Venezuela
Las claves detrás de la posible reimposición de sanciones de Estados Unidos a Venezuela. ¿Qué hará el gobierno de Joe Biden?
Esta semana expira el plazo que Estados Unidos le dio a la Venezuela de Nicolás Maduro para brindar condiciones democráticas en las elecciones que se avecinan. ¿Qué hará Washington al respecto?
Para sus máximos rivales, Joe Biden ha sido demasiado condescendiente frente al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Con las elecciones presidenciales ad portas de su realización, Estados Unidos claudicó de más con la rebaja de sanciones y la liberación del polémico empresario barranquillero Álex Saab.
Ahora, con todas las promesas incumplidas, ¿qué hará Washington para persuadir o castigar al Gobierno venezolano? Las elecciones en Venezuela están pactadas para el próximo 28 de julio, pero se encuentran muy lejos de ser democráticas a causa de las medidas impuestas por la dictadura de Maduro, que, a como dé lugar, busca quedarse en el poder en un país en crisis aguda que quiere elegir a un candidato opositor.
La ungida había sido María Corina Machado, pero el régimen no se cansó de poner piedras en su camino hasta sacarla de la carrera. Machado había sido la elegida en la votación de las primarias de la oposición con más de 2,2 millones de sufragios, pero luego el régimen usó una vieja sanción ilegal, haber formado parte del Gobierno de Juan Guaidó, para dejarla por fuera de la contienda.
Posteriormente, también impidió la participación de Corina Yolis, reemplazo de María Corina. Esto llevó a que la comunidad internacional repudiara la censura a la oposición venezolana, aunque hay gran expectativa sobre lo que hará Estados Unidos.
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Washington había cedido demasiado a Maduro y su régimen. En octubre del año pasado levantó temporalmente las sanciones contra la industria petrolera de Venezuela, un gran alivio para la dictadura, a cambio de que se cumplieran los llamados acuerdos de Barbados, los cuales mantenía el Gobierno venezolano con la oposición para unas elecciones en democracia.
Y el premio final llegó con la liberación de Álex Saab en diciembre, a cambio de una decena de presos políticos. El catalogado como testaferro de Maduro fue enviado a Venezuela, mientras Estados Unidos consideraba que la dictadura estaba cumpliendo con lo pactado, a pesar de que se sostenía la opresión contra los miembros de la oposición y ya había muestras de que no dejarían participar a María Corina Machado.
Lo más seguro es que Estados Unidos vuelva a imponer sanciones contra el régimen venezolano después del jueves. Según se reporta, las medidas adoptadas por Washington implicarían un costo total de más de 2.000 millones de dólares a Venezuela, suponiendo un gran golpe para el Gobierno de Maduro, quien afirma que la economía de su país viene en la senda de la recuperación.
El levantamiento de sanciones ha permitido al Gobierno venezolano ganar 740 millones de dólares. Pero en estos momentos cualquier cosa se puede esperar, teniendo en cuenta la flexibilidad del Gobierno Biden. Según reportó Bloomberg, a días de cumplirse la fecha límite, funcionarios del Gobierno estadounidense se reunieron con sus pares venezolanos para discutir las condiciones electorales de los comicios presidenciales.
Los diálogos estuvieron encabezados por Daniel Erikson, del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y el negociador de Maduro, Jorge Rodríguez. La influencia internacional puede ser determinante en la política de un país. Un ejemplo de esto es lo que ocurrió en Guatemala, donde, con el respaldo de la OEA, Estados Unidos, España y la Unión Europea, Bernardo Arévalo asumió como presidente tras ganar elecciones sorpresivas.
Pero esta presión también puede tener consecuencias negativas, como el respaldo estadounidense a facciones específicas de la oposición venezolana. En este contexto, Otto Reich, exsubsecretario de Estado para asuntos del hemisferio occidental, está entre los diplomáticos que han pedido restaurar sanciones contra Maduro si no permite la candidatura de Machado. “Maduro no cumple las reglas ni las obligaciones del tratado que su Gobierno firmó en Barbados. Algunos funcionarios de Estados Unidos han mostrado debilidad”, dijo a NTN24.
Estas declaraciones se produjeron después de que Reich y otros 19 diplomáticos pidieran a través de una carta la reimposición de sanciones contra la dictadura venezolana, que ha intensificado su represión contra la oposición, violando lo acordado en Barbados.
Pero si por los lados de Estados Unidos existe presión, la indignación se ha provocado de este lado de la frontera tras las declaraciones del canciller encargado de Colombia, Luis Gilberto Murillo, luego de una reunión en Washington. El funcionario del Gobierno de Gustavo Petro reiteró que la posición de Colombia es no apoyar las medidas económicas contra el régimen de Nicolás Maduro. “Nosotros no le hemos hecho ninguna recomendación al Gobierno de los Estados Unidos, más allá de que nosotros sostenemos que las sanciones, como principio, las sanciones unilaterales de un país no deberían existir”, manifestó Murillo.
En una rueda de prensa, aseguró no estar de acuerdo “con sanciones ni contra Venezuela, ni contra Cuba ni contra nadie”.A ciencia cierta, si bien lo más seguro es la reimposición de sanciones contra la industria petrolera, es un misterio la medida que tomará Estados Unidos para intentar que el Gobierno venezolano cumpla con los compromisos pactados y exista una verdadera democracia en el vecino país. Muestra del hartazgo que existe con el régimen es que la firma Meganálisis reveló una encuesta en la que ponen a María Corina Machado contra Nicolás Maduro en una eventual elección.
La candidata opositora tendría el 71,9 por ciento de los votos. El régimen de Maduro, aun cuando internamente está preocupado, pareciera que tiene mejores temas que atender por fuera. Esta semana, capturaron a Tareck El Aissami, el exvicepresidente y antiguo ministro del Petróleo del dictador venezolano. Lo acusan de un entramado de corrupción con la venta de crudo por criptomonedas y de conspirar para subir los precios de un dólar paralelo.
La dictadura llama traidor a la patria, al que en su momento fue uno de los funcionarios de más confianza dentro del Gobierno de Maduro, quien luego de que se descubriera el caso estuvo prófugo durante más de un año. Además, es de recordar que El Aissami, según el exfiscal de Nueva York Robert M. Morgenthau, era un importante aliado para Irán, Hizbolá y Hamás, a cuyos miembros habría ayudado con la consecución de pasaportes venezolanos.