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Las revelaciones de Bill Gates sobre el futuro del coronavirus y la vacuna
El cofundador de Microsoft está dedicado, desde la fundación que tiene con su esposa Melinda Gates, a combatir grandes desafíos. La covid-19 representa un reto en términos de hallar la vacuna y destinar los recursos económicos y profesionales para lograrlo.
Bill Gates, magnate empresarial, informático y filántropo estadounidense, cofundador de la empresa de software Microsoft, publicó un documento en su blog y en su cuenta de LinkedIn. Allí, da cuenta de su análisis de lo que vive el mundo por cuenta del coronavirus, se refiere a la manera en que han cambiado las rutinas y proyecta lo que él considera que puede suceder. "Esto es como una guerra mundial, excepto que en este caso todos estamos del mismo lado. Todos podemos trabajar juntos para aprender sobre la enfermedad y desarrollar herramientas para combatirla. El gran beneficio del cambio de comportamiento es reducir de manera drástica la tasa de infección para que, en lugar de duplicarse cada ocho días, disminuya cada ocho días”, señaló Bill Gates.
Gates, junto con su esposa Melinda Gates, tienen una fundación desde la cual han hecho millonarias contribuciones. La más cercana el 15 de abril pasado, cuando anunciaron 150 millones de dólares para ayudar a los países pobres a combatir la pandemia. De igual forma, los Gates han instado a la colaboración internacional para fabricar una vacuna contra la covid-19 y distribuirla en el mundo entero. "Es posible que las muertes totales en los países en desarrollo sean mucho más altas que en los países desarrollados. Vemos que hay propagación del nuevo coronavirus en Australia y otros lugares del hemisferio sur, donde las estaciones son opuestas a las nuestras, así que ya sabemos que el virus no tiene un comportamiento tan estacional como el de la influenza. Más de 100 grupos están trabajando en tratamientos y otros 100 en vacunas. Estamos financiando un subconjunto de estos, pero mi fundación sigue de cerca a todos”, señala Bill Gates en su escrito.
La Fundación Humanitaria Bill y Melinda Gates es el segundo mayor contribuyente después de Estados Unidos y el mayor donante privado de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 13 de marzo pasado, Bill Gates dejó de ser parte de la junta directiva de Microsoft para dedicar más tiempo a la filantropía. De 64 años de edad, dejó de estar involucrado en las operaciones diarias de la empresa y enfocó su atención en la fundación que lanzó con su esposa, Melinda. Ahora, trabaja en busca de la vacuna contra el coronavirus.
"La primera vacuna en comenzar los ensayos en humanos es una vacuna de ARN de Moderna, que comenzó una evaluación de seguridad de fase clínica el 1 en marzo. Una vacuna de ARN esencialmente convierte nuestro cuerpo en su propia unidad de fabricación de vacunas. También hay al menos cinco esfuerzos principales que parecen prometedores y que utilizan otros enfoques para enseñar al sistema inmunitario a reconocer y atacar una infección viral”, señaló el fundador de Microsoft.
Estos son los principales apartes del escrito de Bill Gates
Esto es como una guerra mundial, excepto que en este caso todos estamos del mismo lado. Todos podemos trabajar juntos para aprender sobre la enfermedad y desarrollar herramientas para combatirla. El gran beneficio del cambio de comportamiento es reducir de manera drástica la tasa de infección para que, en lugar de duplicarse cada ocho días, disminuya cada ocho días.
Si cada infección pasa de causar 2,0 casos a causar solo 0,7 infecciones, después de 40 días habrá una sexta parte de las infecciones, en lugar de tener 32 veces más. Eso es 192 veces menos casos. Es posible que las muertes totales en los países en desarrollo sean mucho más altas que en los países desarrollados. Vemos que hay propagación del nuevo coronavirus en Australia y otros lugares del hemisferio sur, donde las estaciones son opuestas a las nuestras, así que ya sabemos que el virus no tiene un comportamiento tan estacional como el de la influenza. Más de 100 grupos están trabajando en tratamientos y otros 100 en vacunas. Estamos financiando un subconjunto de estos, pero mi fundación sigue de cerca a todos.
Divido la innovación en cinco categorías: tratamientos, vacunas, pruebas, seguimiento de contactos y políticas de apertura. Si no tenemos algunos avances en cada una de estas áreas, no podremos volver a tener una operación normal en los países. Si en la primavera de 2021 la gente puede ir a grandes eventos públicos, como un juego o un concierto en un estadio, será porque logramos tener un tratamiento milagroso que hizo que las personas se sintieran seguras de volver a salir. Es difícil saber con precisión cuál es el umbral, pero sospecho que es algo así como el 95 %; es decir, necesitamos un tratamiento que sea 95 % efectivo. Si nuestros mejores tratamientos reducen las muertes en menos del 95 %, aún necesitaremos una vacuna antes de que podamos volver a la normalidad.
Para el nuevo coronavirus, el candidato a fármaco líder en la categoría de antivirales es Remdesivir de Gilead, que ahora está en ensayos. Recientemente, mi fundación solicitó a las compañías farmacéuticas que permitan el acceso a su portafolio de medicamentos antivirales desarrollados para que los investigadores financiados por Therapeutics Accelerator –un fondo de 125 millones de dólares para acelerar y financiar iniciativas médicas contra la covid-19–, pluedan ejecutar un sondeo para ser probado primero en humanos. Todas las compañías farmacéuticas respondieron muy rápidamente, así que hay una larga lista de antivirales que se están analizando.
Otra clase de drogas funciona al cambiar la forma en que el cuerpo humano reacciona al virus. La hidroxicloroquina está en este grupo. Mi fundación está financiando un ensayo que dará una indicación de si funciona en covid-19 a finales de mayo. Parece que los beneficios serán modestos en el mejor de los casos. El tiempo de desarrollo típico para una vacuna contra una nueva enfermedad es de más de cinco años. Los investigadores pueden ahorrar tiempo al comprimir las fases de seguridad/eficacia clínica mientras realizan pruebas en animales y desarrollan la capacidad de fabricación en paralelo. Aun así, nadie sabe de antemano qué enfoque de vacuna funcionará, así que varios de ellos deben ser financiados para que puedan avanzar a toda velocidad.
La primera vacuna en comenzar los ensayos en humanos es una vacuna de ARN de Moderna, que comenzó una evaluación de seguridad de fase clínica el 1 en marzo. Una vacuna de ARN esencialmente convierte nuestro cuerpo en su propia unidad de fabricación de vacunas. También hay al menos cinco esfuerzos principales que parecen prometedores y que utilizan otros enfoques para enseñar al sistema inmunitario a reconocer y atacar una infección viral. Los ensayos deben involucrar a un número sorprendentemente grande de personas. Por ejemplo, supongamos que la tasa de infección esperada es del 1 % anual y se desea realizar una prueba en la que se esperaría que 50 personas se infecten sin la vacuna. Para obtener un resultado en seis meses, la prueba necesitaría 10.000 personas.
Todas las pruebas hasta la fecha para el nuevo coronavirus implican tomar un hisopo nasal y procesarlo en una máquina de reacción en cadena de polimerasa (PCR). Nuestra fundación invirtió en investigaciones que demuestran que hacer que los pacientes hagan el hisopo ellos mismos, en la punta de la nariz, es tan preciso como que un médico empuje el hisopo hasta la parte posterior de la garganta. En Estados Unidos, una prueba de covid-19 se tarda más de siete días en algunos lugares para revelar los resultados, lo que reduce drásticamente su valor. Este tipo de retraso es inaceptable.
Las pruebas de diagnóstico rápido (RDT) serían como una prueba de embarazo en el hogar. En ella se frotaría la nariz de la misma manera que para la prueba de PCR, pero en lugar de enviarla a un centro de procesamiento, la persona podría ponerla en un recipiente de líquido y luego vertería ese líquido en una tira de papel que cambiaría de color si detectara el virus. Este tipo de prueba podría estar disponible en unos pocos meses. Algunas empresas tendrán la tentación de comprar máquinas de pruebas para sus empleados o clientes. Al operador de un hotel o de un crucero le gustaría poder evaluar a todos sus clientes, incluso si no tienen síntomas. Es posible que quieran obtener máquinas de PCR que den resultados rápidos o la prueba de diagnóstico rápido. Estas compañías podrán pagar precios muy altos por poder hacer esas pruebas, muy por encima de lo que ofertaría el sistema de salud pública, así que los gobiernos tendrán que determinar hasta dónde podrán permitir esto.
Una de las prioridades clave para las pruebas es examinar a cualquiera que haya estado en contacto cercano con alguien que haya dado positivo. Si se puede obtener una lista de estas personas rápidamente y asegurarse de que tengan prioridad para una prueba como la prueba de PCR (que es lo suficientemente sensible como para detectar una infección reciente), entonces estas personas pueden aislarse antes de infectar a otras personas. Esta es la forma ideal de detener la propagación del virus.
Hay aplicaciones que se pueden descargar y que nos ayudan a recordar dónde hemos estado. Si alguna vez usted da positivo, puede revisar voluntariamente el historial o elegir compartirlo con la persona que lo entrevista sobre las personas con las que ha tenido contacto. La idea es que si alguien da positivo, su teléfono puede enviar un mensaje a los otros teléfonos y sus propietarios pueden hacerse la prueba. Si la mayoría de las personas instalaran voluntariamente este tipo de aplicación, probablemente ayudaría a algunos. Una limitación es que usted no necesariamente tiene que estar en el mismo lugar al mismo tiempo para infectar a alguien: usted puede dejar el virus en una superficie.
En Alemania, si alguien se hace la prueba y se confirma que es positivo, el médico tiene la obligación legal de informar a la oficina de salud del gobierno local. El médico debe proporcionar todos los datos personales (nombre, dirección, número de teléfono) para que la oficina de salud pueda contactar a la personas y asegurarse de que se aíslen. Luego, la oficina de salud local comienza el proceso de búsqueda de contactos. Entrevistan a la persona infectada, descubren cómo ponerse en contacto con todas las personas que ha conocido en las últimas semanas y se ponen en contacto con esas personas para pedirles que se autoaislen y se hagan una prueba.
La mayoría de los países desarrollados pasarán a la segunda fase de la epidemia en los próximos dos meses. En cierto sentido, es fácil describir esta próxima fase. Es seminormal. La gente podrá salir, pero no con tanta frecuencia, y no a lugares concurridos. Imagine restaurantes que solo sientan a una persona por mesa, y aviones donde cada asiento central está vacío. Las escuelas estarán abiertas, pero no se podrá llenar un estadio con 70.000 personas. Los restaurantes pueden mantener a los comensales a 2 m de distancia, pero ¿tendrán una cadena de suministro funcional para sus ingredientes? ¿Serán rentables con esta capacidad reducida? La industria manufacturera necesitará cambiar de fábrica para mantener a los trabajadores más separados. La mayoría de las fábricas podrán adaptarse a las nuevas reglas sin una gran pérdida de productividad.
Pero, ¿cómo trabajan los empleados en estos restaurantes y fábricas? ¿Están tomando un bus o un tren? ¿Qué pasa con los proveedores que proporcionan y envían piezas a la fábrica? Melinda y yo crecimos aprendiendo que la Segunda Guerra Mundial fue el momento decisivo de la generación de nuestros padres. De manera similar, la pandemia de covid-19, la primera pandemia moderna, definirá esta era. Nadie que viva la pandemia lo olvidará.