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Lapsus del senador McConell pone en la palestra púbica la edad límite para que los políticos ejerzan en EE. UU.
Mitch McConnell, con 81 años de edad, ha dado señales de que no está en su 100 %.
Estados Unidos es un país de viejos y experimentados políticos. La presencia de líderes que tienen más de 80 años preocupa a los estadounidenses, pues no están seguros si por la edad aún tienen esa energía necesaria para gobernar. El debate sobre la edad limite volvió a la mesa luego de que el senador republicano, Mitch McConnell, nuevamente se quedó paralizado brevemente y no pudo responder a la pregunta de un periodista en un evento en Kentucky.
Hace una semanas McConnell había protagonizado un episodio similar en Washington. Es decir, que ya es la segunda vez que su mente se queda en blanco. Algunas personas atribuyen estos episodios a su edad, ya que tiene 81 años.
Según un vídeo de una estación de noticias local, se le preguntó a McConnell si se presentaría a la reelección en 2026. El senador le pidió al periodista que repitiera la pregunta antes de detenerse y quedarse mirando al frente durante unos 10 segundos.
Listen closely, she literally said "wake up"! #MitchMcConnell #wakeup pic.twitter.com/JEBvV679vy
— Natt (@nrod913) August 30, 2023
Tras este episodio, volvieron las dudas sobre la salud y la avanzada edad del senador. Todo eso, teniendo en cuenta que McConnel sufrió una conmoción cerebral en una caída a principios de este año. Su equipo lo defiende y aseguraron a los medios que el senador simplemente se había sentido mareado.
“Se sintió mareado momentáneamente y se detuvo durante su rueda de prensa de hoy”, indicó este miércoles la portavoz de McConnell, quien es el político con más años de servicio en el Senado, según recoge la cadena estadounidense ABC News.
La reacción de McConnell fue similar a cuando se quedó paralizado durante unos 20 segundos en una conferencia de prensa en el Capitolio a finales de julio. En esa ocasión, regresó a su oficina con sus asistentes y luego volvió para responder más preguntas.
El debate de la edad limite
La situación de McConnel sirvió para que exponer los casos de otros políticos estadounidenses que tienen una edad bastante avanzada, entre esos el presidente Joe Biden, con 80 años de edad, quien es la cara más visible del Partido Demócrata. No obstante, la aspiración del actual mandatario estadounidense a la reelección no tiene que ver con problemas legales ni escándalos judiciales, sino por su avanzada edad, quien para noviembre de 2023 cumplirá 81 años.
A pesar de que ciertas veces se diga que la edad es solo un número, no muchas veces esta expresión podría estar en lo correcto. En una reciente encuesta realizada por The Associated Press (AP) y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos, hubo un resultado poco favorecedor para el actual presidente de Estados Unidos.
En el sondeo, el 77 % de los encuestados expresó que Biden “está demasiado viejo para ser eficaz durante cuatro años más”. Asimismo, el 89 % de los republicanos piensa lo mismo y el 69 % de los demócratas también. El estudio asevera que esta encuesta fue hecha a personas de distintas edades para que el sectarismo juvenil no ampliara el margen de error del sondeo.
Además de preguntarle a la población sobre el peso de la edad de Biden para que pueda ser reelegido, el 67 % de los encuestados se mostró a favor de solicitarles a los jueces de la Corte Suprema que se retiren del organismo a cierta edad.
Por su parte, el 68 % apoya la idea de poner límites de edad para el Senado y la Cámara de Representantes, y el 66 % para delimitar edades a los candidatos presidenciales. Con 77 años, Donald Trump sería el candidato popular que gozaría de más elegibilidad si se tiene en cuenta que es tres años más joven que Biden.
Otro de los casos criticados es el de la senadora Dianne Feinstein, con 90 años de edad, quien ha estado enferma y ha mostrado un aparente deterioro cognitivo en público.
Lo cierto es que los políticos veteranos en Estados Unidos han pasado décadas acumulando poder, por lo que no conciben con facilidad la idea de hacerse a un lado.