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“Las parejas en segunda unión ya no están condenadas al infierno”: papa Francisco
El pontífice aseguró que “nos da miedo acompañar a la gente con diversidad sexual”.
El papa afirmó que en la Iglesia existe la tentación “ideológica” de volver atrás, que “coloniza las mentes” y hace que dé miedo “acompañar a la gente con diversidad sexual” o comprender que las parejas de casados en segunda unión “no están ya condenadas al infierno”.
“Estoy pensando en el trabajo que se ha realizado –padre Spadaro estaba allí– en el Sínodo de la Familia para hacer comprender que las parejas en segunda unión no están ya condenadas al infierno. Nos da miedo acompañar a la gente con diversidad sexual. Este es el mal de este momento”, señaló el pontífice.
Agregó durante un encuentro con los miembros de la Compañía de Jesús durante su viaje de la semana pasada a Eslovaquia, cuyo contenido fue publicado este martes en el diario italiano La Stampa, que “buscar un camino en la rigidez y en el clericalismo, que son dos perversiones. Hoy creo que el Señor pide a la Compañía ser libre, con oración y discernimiento”.
El papa respondió así a la pregunta de uno de los jesuitas eslovacos que le cuestionó sobre el sufrimiento de la Iglesia en este momento.
El papa Francisco reconoció que la Iglesia católica está sufriendo “una ideología que coloniza las mentes” y que impone la tentación de “volver atrás”.
Sin embargo, advirtió que “no es un problema de verdad universal, sino más bien específico de las iglesias de algunos países. La vida nos da miedo. La libertad nos da miedo. En un mundo tan condicionado de las dependencias y de la virtualidad nos da miedo ser libres”.
“Nos da miedo celebrar ante el Pueblo de Dios que nos mira a la cara y nos dice la verdad. Nos da miedo ir adelante con las experiencias pastorales”, aseguró.
De este modo, el papa considera que las personas gais, las lesbianas, los bisexuales y las personas transgénero –que integran el grupo de la diversidad sexual– deben ser incluidas en la pastoral de la Iglesia.
Ideología de género: “Encarnación diabólica”
Preguntado sobre la ideología de género, reconoció que es “una fascinación diabólica porque no está encarnada”. A su juicio, en este momento se ha instaurado “una sociedad de las ideologías” e invitó a “desenmascararlas desde la raíz”.
“La ideología de género de la que tú hablas es peligrosa, sí. Así como yo la entiendo. Lo es porque es abstracta respecto a la vida concreta de una persona, como si una persona pudiera elegir así a su gusto cuándo ser mujer o cuándo ser hombre. La abstracción para mí es un problema”, señaló.
Agregó que “esto no tiene nada que ver con la persona homosexual. Si hay una pareja homosexual, podemos hacer pastoral con ellos, ir adelante en el encuentro con Cristo. Cuando hablo de ideología, hablo de la idea de abstracción para la que todo es posible, no es la vida concreta de las personas, de su situación real”.
Tras el Sínodo de la Familia que el papa convocó en el Vaticano en octubre de 2014, la mayor parte de los obispos expresaron su deseo de que la Iglesia se abriera a una mejor acogida hacia las personas divorciadas.
Asimismo, sobre la atención pastoral a los homosexuales, reconocieron que debían ser acogidas “con respeto y delicadeza”, tal y como se puso de manifiesto en el documento final del Sínodo de obispos de 2019, votado por 183 padres sinodales.
“Estoy vivo, aunque algunos me querían muerto”, bromea el papa
De otra parte, el papa Francisco bromeó con un grupo de jesuitas sobre las habladurías respecto de su estado de salud tras la operación en julio de colon, y con tono divertido aseguró: “Estoy vivo, aunque algunos me querían muerto”.
El papa argentino de 84 años pronunció esas palabras en ocasión de una reunión a puertas cerradas con los jesuitas de Eslovaquia durante su reciente viaje a ese país, según publicó este martes la revista de esa congregación “Civiltá Cattolica”.
“Estoy todavía vivo, aunque algunos me querían muerto. Sé que hubo incluso reuniones entre prelados, que pensaban que el papa estaba más grave de lo que se decía. Preparaban el cónclave. ¡Paciencia! Gracias a Dios, estoy bien”, contó ante los 53 eslovacos que pertenecen a su congregación.
Francisco fue sometido el 4 de julio a la primera cirugía importante desde que fue elegido pontífice en 2013 para extirpar una parte del colon, en una intervención programada y realizada con anestesia general por la que estuvo once días internado en el hospital romano Gemelli.
“La operación fue una decisión que no quería tomar: fue un enfermero el que me convenció. A veces los enfermeros comprenden la situación mejor que los médicos, porque están en contacto directo con los pacientes”, confesó.
El papa latinoamericano respondió a varios temas relativos a los problemas y divisiones dentro de la Iglesia católica y a los ataques que suele recibir de los sectores ultraconservadores por sus aperturas a los fenómenos de la sociedad moderna.
“Hay una gran cadena de televisión católica que habla continuamente mal del papa sin ningún problema. Puede que yo personalmente me merezca estos ataques e insultos, porque soy un pecador, pero la Iglesia no se merece esto: es obra del diablo. Incluso se lo dije a algunos de ellos”, afirmó.
Añadió que “también hay clérigos que hacen comentarios desagradables sobre mí. A veces pierdo la paciencia, especialmente cuando emiten juicios sin entrar en un diálogo verdadero. Ahí no puedo hacer nada. Por mi parte, sigo adelante sin entrar en su mundo de ideas y fantasías”.
Durante la charla, Francisco habló también de las críticas a su pontificado por centrar la atención en los temas sociales.
“Algunos me acusan de no hablar de la santidad. Dicen que hablo siempre de la cuestión social y que soy un comunista. Y sin embargo escribí una Exhortación Apostólica completa sobre la santidad”, afirmó con tono más serio.
Durante el encuentro, el papa explicó también las razones por las que ha limitado la misa en latín, defendida por los tradicionalistas.
“Mi decisión es el fruto de una consulta con todos los obispos del mundo realizada el año pasado. En adelante, quien quiera celebrar con el ‘vetus ordo’ debe pedir permiso a Roma, como sucede con el birritualismo”, afirmó.
Y concluyó diciendo que “yo sigo adelante, no porque quiera hacer la revolución. Hago lo que siento que debo hacer. Se necesita mucha paciencia, oración y caridad”.
Con información de Europa Press y la AFP.