta del coronavirus ganó la batalla entre las cepas más contagiosas

Casi cuatro meses después de la llegada de la variante delta a Estados Unidos, esta cepa ha triunfado sobre sus cepas rivales y se ha logrado consolidar como la variante predominante más peligrosa.

9 de agosto de 2021

Desde finales del año pasado Estados Unidos ha sufrido la llegada de distintas variantes del coronavirus, cada una con su propio conjunto de mutaciones que confieren rasgos virales ligeramente diferentes.

Una de las variantes que más preocupación generó, por lo menos al principio de este año, fue la variante alpha, conocida oficialmente como B.1.1.7 y vista por primera vez en el Reino Unido. A principio de este año parecía que esta nueva cepa iba a ser la predominante en EE. UU, pues representaba la mayoría de contagios en abril pasado.

De hecho, detrás de la variante alpha se encontraba la variante iota, B.1.526, vista por primera vez en la ciudad de Nueva York.

Ahora, casi cuatro meses después de la llegada de la variante delta a Estados Unidos, esta cepa ha triunfado sobre sus cepas rivales y se ha logrado consolidar como la variante predominante más peligrosa en EE. UU.

De acuerdo con cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, a finales de julio la variante delta representaba el 93,4 % de las nuevas infecciones.

Y es que la variante delta está enviando a miles de personas a hospitales todos los días y ha golpeado a la administración del presidente Joe Biden. En unas pocas semanas, la variante delta cambió los cálculos de lo que se necesitará para poner fin a la pandemia.

Los epidemiólogos esperaban que la vacunación del 70 % u 80 % de la población, en combinación con la inmunidad a las infecciones naturales, permitiera controlar el virus. Pero un virus más contagioso significa que el objetivo de vacunación tiene que ser mucho más alto, quizás en el rango del 90 %.

A nivel mundial, eso podría llevar años. En los Estados Unidos el objetivo puede ser imposible de alcanzar en el corto plazo dada la resistencia endurecida a las vacunas en una fracción considerable del país, el hecho de que los niños menores de 12 años siguen sin ser elegibles y la circulación persistente de desinformación sobre las vacunas y la pandemia.

Con tanta gente sin vacunar, en los Estados Unidos y en todo el mundo, el virus tiene muchas oportunidades no solo de propagarse y enfermar a un gran número de personas, sino de mutar aún más. Algunos científicos han expresado la esperanza de que el virus haya alcanzado su máxima “aptitud”, pero no hay evidencia de que sea así.

“Ver a delta simplemente dando vueltas alrededor de estas otras cepas es muy preocupante. Es como ‘Jurassic Park’, en el momento en que te das cuenta de que todos los dinosaurios se han soltado de nuevo”, dijo al Washington Post, Benjamin Neuman, virólogo de la Universidad Texas A&M.

Los hospitales en estados con bajas tasas de vacunación están luchando para hacer frente a una avalancha de pacientes. Al mismo tiempo, las tasas de vacunación aumentan a medida que la realidad de la pandemia y la eficacia de las vacunas superan el miedo, la inercia y la desinformación.

Además, la preocupación es mayor teniendo en cuenta que una gran proporción de los nuevos casos de coronavirus en EE. UU se está dando en los niños, los cuales aún no han podido ser vacunados.

Pero eso está cambiando. Unos 72.000 niños y adolescentes contrajeron la enfermedad en Estados Unidos entre el 22 y el 29 de julio, una cifra cinco veces superior a la de finales de junio, informó el martes la Academia Estadounidense de Pediatría.

Casi 20.000 de esos casos fueron en Florida, según datos estatales. Apenas el 1 % de los menores infectados por el coronavirus necesita ser ingresado, dice Marcos Mestre, director médico del hospital infantil Nicklaus de Miami. Pero el contagio puede provocar complicaciones para los niños y adolescentes con problemas de salud como la diabetes o el sobrepeso, explica.

Esas complicaciones llevaron a Florida a liderar el número de hospitalizaciones pediátricas por covid-19 en Estados Unidos, 143 actualmente, por delante de Texas.

Los científicos están estudiando si se puede reforzar la vacuna contra el coronavirus de distintas marcas como Pfzer o Sinovac con una tercera dosis con el fin de que la inyección sea más eficiente contra la variante delta de la covid-19.