Rusia
La vuelta del terror: las claves del mortal atentado en Rusia. ¿Volvió el Estado Islámico?
Un atentado terrorista, del tipo que no se había visto en años, dejó al menos 62 personas muertas en una sala de conciertos a las afueras de Moscú. ¿Cómo responderá Putin? ¿Ha resurgido el Estado Islámico?
Las advertencias estaban hechas. Desde hacía algunas semanas, Estados Unidos y Reino Unido le avisaron a Rusia acerca de la posibilidad de un atentado terrorista de gran escala en Moscú. Fue el 8 de marzo cuando ambos países occidentales y enemigos jurados del Kremlin lanzaron el comunicado pidiéndole al Gobierno de Vladímir Putin tomar las medidas necesarias y les solicitaron a sus ciudadanos alejarse de las conglomeraciones en la capital rusa.
“La embajada está monitoreando los informes con respecto a que los extremistas tienen planes inminentes para atacar grandes reuniones en Moscú, incluidos conciertos”, decía el comunicado de la Embajada de Estados Unidos en Rusia. Pero lo que menos se esperaba era la respuesta del Kremlin tras los informes de ambos países sobre la posibilidad de un ataque.
Putin, en medio de su ego y confrontación con Occidente, no solo desestimó las advertencias, sino que las descalificó totalmente, asegurando que eran un “chantaje absoluto” de Occidente y que tenían la intención de intimidar y desestabilizar a la sociedad rusa con dichos anuncios. Los calificó como “las recientes provocaciones de varias estructuras oficiales occidentales sobre la posibilidad de ataques terroristas en Rusia”.
Lamentablemente, la pesadilla se hizo realidad en la noche del viernes, cuando terroristas fuertemente armados se adentraron en el centro comercial Crocus City Hall, en Krasnogorsk, cerca de Moscú, y abrieron fuego contra los civiles inocentes presentes en el recinto. Al cierre de esta edición, el recuento oficial de las autoridades rusas es de al menos 62 personas muertas y 150 heridos.
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A través de las redes sociales circularon decenas de videos en los que se veía cómo los terroristas avanzaban en su cruzada de horror. Ingresaron por las puertas del lugar disparando a los civiles con armas semiautomáticas y escopetas. Por ser un sitio tan grande, muchos pudieron grabar los hechos sin correr mayor riesgo, pero atestiguando cómo los terroristas cegaban la vida de inocentes.
Sin embargo, el terror no había alcanzado su punto máximo, ya que el objetivo de los atacantes era llegar hasta la sala de conciertos, donde en ese momento se presentaba el grupo de rock ruso Piknik, con 6.200 personas como espectadores. Al entrar, la emprendieron contra los asistentes del espectáculo, que vieron cómo la velada de ensueño se transformaba en la peor de las pesadillas.
“Oímos disparos, al principio no sabíamos qué había pasado. Luego vi a unos terroristas disparando a la gente. Lanzaron cocteles molotov y todo empezó a arder. Nos llevaron hacia una salida. La puerta de salida estaba cerrada, así que fuimos al sótano del recinto, donde esperamos a los rescatistas”, dijo un testigo de la masacre a la BBC, asegurando que en el concierto había mujeres y niños en pánico.
Miles de vidas se salvaron gracias a que los espectadores escucharon los disparos afuera del recinto. No obstante, los terroristas lograron entrar y, luego de asesinar a varios asistentes, incendiaron el lugar con cocteles molotov y explotaron algunas bombas pequeñas. Mientras tanto, familias completas intentaban evacuar el lugar, al tiempo que tenían que ser testigos de decenas de cuerpos que yacían en el suelo sin vida.
“Mi esposo y yo nos sentamos en la platea de la primera fila. El tirador apareció literalmente a diez metros de nosotros. Estaba camuflado. No lo vi bien, pero me pareció que la barba era postiza. Empezó a disparar con una ametralladora. Le disparó a mi marido delante de mis ojos. Vi que estaba herido, pero no tuve tiempo de ayudarlo. Todos corrieron, yo simplemente me dejé llevar por la marea de gente”, señaló una mujer a Sputnik.
Los atacantes estaban más que bien entrenados, pues al llegar asesinaron a los guardias y bloquearon la entrada principal, complicando la evacuación. Así ganaron tiempo y efectuaron el ataque por alrededor de 15 minutos. “Lo primero que pensé fue que había un cortocircuito en alguna parte, porque vi humo. Nunca se sabe qué tipo de historias técnicas hay. Pero entonces escuché gritos y disparos. Me dijeron que volviera al camerino y me atrincherara”, afirmó el bajista de Piknik, Marat Korchemny, al diario Pravda.
El atentado terrorista terminó con un gran incendio que consumió el techo de la edificación y con una conmoción absoluta en la sociedad rusa, que de inmediato volteó a mirar a su vecino, Ucrania, al cual invadió en 2022 y con el que libra una cruda guerra desde entonces. Entre ucranianos y rusos se empezaron a lanzar culpas, hasta que el verdadero responsable dio la cara.
“Combatientes del Estado Islámico atacaron una gran concentración de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”, aseguró el grupo terrorista en un comunicado dado a conocer por sus canales en la red social Telegram.
Ahora el misterio más grande es cómo reaccionará Putin, que hasta el momento no se ha manifestado al respecto. Sin duda alguna se espera que la respuesta del autoritario mandatario ruso sea implacable, al ser este el mayor atentado sufrido por Rusia en 20 años, cuando en 2004 fuerzas terroristas chechenas islámicas asesinaron a 334 personas, entre ellos 186 niños, en una escuela en Beslán.
Otra de las incertidumbres que surgen es si este acto podría significar una vuelta al ruedo para el Estado Islámico, agrupación terrorista que llenó de temor a África, Asia, Europa y Norteamérica, con atentados terroristas que costaron la vida a más de 1.200 personas entre 2015 y 2017. No obstante, luego de desatar la ola de terror, fue combatido, y sus líderes, encarcelados o dados de baja, a tal punto que muchas naciones ya los consideraban un peligro mucho menor.
A pesar del impacto de la noticia, a Estados Unidos no lo tomó por sorpresa el nuevo fortalecimiento del grupo terrorista. Desde el año pasado venían advirtiendo que afiliados del Estado Islámico estaban reuniendo recursos y aumentando sus capacidades en sus zonas de influencia. De hecho, hace solo unos días Rusia capturó una célula del grupo en su territorio.
Ahora es incierto el camino que seguirán Putin y el grupo terrorista, que ha vuelto a tener protagonismo tras el atroz crimen. Mientras tanto, la comunidad internacional se ha volcado en muestras de apoyo hacia Rusia. Las naciones de Occidente condenaron el atentado, sin importar las discordancias políticas con el régimen del Kremlin, y mostraron su rechazo por los crueles ataques contra civiles del grupo que quiere sembrar el terror de nuevo en toda nación que considere enemiga.